Caballé con su familia en Ripoll
Caballé con su familia en Ripoll - ARCHIVO ABC
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«Vissi d’arte, vissi d’amore»

«He vivido del arte, he vivido del amor»... Mediados los años setenta, Montserrat Caballé solo era noticia por su voz; no había Hacienda ni anuncios de lotería

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Hubo un tiempo en que solo se hablaba de Montserrat Caballé por su canto. Ni el Ministerio de Hacienda ni los memes del «horroroso» anuncio de la Lotería asomaban por el horizonte siquiera. Montserrat Caballé era por entonces solo música. ¡Y qué música! «Vissi d’arte, vissi d’amore» («He vivido del arte, he vivido del amor»), como canta Floria Tosca, uno de los grandes personajes de la soprano barcelonesa, en el segundo acto de la ópera de Puccini. Y del arte y del amor vive también Montserrat Caballé, que lleva ya sesenta años sobre el escenario.

El año 1974, al que corresponde la imagen que ilustra esta página, fue especialmente intenso para la soprano. Hacía casi una década que se había convertido, casi por casualidad, en una estrella del firmamento lírico al sustituir a Marilyn Horne en la ópera «Lucrezia Borgia», de Donizetti, en el Carnegie Hall de Nueva York; desde entonces, su vida transcurría entre aviones y escenarios.

Si abrimos su agenda de 1974 la vemos recibiendo el año nuevo en el Liceo de Barcelona, en su casa, en una «Aída» al lado de Plácido Domingo. En las páginas siguientes hay citas en Niza, Nueva York, Nueva Orleans, San Francisco, Los Ángeles, Vancouver, Anchorage, Lausana, Madrid, Barcelona, Valencia, Londres, Zaragoza, Moscú, Aix-en-Provence, Marsella... Hay también fechas reservadas para grabaciones: arias de ópera, romanzas de zarzuela, dúos con Giuseppe Di Stefano, las óperas «Cosí fan tutte» e «I Masnadieri», las zarzuelas «Cançó d’amor i guerra» y «Maruxa»... Encontramos también una cita subrayada en rojo: 20 de julio, Théâtre Antique d´Orange, «Norma», de Bellini, con Jon Vickers, Josephine Veasey y Agostino Ferri. Director, Giuseppe Patané. Y junto a ella, una anotación con letra emocionada: «La mejor noche de toda mi carrera profesional». Y encontramos por fin en el mes de septiembre varias semanas en blanco, interrumpidas por una sola palabra: operación. La hemeroteca nos aclara que fue una histerectomía por vía laparotímica a consecuencia de una miomatosis uterina. Nada que no le permitiera volver a cantar tras unas semanas de reposo.

No hay anotaciones en el mes de agosto. Lo reserva la soprano para su familia –en la foto posa con sus hijos y sus sobrinos– y para ese rincón de Ripoll, en el Pirineo ampurdanés, y cerca de uno de los monasterios románicos más hermosos de España, que se había convertido ya en el lugar en que Montserrat Caballé ha podido vivir del amor, y no del arte.

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