A Carmen Polo le gustaban los collares de perlas
A Carmen Polo le gustaban los collares de perlas - archivo abc

Los falsos mitos sobre las joyas de Carmen Polo

«Pagaba siempre», dicen los dueños de las joyerías que solía frecuentar

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Mucho se ha hablado sobre las joyas de Carmen Polo. La mujer de Francisco Franco tenía por afición adquirir alhajas. Tantas compró durante los años que su marido estuvo en el poder que, según el periodista (siempre exagerado) Jimmy Giménez-Arnau, en la casa familiar había un cuarto de unos 40 metros cuadrados con armarios en los que guardaban «collares, diademas, pendientes...». Sin embargo, pese al rumor extendido que asegura que «la collares», así la llamaban, nunca pagaba las joyas de las que se encaprichaba, parece ser que no era así. La mujer de Franco pagaba sus joyas, pero ¿se gastaría lo mismo que Cristina Kirchner?

El director de cine argentino Guillermo Francella se documentó sobre el rumor que corría en torno a la morosidad de Carmen Polo para filmar la película «¡Atraco!».

Según declaró tras su estreno, la abuela de Carmen Martínez-Bordiú pedía a los joyeros «que mandaran [las piezas que le gustaban] al Pardo para que las viera su marido». Una vez seleccionadas las que le gustaban, mandaba el dinero que costaban.

Este hecho lo han confirmado en numerosas ocasiones desde Aldao, la joyería de cabecera de doña Carmen. A pesar de que declinan contestar a ABC esta pregunta, son varias las publicaciones donde lo han desmentido. También lo hizo en su día su nieto, Francis Franco, quien lo dejó escrito en el libro «Cuando mi abuelo era persona». Lo mismo recuerdan en la joyería Loureiro, de Vigo. Según cuentan, doña Carmen escogía personalmente las joyas que le gustaban y pagaba en efectivo. «Doña Carmen, hay que ver qué billetes tan limpios y nuevos trae», le decía entonces con sorna el joyero a la mujer de Franco.

Sin embargo, Polo no pudo adquirir todas las alhajas que le gustaban ya que Franco, que tenía fama de ahorrador, se negó, en ocasiones, a prestarle el dinero que costaban.

Ver los comentarios