Zoë Kravitz es modelo, actriz y cantante, además de una fanática de las redes sociales
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Zoë Kravitz, la «it-girl» rebelde hija de Lenny Kravitz

Actriz, modelo y cantante, es amiga de Cara Delevigne y Miley Cyrus. Tras sufrir anorexica entre los 13 y los 24 años, se ha vuelto en una activista contra la enfermedad

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Lily Rose Depp como musa de Chanel, Kaia Gerber siguiendo los pasos de su madre Cindy Crawford en las revistas de moda... Parece que ser hija de famosos te convierte, de forma automática, en una «it-girl». Y luego están las «it-girls» que odian la etiqueta «it-girl» a pesar de serlo. Es el caso de Zoë Kravitz, la hija del cantante Lenny Kravitz y la actriz Lisa Bonet. Cantante, actriz y modelo, Zoë triunfa allí donde va porque sabe como nadie sacar partido de sus rasgos. Y porque no teme contar su propia historia.

Sufrió anorexia y bulimia de los 13 a los 24 años. Dos años después de que le diagnosticaran que estaba sana -aunque ella defiende que de esas enfermedades nadie puede curarse-, ha vuelto a aparecer por las alfombras rojas más importantes, como la del MET de Nueva York.

Sea con sus padres, que se divorciaron en 1991 pero mantienen una relación envidable - Lenny Kravitz no tiene pareja conocida mientras que su ex, Lisa Bonet, sale con el actor de «Juego de Tronos» Jason Momoa-, sea con amigas como Cara Delevigne, Jennifer Lawrence o Miley Cyrus o sea sola, Zoë pisa con garbo cada photocall al que asiste, con estilo casual que combina a la perfección con su decena de tatuajes y sus piercings.

Su estética dista de la de cualquier otra «it-girl», pero Zoë recuerda una época en la que «quiso ser como las demás». Fue ahí cuando empezaron sus problemas con las comidas. Sus constantes comparaciones con otras chicas que aparecían en las revistas o la televisión terminaron por arrastrarla a una espiral de la que sólo salió con ayuda médica. «A los que formamos parte de este mundo también nos afectan los ideales de belleza», ha reconocido, en un intento de llamar la atención sobre un trastorno que sufren miles de mujeres y hombres a lo largo del planeta. «Estoy harta de que nos echen la culpa a las modelos. ¡Cómo si nosotras no tuviéramos inseguridades!», asegura.

Zoë no ha dudado en enseñar cómo es la vida de una anoréxica en la película «The Road Within», para la que se tuvo que quedar en los 40 kilos de peso. «Cuando terminó el rodaje, una parte de mí no quería engordar. Tuve miedo», ha reconocido. Entre sus fuentes de inseguridad, la joven asegura que le afectó que su madre fuera tan guapa y que su padre saliese con una gran cantidad de modelos. «Mira Vanessa Paradis, ¡es preciosa! ¿Cómo podía compararme con ella?», confesó en la revista «Elle».

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