Blanca Padilla en el desfile de Victoria's Secret
Blanca Padilla en el desfile de Victoria's Secret - ABC
POLÉMICA

El agente de Blanca Padilla asegura que «muchos en España la despreciaron por tener un kilo de más»

Tras la controvertida entrevista televisiva de la top internacional, donde hacía unas duras declaraciones sobre el mundo de las pasarelas, Ignacio de Aysa se pronuncia al respecto y matiza las declaraciones de su representada

Madrid Actualizado: Guardar
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¿Se han preguntado alguna vez qué hay detrás de un desfile de moda? ¿Cómo es el mundo en el que se desenvuelven las modelos? El escaparate resulta elegante, divertido y siempre apetecible. Aunque, ¿también es así la trastienda de tanto glamour? En muy pocas ocasiones se ha hablado de manera abierta sobre lo que verdaderamente queda oculto y lejos de los focos.

No todo se resume al «luces y ¡acción!» que vemos sobre la pasarela. Como ya adelantara recientemente Blanca Padilla (Collado Villalba, Madrid. 1995) en «Al rincón», el programa televisivo de Risto Mejide, existen muchas sombras que tocan directamente la fibra social en asuntos tan graves como la bulimia, las drogas o la depresión. «Nunca soy capaz de decirme a mí misma si lo hago bien.

Me castigo con todo y nunca nada es suficiente. Siempre he sido muy negativa conmigo misma. Mi autoestima va a mejor, pero todavía tengo que arreglarlo», dijo ante las cámaras de televisión la top-model madrileña. Blanca Padilla se abría como nunca y se pronunciaba de una manera explícita acerca de los trastornos alimenticios o el consumo de alcohol y de estupefacientes como algunos de los problemas más habituales entre sus compañeras de profesión: «Hay mucha cocaína en el mundo de la moda», confesaba.

«Me repugna todo lo que se ha publicado tras la entrevista de Blanca. Este mundo no sólo es un círculo de drogas y vómitos»

Tras las polémicas declaraciones de la maniquí española, ABC ha podido hablar con su representante, Ignacio de Aysa, quien explica abiertamente su descontento con la tormenta mediática desatada y de la que responsabiliza, en parte, a la propia Padilla. De Aysa aclara que «me repugna todo lo que se ha publicado tras la entrevista. El mundo de la moda no sólo es un círculo de drogas y vómitos. Hay mucho trabajo detrás, horas y horas de espera para que una sola persona vea tu cuerpo. Se requieren muchos sacrificios, no es un mundo fácil». De Aysa ejemplifica sus palabras con el caso de la propia Blanca Padilla: «Muchas revistas españolas despreciaron a Blanca porque tenía un kilo de más. Entre ellas, una de las publicaciones más conocidas de este país», insiste.

Blanca Padilla, que podría hacer historia en la moda española si repite por segunda vez consecutiva en el desfile de Victoria's Secret, no ha recorrido un camino de rosas. Según su agente, «Blanca era una chica rebelde que no quería estudiar y cuyo único afán era ser modelo. Yo aposté por ella, pese a que no se cuidaba y jamás había hecho deporte. Con Blanca todo ha sido una lucha diaria para que incluyera hábitos saludables a su estilo de vida».

Cruce de intereses

Aunque estamos casi saturados con información de moda (campañas, editoriales, entrevistas, looks, streetstyle…), hay zonas ocultas que siguen interesando sobremanera tanto para profesionales del sector como para el público en general. Entre ellas, los demonios personales con los que muchas profesionales deben lidiar. Al hilo de esta realidad, confesaba Blanca Padilla a Risto Mejide que «no te voy a decir que no existen los trastornos en el mundo de la moda. No te voy a decir que no he oído a una modelo vomitar en el baño. He visto cómo una niña, que no había comido en todo el día, le ofrecía cacahuetes y me dijo que eso iba a ser su cena».

«Blanca es una chica difícil, le dije que no fuera al programa antes de hablar conmigo. Jamás ha vivido en un piso de modelos»

De Aysa, que no oculta su indignación, ahora matiza algunas de estas declaraciones de Blanca y afirma: «Es una chica difícil de llevar, le dije que no fuera al programa antes de hablar conmigo y campó por sus respetos. Blanca jamás ha vivido en un piso de modelos, como dijo. Cuando asegura que había oído vomitar a una chica, ¿quién le dice que esa chica no estuviera enferma o que hubiera tomado algo que le sentara mal? Blanca está encantada con la vida que tiene, no hay nada de eso que está sacrificando años de su vida. Por cada hora de trabajo cobra una cifra altísima. No tenía que haber hablado así, le faltó experiencia».

Y añade que «lo que más nos ha dolido es que una modelo como ella -pocas pueden presumir de medir 1'80, y tener esa cara y ese cuerpo- se vea envuelta en algo así, cuando lo que tiene que hacer es centrarse en su trabajo. Lo mismo que te digo que es difícil de llevar, también reconozco que es una joven muy generosa». Y sobre ese kilo de más que podría arruinar un buen trabajo, Ignacio de Aysa explica que «en la moda, ya sea en pasarela como en comunicación, si no cumples lo que le interesa al cliente, aunque sea por una cuestión de medio kilo, ese cliente es el primero en rechazarte».

No todo vale

«El que piense que aquí vale cualquiera para ser modelo, se equivoca. Hay que respetar unos cánones impuestos. Hay niñas muy válidas, por las que se apuesta, a las que se les paga un gimnasio y una formación, para que luego vayan y se encierren en su habitación a comer chocolate. También, hay otras que van de tops internacionales pero que no sobrevivirían a un "centro de moda de alto rendimiento", como podría ser el caso de Ariadne Artiles o Cristina Tosio, que no han conseguido nada a nivel internacional», opina sin pelos en la lengua Ignacio de Aysa.

Las duras revelaciones de la bella modelo sobre la trastienda de este negocio abrieron una herida en el sector que, días después, aún no se ha cerrado. «No es real el mundo de espectáculo y brillo que se vende. Mis modelos no van a fiestas, Blanca no va a fiestas. Trabajan muy duro y acaban a altas horas de madrugada de visitar agencias por todo el mundo para pasar los exigentes casting», sentencia el representante.

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