Retenciones kilométricas y quema de neumáticos en la tercera jornada de huelga del Metal vizcaíno

Los trabajadores del Metal de Vizcaya han cumplido su amenaza y han cortado las vías de entrada y salida a Bilbao por San Mamés. Desde las 07.30 horas de este miércoles se están produciendo retenciones kilométricas , especialmente en algunos puntos de la A-8. Por otro lado, los piquetes han hecho arder neumáticos en la carretera BI-633 con sentido Markina.

« Colapsaremos la Gran Vía de manera multitudinaria –ha advertido CC.OO.-. Será el momento de gritar al Gobierno vasco y a la Diputación que ya basta de ser convidados de piedra, o de posicionarse del lado de la patronal, tal y como ayer hizo el lendakari». Concretamente, los trabajadores exigen un convenio «digno» y mejoras que eviten la precariedad laboral.

Sigue subiendo la temperatura en la huelga del Metal vizcaíno, que celebra una tercera jornada de paros empañada por los episodios de violencia que se registraron ayer en diversos puntos del territorio. Una de las zonas más conflictivas fue Abadiño, donde un amplio grupo de piquetes asaltó una empresa y provocó daños de diversa índole . La Policía autonómica identificó además a 14 personas por el cruce y la quema de contenedores en Zaldibar, Berriz, Igorre y el parque de Zamudio.

El ataque a la empresa de Abadiño se registró en torno a las diez de la mañana. Un amplio grupo de personas accedió al interior de la compañía, situada en la calle Arzubia y perteneciente al grupo CIE Automotive, y provocó daños en las instalaciones. La Ertzaintza identificó a 20 personas.

Hay malestar entre los trabajadores por las declaraciones que realizó el presidente del Gobierno vasco en un desayuno informativo celebrado el pasado lunes. Concretamente, Iñigo Urkullu recriminó a los sindicatos su falta de «voluntad de acuerdo», y aseveró que la Federación Vizcaína de Empresas del Metal (FVEM) ha hecho todo lo posible para evitar el conflicto. Una posición que respaldó ayer el portavoz del Ejecutivo, Josu Erkoreka, que incidió en que «hay usos más o menos legítimos, ortodoxos y éticos» del derecho a la huelga».