Carlota Casiraghi cambia por amor de casa, ciudad y país

Tras su último desengaño sentimental, la hija de de Carolina de Mónaco regresa a París, donde se le ha visto con un joven llamado Tiago

Madrid Actualizado: Guardar
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A los 30 años, Carolina de Mónaco ya se había casado dos veces -con Philipe Junot y Stefano Casiraghi- y había tenido tres hijos: Andrea, Carlota y Pierre Casiraghi. Su primer divorcio provocó un conflicto entre el Principado y la Santa Sede, al no reconocerse la nulidad de su matrimonio con Junot. Esta situación llevó a que sus hijos no fueran reconocidos por la Iglesia como legítimos hasta 1993.

A los 42, la hija de Rainiero y Gracia de Mónaco había enviudado y se casaba por tercera vez con Ernesto de Hannover, con quien siete meses después del «sí, quiero» daría la bienvenida a Alejandra de Hannover Grimaldi. Esta vida sentimental tan azarosa y su genética inigualable la convirtieron en un icono de estilo, que no faltaba en las portadas y páginas de papel cuché, desde donde catapultó a sus retoños cuando cumplieron la mayoría de edad.

Mientras los dos hijos varones de Carolina ya han pasado por el altar, Carlota Casiraghi, alcanzada la treintena, sigue siendo un alma libre. Tras un noviazgo adolescente con Hubertus Herring-Frankensdorf -con quien rompió en 2004, tras hacerse pública la relación- por la vida de Carlota oficialmente han pasado cuatro hombres más. Por amor ha cambiado de casa, de país y ciudad varias veces, y por amor no ha sufrido más de un mes de soledad.

El mismo año que terminó con Hubertus comenzó con Felix Winckler, por el que salió del Principado y se instaló en París, donde estudió Filosofía en la Sorbona. Junto a él estuvo hasta 2007. Por aquel entonces, Carlota tenía 21 años y su íntima amiga, la modelo Alice Dellal, le presentó a Alex, su hermano. La joven y el hijo del multimillonario Guy Dellal convivieron en Londres durante cinco años -hasta 2012, cuando ella tenía 26 años- y las apuestas en las redacciones por acertar la fecha de la boda comenzaron a coger fuerza. Hasta que un día se supo que Carlota había abandonado la capital británica tras los pasos del cómico francés Gad Elmaleh. En diciembre de 2013, nacía su hijo Raphaël y ella se instalaba en Los Ángeles con Elmaleh. Hasta que en octubre de 2015, en cuestión de un mes, Carlota -que ya había cumplido los 29- rompía con el cómico y confirmaba, con un beso en plena calle, su nuevo romance: esta vez, con el director de cine Lamberto Sanfelice. Por él se instaló en Roma. Un año les duró el amor. El pasado mes de septiembre hacía las maletas y se mudaba con su hijo a Barbizon, a las afueras de París.

Un completo desconocido

La bella Casiraghi aprovecha los fines de semana para hacer escapadas a la capital francesa. Allí se la vio el pasado 19 de enero con Tiago Vega, un joven que -según la revista «Voici»- es español, tiene 30 años y lleva la comunicación de una conocida firma de moda. Tiago no tiene redes sociales y nadie del mundo de la moda dice saber quién es. Parece que se lo ha tragado la tierra. Lo que sí ha podido confirmar ABC es que Carlota y él tomaron unas cervezas en el Café Étienne, conocido por la discreción de los propietarios sobre sus clientes. Testigos del encuentro aseguran que estuvieron tres horas antes de abandonar la terraza del establecimiento. Tiago acompañó a Carlota hasta el portal de su casa y subió, pero no se quedó a dormir. A Carlota el luto le dura poco más de un mes. Solo el tiempo dirá si él ahora ocupará su corazón.

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