«Brangelina S.A.», en liquidación: Un divorcio de 500 millones de euros

Cuando lo que está en juego es la imagen pública, además de un enorme patrimonio que, más allá de sus ganancias y ahorros, incluye joyas, mansiones, viñedos o un castillo, nadie hace prisioneros: en esta batalla, se entra a matar. En esas está Angelina Jolie al iniciar un mediático proceso de divorcio contra Brad Pitt bajo el argumento de considerarle un peligro para el «bienestar» de sus hijos.

El auténtico detonante de la ruptura del año, o del siglo, nadie lo sabe con certeza. Sin embargo, los cruces de acusaciones entre ambos bandos, desde que el pasado martes la web TMZ adelantara en exclusiva la noticia, parece haber entrado en bucle: no paran. Hablan abogados, publicistas, antiguas niñeras o conocidos sobre un hogar donde todo anda manga por hombro, niños dejados de la mano de Dios y broncas en aviones privados. A él le señalan como un padre maltratador de su prole, consumidor de marihuana e incapaz de autocontrolarse; a ella, como una «lunática» con un amplio historia del adicciones y responsable de sembrar cizaña entre dos amigos del alma como han sido Brad y George Clooney por el hecho de que Amal (esposa de Clooney) le caía gorda.

La popularidad de Brad Pitt y Angelina Jolie, cultivada durante años de éxitos cinematográficos, activismo humanitario y filantropía, ha quedado arrasada. Ahora, además de la custodia de los seis niños Jolie-Pitt, el foco se centra en la liquidación de la sociedad «Brangelina», herida de muerte en cuanto empezó a rezumar la porquería. La revista «Forbes» ha hecho las cuentas y cifra las ganancias de «Brangelina» en 500 millones de euros desde el año 2004, cuando su relación se hizo oficial.

La evolución de su fortuna

Pero vayamos por partes. Cuando se enamoraron, Brad Pitt tenía una fortuna personal de 22,3 millones de euros y Angelina de poco más de 24 millones. A lo largo de los años, han ido alternándose en cuanto a ganancias: Pitt sitúa su pico más alto en 2007, pues atesoró 31,3 millones de euros; Jolie alcanzó los 30 millones en 2013. En 2016, año de su ruptura, las diferencias entre uno y otro se han agrandado: Brad ingresará 28,1 millones de euros, mientras que Angelina tendrá que conformarse con 7,1 millones. Desde su boda en 2014, la pareja ha amasado de forma conjunta casi 105 millones de euros antes de impuestos; de ellos, Brad aportó algo más de 68 millones.

En contabilidad, pues, Pitt se lleva el gato al agua. La clave de su éxito reside, más que en sus trabajos interpretativos, en los logros de su compañía Plan B Entertaiment, que ha producido películas como «Corazones de acero», «La gran apuesta», «Doce años de esclavitud», «Guerra Mundial Z» y, este año, «Moonlight», cinta que huele a Oscar.

Acuerdo entre desacuerdos

Jolie y Pitt, que ya estuvieron casados con anterioridad (para ella este será su tercer divorcio, después de los de Jonny Lee Miller y Billy Bob Thornton; para él, el segundo tras Jennifer Aniston), saben lo que significa una mala disolución del matrimonio y, aunque no está confirmado, se cree que firmaron un acuerdo prenupcial en el que se dividían las propiedades y otros capitales adquiridos durante su vida en común. En caso de no existir dicho acuerdo, la partición se hará según las leyes del estado de California.

La propiedad principal de la expareja es una mansión en el barrio de Los Feliz, en Los Ángeles, que Pitt compró en 1994 por 1,5 millones de euros. Esta propiedad, al ser el domicilio familiar, pasaría a manos de Jolie si es quien se queda con los hijos. El Chateau Miraval, en Brignol (Francia) es la posesión favorita de Brad: valorado en 53,5 millones de euros, fue donde la pareja contrajo matrimonio en 2014. Además, cuenta con una bodega donde se produce un exquisito vino rosado. También tienen casas en Malibú (Los Ángeles), Nueva Orleáns y Nueva York.

En todo este culebrón todavía hay una arista más. Fuentes cercanas al actor aseguran que la carrera política de la actriz y activista está en juego. Al parecer, Brad Pitt habría cuestionado a la nueva asesora de su ex, la refugiada bosnia Arminka Hellic, quien exigió el despido de los colaboradores de la pareja para sustituirlos por amigos de ella. Cuando el actor se negó, saltaron las alarmas. Por otro lado, la amistad entre Jolie y el ex secretario de Estado de Exteriores británico y actual líder de la Cámara de los Comunes, William Hague, parecía encaminada a despejar a Angelina el camino para convertirse en baronesa con un asiento en la Cámara de los Lores. De momento tan sólo es un anhelo, pero ¿conseguirá ir más allá con una guerra como la que está librando?