Agustina Macri y Florencia Kirchner, el debut en el cine de dos hijas del poder

La primogénita del presidente argentino, Mauricio Macri, debuta como directora. Mientras, la benjamina de Cristina Fernández se estrena como guionista

Agustina Macri y Florencia Kirchner EFE/REDES SOCIALES

Lupe Piñeiro

Ha cumplido los 36 años y, estos últimos días, acapara todas las miradas en Argentina. Pese a que su historia de vida la una más al arte que a la política, Agustina Macri carga sobre sus espaldas un apellido que siente que la persigue como una sombra desde que su padre, Mauricio Macri , asumiera la presidencia del país en diciembre de 2015. Sin embargo, es otro el motivo de su fama: nada menos que su debut como cineasta con el filme «Soledad», cuyo estreno ha tenido lugar esta semana en Buenos Aires. La película narra la trágica historia real de una joven porteña que acaba comulgando con el anarquismo italiano. En su realización también ha trabajado su hermano, Francisco Macri.

Sobre la decisión de llevar la vida de Soledad Rosas al cine, la propia Agustina cuenta a ABC que «fue algo instintivo». «Poco a poco fui encontrando elementos importantes en la historia», añade. Si bien los comienzos de la realización tuvieron lugar en Argentina, la posproducción se realizó en Italia. De apellido italiano al igual que la directora de la cinta, la protagonista de la película de la hija del presidente es Vera Spinetta, hija del reconocido músico Luis Alberto Spinetta.

Fruto del matrimonio de su padre con Ivonne Bordeu , la primera de las tres esposas que tuvo Macri -las otras dos son Juliana Awada y, antes, Isabel Menditeguy-, son pocas las ocasiones en las que se ha visto juntos a Agustina y su padre, ya que su relación es tensa desde muy temprana edad, a pesar de que mantienen cierto diálogo. Hasta el momento, la directora argentina había optado por un bajo perfil, alejada de los flashes de las cámaras. Pero el estreno de su ópera prima le ha obligado a salir de su seudoanonimato para promocionar su trabajo.

Pasiones

Si bien la relación con su padre no se caracteriza por su fluidez, un simple vistazo al rostro de Agustina no deja lugar a dudas sobre su origen: sus ojos color turquesa y su nariz aguileña recuerdan inmediatamente que se trata de la hija del presidente.

El interés de Agustina Macri por la historia de Soledad -quien que se suicidó a los 23 años, tras convertirse en un icono del anarquismo italiano- surgió a partir de la lectura de un libro, firmado por el periodista andino Martín Caparrós : «Amor y anarquía». Más allá del cine, Agustina cuenta con una licenciatura en Sociología por la Universidad de Buenos Aires.

No fue hasta su estancia en Barcelona, algunos años atrás, que la hija de Macri tomó la decisión de modificar para siempre el rumbo de su vida , dejando atrás su incipiente carrera profesional para dedicarse al cine. «El viaje a España me cambió. Allí fui muy libre y feliz», cuenta a ABC, la hija del presidente Macri mientras prepara el agua para tomar un mate durante la entrevista. Y confiesa que se quedó con ganas de regresar al territorio ibérico: «Me encantaría volver a vivir allí, y dirigir una serie española».

La familia presidencial, en su visita al Papa Francisco

Además de su interés por la pantalla grande y la Sociología, Agustina rompió reglas establecidas desde temprana edad, convirtiéndose en una de las mejores de fútbol femenino en su escuela, donde «Agus» -como le llamaban sus compañeras- destacaba por sus habilidades en el campo de juego y su dedicación a este deporte.

Las hijas del poder y el cine

Un lazo une a los vástagos de los últimos presidentes argentinos con el universo de la pantalla grande. Florencia Kirchner (28 años), hija del matrimonio formado por los exmandatarios Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner , que precedieron a Macri en la Casa Rosada, también se estrenó este año como guionista con «El camino de Santiago», documental dirigido por Tristán Bauer.

La película narra la historia del manifestante Santiago Maldonado , fallecido en extrañas circunstancias durante una protesta contra la gestión del actual jefe de Estado. El estreno de esta cinta estuvo cargado de polémica, ya que un grupo de encapuchados se plantaron en la premiere y arrojaron piedras sobre el teatro porteño ND Ateneo, donde estaba realizándose la proyección.

Florencia, junto a su madre, Cristina Fernández de Kirchner, en 2011

Pero no solo comparten Macri y Fernández de Kirchner el hecho de tener hijas aficionadas al cine . Ambos coinciden en el tormentoso momento que atraviesan en la actualidad. Claramente, el peor en sus carreras políticas. En el caso de la expresidenta, la Justicia la ha procesado por corrupción y esta semana el magistrado de la causa ha pedido su prisión preventiva. Mientras tanto, el mandatario actual -que fue imputado en 2010 por realizar escuchas ilegales- ha sufrido un terrible desprestigio en los últimos meses. Las principales razones son la devaluación de más del 50% del peso -la más fuerte tras la crisis de 2001-, el incesante aumento de la pobreza pese a que en su campaña electoral prometía «pobreza 0» y los crecientes índices de paro.

Pero hay una clara diferencia entre ambas cineastas en relación con sus poderosos padres: Florencia Kirchner cuenta con el apoyo y promoción de su carrera artística por parte de su progenitora. De hecho, en su día se instaló en Nueva York para formarse como futura cineasta. Sin embargo, el fallecimiento de Néstor Kichner , en 2007, la trajo de nuevo a Argentina, donde también ha trabajado en la radio. En la vida de Agustina Macri, sin embargo, su padre es una sombra de la que casi prefiere no hablar.

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