Alessandro Lecquio: «No hay que creer jamás ni una palabra de Mar Flores»

Alessandro Lequio ya dejó muestra de la mala relación que tiene con la empresaria el pasado mes de marzo cuando Mar Flores anunció su separación: « Mar no se mueve por instinto, lo tiene todo muy calculado. Y más cuando está en juego su futuro y el futuro económico de sus hijos», dijo en el programa de 'AR' donde colabora. «Creo que los problemas económicos de Merino están detrás de esta separación. Vamos, estoy convencido. Javier Merino nunca ha sido el amor de su vida, ha sido un apaño. En esa época estaba con Fernández Tapias y conmigo», añadió tajante.

En aquel momento no dudó en volver a sacar a la luz los trapos sucios de su historia de amor: «Me empezó a gustar mucho y después de casi un año le dije que dejara a Tapias.

Ella me decía que esperáramos un mes porque le iba a regalar la casa. Pasaba el mes y me pedía otro mes. No se la regaló porque le reventé el chiringuito porque quería que estuviera conmigo. Lo hice por amor», confesó en ‘El Programa de Ana Rosa’.

Ahora, Lequio ha vuelto a arremeter con dureza contra Mar con motivo de su última comparecencia pública: « Vive obsesionada con triunfar, para ella un fracaso es un paso atrás. No va a reconocer nada». Y ha recalcado: «No reconoce sus tropezones, es de las que cree que las escaleras son solo para subir. No hay que creer en ella nunca, sus palabras carecen de total credibilidad», apunta con rotundidad.

Por otro lado, el colaborador aprovechó su intervención en el programa citado una vez más para hablar sin filtros de la que fuera su ex, dejando constancia de que fue una historia que acabó tan mal que aún queda cierto rencor entre ambos. Además, volvió a revivir uno de sus capítulos juntos más polémicos: «Cuando fue pillada en Roma conmigo llevaba un visón que le había regalado Fernando Fernández Tapias dos días antes y se olvidó de ese detalle. La noche anterior a que salieran las fotos la avisaron y ella le dijo que eran unas imágenes antiguas, que había coincidido conmigo en Roma. Al final tuvo que reconocer que me había visto y no siete meses antes», concluyó diciendo.