Espumosos gaditanos para brindar por la llegada del 2018

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Las alternativas en cuanto a vino se refiere para brindar para despedir a 2017 y recibir al año nuevo son cada vez más numerosas. La sidra ha sustituido en muchos hogares al tradicional champán o al cava.  Un buen vino dulce de Jerez, es también objeto de celebración tras las campanadas. Hace unos años que en la provincia de Cádiz se comenzaron a elaborar algunos vinos espumosos para hacerse con el público que se decanta por un producto local y al mismo tiempo por el tipo de vino espumoso que se asocia con las celebraciones y para finalizar una comida.

A principios del siglo XX las bodegas Pedro Domecq abrieron camino para la creación de vinos espumosos en el sur de España, con un ‘champagne’ que se mantuvo hasta mediados de siglo.

Algunas empresas gaditanas retoman esta iniciativa décadas después a la  aventura de los vinos espumosos nacidos de la tierra albariza.

1.Beta Sur brut nature de Barbadillo

Es la novedad de este año de las bodegas Barbadillo. Como el Beta original, combina la variedad autóctona palomino fina, la encargada de dar vida a los jereces y las manzanillas, con la uva chardonnay. También se elabora con el método francés champenoise. La particularidad de Beta Sur brut nature está en sus 20 meses de crianza sobre lías, que le aportan una finura y elegancia especiales.

2. JTM de Bodegas José Tejero

Fueron los primeros en lanzar al mercado un vino espumoso hecho en la provincia de Cádiz, en concreto en Jerez, donde se ubica la bodega Tejero. En esta empresa familiar se interesaron por los vinos diferentes, y tras una fuerte apuesta por adaptar sus instalaciones para su preparación, dieron vida a JTM  un espumoso seco elaborado al cien por cien con uva palomino. El método de obtención es de fermentación a baja temperatura y la inyección de anhídrido carbónico durante el embotellado.

3. Beta Brut de Barbadillo 

Las Bodegas Barbadillo de Sanlúcar son conocidas en todo el país especialmente por su vino blanco Castillo de San Diego. En 2009 se propusieron dar un salto en cuanto a innovación y crearon el espumoso andaluz tras dos años de trabajo. Beta. Este vino se elabora con dos tipos de uva diferentes: un 70% palomino fino, utilizada casi todo los vinos de Jerez y la más cultivada en Cádiz, y  un 30% de uva Chardonnay procedentes de Viñedos de Gibalbín y Santa Lucía en Jerez. La bodega utiliza el sistema tradicional con una segunda fermentación en botella con nueve meses. En sus notas de cata destaca el aroma de fruta blanca madura y «recuerdos de pastelería».

4. Vermut espumoso Francisco de Cala

Fruto de la colaboración entre los creadores de la cerveza La Jerezana, Artesanos de Jerez y la empresa portuense Calas y Arrobas, en unas semanas verá la luz un original espumoso. Su base son las variedades  de vino de jerez, oloroso y Pedro Ximénez, aderezadas con las especias de la receta del vermut, que le dan un sabor amargo y muy característico.  Se elabora siguiendo el método tradicional champenoise, con el que se consigue que la burbuja aparezca de forma natural.

5. Alba Brut Nature Alba Rosado Brut y Las Alegrías Ancestral de Alba Viticultores

La bodega sanluqueña lanzó su primer espumoso Alba Brut en 2013, que fusiona la técnica del champán y el carácter de los vinos de la tierra. Está elaborado con uva palomino, con crianza biológica bajo velo, fermentado por segunda vez en botella y sin filtrar ni clarificar. La Guía Peñín le ha otorgado este año el premio de Vino Revelación 2017. Alba Brut también cuenta con su versión de rosado, donde se une de nuevo la palomino fino y un 7% de tintilla de Rota del pago de Bilbaína. Repiten en 2016 con Las Alegrías Ancestral, que como en el caso de los anteriores solo se ponen 1.000 botellas a disposición del consumidor.

Ver los comentarios