Arturo Fernández y Carmen Quesada, así fue su amor de campanillas

El eterno galán español tuvo dos grandes amores en su vida. Entregado a su familia y a los escenarios, sus 68 años de carrera se traducen en una acomodada fortuna inmobiliaria

Carmen Quesada y Arturo Fernández GTRES
Angie Calero

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Arturo Fernández bebía los vientos por una mujer casada y diez años mayor que él cuando llegó a Madrid desde su Gijón natal en septiembre de 1950. En numerosas entrevistas contó que durante aquel trayecto en tren -que salía a las seis de la tarde y llegaba a las nueve de la mañana del día siguiente- se enamoró tres veces. Tras su debut en 1956 como corpotagonista en «Distrito V», no dejó de encadenar papeles con los que se fue ganando todas las acepciones que contienen los términos «caballero» y «seductor». El pasado jueves, el mundo del cine y el espectáculo, despedían al eterno galán de España, quien falleció a los 90 años en la clínica Ruber de Madrid.

Las coronas de flores y los mensajes de condolencias a Carmen Quesada , su pareja, y a sus tres hijos -Dolores, Isabel y Arturo- no dejaron de llegar al madrileño tanatorio de La Paz durante la tarde del jueves. Se pudo ver a los presidentes del Atlético de Madrid y del Real Madrid, Enrique Cerezo y Florentino Pérez , a Norma Duval , Lydia Bosch , Fernando Ónega y a Laura Pamplona e Yvonne Reyes , entre otros. Todos destacaron el buen carácter del actor, su sentido del humor y lo leal que era a sus amigos. Decía Santiago Segura que Arturo Fernández siempre «fue un hombre que se tomaba a sí mismo a broma», quizá éste siempre fue el elixir de su eterna juventud.

Quesada, en declaraciones a «Vanitatis», aseguró que ni e l propio actor sabía la gravedad de su enfermedad: «Tenía un tumor y durante un tiempo lo fue llevando a su manera, pero no quería que le hablaran de quimioterapia. Habría tenido que cancelar y eso para él era lo peor. Las veces que lo ha tenido que hacer lo llevaba fatal». Y es que, tal y como contó el periodista de esta casa, Julio Bravo , con Arturo Fernández «nunca se sabrá cuánto había en la desenvoltura de ser humano o de personaje; cuándo terminaba uno y comenzaba el otro». Ambas facetas estaban tan fusionadas que al final parece que el actor ha fallecido cuando vio que el cuerpo ya no le dejaba subirse al escenario.

«Ser alguien en la vida»

Hijo de una limpiadora y un mecánico que vivió en el exilio veinte años por pertenecer a la CNT, Arturo Fernández llegó a Madrid con 629 pesetas en el bolsillo. Intentó ser futbolista, boxeador y trabajó en una sastrería. Hasta que descubrió la interpretación.

Hace un tiempo comentó que no recordaba cómo sobrevivió a aquellos primeros meses en Madrid. Los inicios para un actor siempre son duros, pero él tenía claro su objetivo. «Quería ser alguien en la vida para que mi madre estuviera orgullosa de mí», comentó en un programa de televisión. Y lo consiguió. Para muestra solo hay que repasar sus 68 años de carrera , donde rodó más de sesenta y cinco películas. Se convirtió en el rey de la comedia en el teatro e hizo suyas las coletillas de «chatin», «te voy a canear» o «joder, joder, joder» en la serie «La casa de los líos».Ha sido uno de los actores que más dinero ha ganado en España, un éxito que lo demuestran las inversiones inmobiliarias que fue haciendo durante su carrera.

En 1984, cuando ya era un actor más que consolidado, c ompró tres apartamentos de cuarenta y siete metros cuadrados cada uno en tres plantas distintas de un edificio de la calle Trafalgar, en pleno barrio de Chamberí, en Madrid. Ese mismo año también adquirió a las afueras de Madrid -en la urbanización Fuente del Fresno, en San Sebastián de los Reyes- una parcela de 1.873 metros cuadrados, donde construyó un chalet de 406 metros cuadrados. En esta casa, que tiene un amplio jardín y una piscina, es donde siempre ha vivido con Quesada. Esta dirección figura como domicilio social de Jandro Producciones S.A., la sociedad que el actor constituyó en 1989 y donde figura como administrador único. Aunque ha dado pérdidas en los últimos años, la empresa tiene unos activos de 1,6 millones de euros y tres inmuebles: una finca en Villaviciosa (Asturias) y una oficina de setenta metros cuadrados con plaza de garaje en la madrileña Avenida de Manoteras.

Aunque siempre tuvo fama de donjuán, en la vida de Arturo Fernández solo hubo dos mujeres, además de su madre, que murió en sus brazos. En 1967 se casó con Isabel Sensat , la madre de sus tres hijos. Su matrimonio duró once años y terminó en 1978 de forma abrupta y dramática. Nunca trascendieron los motivos de aquella ruptura, pero a él le costó mucho aceptar y superar aquella separación.

Boda de Isabel Sensat y Arturo Fernández ABC

Dos años después, en abril de 1980, Carmen Quesada , quien ha sido su compañera sentimental durante los últimos 39 años , se instaló en su casa y ya no se separó de él. Abogada de formación, ella tenía 21 años y él 50. Se conocieron a través de amigos en común y, cuando empezaron a salir «él tenía muchas novias y tenía que hacer caso a todas, así que era todo muy intermitente», contó ella en 2015 en un programa de televisión. Llegó a la casa del actor para cuidar de sus perros mientras él rodaba en México. «Y eso me lo cobré después. Me quedé», dijo entre risas. Ella y Arturo Fernández compraron en 1997 una vivienda unifamiliar de 281 metros cuadrados, construida en una parcela de 1.255, en la Urbanización Guadalmina (Marbella). El actor tenía el 50 por ciento del usufructo de la vivienda mientras Quesada poseía el 50 por ciento de la nuda propiedad.

Hoy Quesada tiene 61 años y está muy unida a los hijos del actor , a los que quiere como si fueran suyos. En las últimas semanas, todos han cerrado filas para poder afrontar estos momentos tan difíciles.

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