Los vecinos de Canillejas se rebelan contra la suciedad: «A este paso, tendremos un problema de salud»

Los residentes llevaron a cabo la semana pasada una batida de limpieza ante la inacción municipal

El deterioro del mobiliario urbano y los fuertes hedores son otros de los efectos más notorios

Imágenes de la dejadez y el deteriorio de la barriada Fotos: ABC
Aitor Santos Moya

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El verano ha acentuado un viejo problema en el corazón histórico de Canillejas. La acumulación de residuos en plazas y parques está a la orden del día en una barriada que, harta de la dejadez municipal, ha decidido tomar cartas en el asunto. Aprovisionados de rastrillos, escobas y bolsas de basura, los vecinos de la calle de la Esfinge llevaron a cabo la semana pasada una batida vecinal de limpieza en el parque del arquitecto Antonio Palacios. «Es una vergüenza que nadie pase por aquí a limpiar y arreglar todo lo que está destrozado», protestan. Con las altas temperaturas, el hedor se ha vuelto insoportable. «La situación es bochornosa», remarca Mercedes Sabadía que, tras treinta años asentada en la zona, nunca había visto tal estado de abandono: «Como todo siga igual, al final se va a convertir en un problema de salud».

Los residentes denuncian también la falta de mantenimiento del mobiliario urbano. El hecho de que algunos adoquines de las aceras estén levantados ha provocado caídas aparatosas entre la población de mayor edad. «Conozco tres casos de mujeres mayores que se fueron al suelo. Una de ellas se rompió la rodilla en la calle de Boltaña», apunta Sabadía, cansada de tener que llamar al 010 (teléfono de atención ciudadana del Ayuntamiento) para que las autoridades pongan freno a la problemática. Como ella, son muchos los moradores que han reseñado incidencias en los últimos tiempos. «Es desesperante ver como después de la primera reacción, en la que responden a la reclamación mandando una cuadrilla de limpieza, vuelve la dejadez hasta que llama el siguiente», precisa otra vecina.

Riesgo de incendios

Por si fuera poco, el crecimiento descontrolado de los rastrojos propició, a mitad del pasado mes, un incendio en un descampado aledaño al paso elevado de la calle de Mequinenza. El panorama no mejora a lo largo de la avenida de Luis Aragonés. En este enclave, los secarrales alcanzan hasta los aledaños del Wanda Metropolitano. «Para hacer el nuevo carril de acceso desde la M-40 derribaron varios árboles, pero los matojos, en cambio, están igual o peor», señala un transeúnte, preocupado por el riesgo de nuevos fuegos en plena época estival.

Precisamente, el entorno del estadio del Atlético de Madrid es la parte del barrio que más cuidados presenta. «Parece que el resto no importa», subraya una pareja afincada en la calle de Diana. Según los afectados, las autoridades solo se preocupan de conservar en buen estado las zonas más «mediáticas» del barrio. «Ayer mismo, había barrenderos limpiando el parque de Canillejas porque las fiestas empiezan el próximo viernes», sostienen dos habituales del lugar que anticipan con resignación como la basura volverá a escena una vez finalicen los festejos: «Esperar unos días y lo comprobaréis vosotros mismos».

«Efecto llamada»

En las zonas caninas, denominadas «pipican», las cacas de los perros se multiplican con el paso de los días. «Nadie las recoge», señala una mujer mientras pasea a su mascota. El olor a pis es nauseabundo, razón por la cual son varios los dueños que prefieren acudir hasta el parque Juan Carlos I , en el distrito de Barajas, por «motivos de salubridad». Las áreas infantiles, como las del parque de las calles de Gonzalo Torrente Ballester y Cartago aparecen casi cada mañana con restos de botellón, amontonados ante el asombro de los allí presentes. «Hay que estar con mil ojos cada vez que bajo con los niños; sobre todo ahora que es cuando más jaleo suele haber», advierte una madre.

El «efecto llamada» supone, además, el enquistamiento de la actual encrucijada. «Si llegas a un sitio y lo ves todo lleno de basura, es más fácil que nadie recoja», incide un grupo de jóvenes. Cansados de esperar una actuación del Ayuntamiento que nunca llega, algunos moradores de Canillejas están moviendo a través de las redes sociales una protesta para el 29 de septiembre . Será la segunda tras la efectuada el pasado mes de mayo ante el caos que «provoca» el Wanda Metropolitano en los días de partido.

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