Vecinos de Arganzuela protestan por la mala gestión del polideportivo municipal Marqués de Samaranch

Alumnos de las clases de natación y aeróbic han convocado una concentración frente a las puertas, a las 19 horas, para exigir que no se recorten las clases y se les permita seguir matriculados el curso que viene

Algunos de los convocantes de la concentración, frente al polideportivo ISABEL PERMUY

Jorge Dastis

En la piscina cubierta del polideportivo municipal Marqués de Samaranch, en Arganzuela, los deportistas de competición tienen que entrenar sin socorrista. Por suerte, uno de los monitores cuenta con el título y ejerce de supervisor. Llevan con este apaño varios meses, desde que el contrato del anterior finalizó y el centro decidió acabar con el puesto nocturno a mitad de temporada. Alegan que la figura del socorrista de noche, en realidad, no existe. «Llevamos más de 15 años entrenando aquí, y siempre ha habido un socorrista por la noche», explican los nadadores del club deportivo Halegatos . Ahora no saben si la temporada que viene podrán seguir utilizando las instalaciones o tendrán que mudarse.

No es el único «recorte» de servicios al que se enfrenta el Samaranch últimamente. Las clases de aeróbic de las 21 horas, que según los alumnos «están siempre llenas», ya no serán parte de la programación del año que viene. Tampoco se permitirá renovar su plaza a los que llevan más de cuatro años apuntados a una actividad, independientemente de su grado de asistencia. Tendrán que ir a sorteo. Los usuarios culpan a una «gestión caótica, una desidia generalizada» entre los responsables del centro que está provocando un deterioro alarmante de las instalaciones. Esta tarde se concentrarán frente a sus puertas para exigir cambios.

Denunciados por los sindicatos

El problema viene de largo. Según fuentes del centro, hace al menos ocho años que su director, Antonio Franco Torre, decidió delegar sus responsabilidades en una docente y «dedicarse a dar vueltas por los pasillos, como un fantasma». Lleva varios meses de baja. La docente en cuestión no goza de la simpatía de sus compañeros, que la describen como una persona «soberbia, malhablada e irrespetuosa». Pasó a encargarse de la programación y gestión de las actividades, pese a ser una profesora más, y algunos ponen en duda su labor en este sentido. La tarea del coordinador, en un centro deportivo, implica dosificar la cantidad y el tipo de estrés al que se somete el cuerpo de los monitores, manejando no solo los tiempos de las clases sino la forma en que se complementan los ejercicios. Según uno de ellos, la nueva coordinadora organizaba las clases en función de «quienes eran sus amigos , y quienes le daban problemas», provocando que algunos docentes sufrieran más lesiones y tuvieran que cogerse la baja. Esto acabó desembocando en una situación insostenible, un «círculo vicioso» en el que los monitores tienen que suplir las clases de los que no están, se exceden, sufren lesiones y tienen que pedir ellos mismos la baja.

Al problema de los horarios se junta el supuesto «arreglo» que la coordinadora tenía con el director, fichando turnos de 12 horas (durante los que era imposible encontrarla por el centro la mitad de los días), para luego cogerse vacaciones antes que nadie. La situación llevó a algunos sindicatos a presentar una denuncia contra la pareja. Algunos monitores no entienden cómo, después de todo, se les permite seguir al frente del polideportivo. «Con tantas quejas de los usuarios, con las denuncias... No sabemos qué hacer o qué decir para que cambie algo».

Para los alumnos, sin embargo, el problema de la coordinación de las clases es solo uno en una larga lista de demandas a las que, aseguran, la Administración hace oídos sordos. Duchas estropeadas, mala ventilación en los vestuarios, extintores que faltan... Y ahora han descubierto que la renovación de plazas se hará, en la mayoría de casos, por sorteo . En una circular municipal colgada recientemente a la entrada del polideportivo se explica que «no se ha producido ninguna decisión arbitraria, sino el escrupuloso cumplimiento de la normativa », en referencia a la Resolución de la Dirección General de Deportes del 13 de mayo de 2015, en la que se regulan «la programación y el funcionamiento de las actividades dirigidas en los Centros Deportivos Municipales». En el texto se establece que el período máximo de permanencia en las actividades con soporte musical (como el aeróbic) es de una temporada, y sin embargo esta restricción no se ha respetado hasta este año. Los usuarios aseguran haber hablado con gente de otros centros «donde tampoco se ha respetado y han podido renovar su plaza». Ahora, la mayoría tendrá que entrar en un sorteo para poder continuar matriculados.

Una avalancha de bajas

En la circular se hace mención también al «grave episodio de bajas laborales sobrevenidas» que se ha dado en los últimos meses. Esta avalancha de bajas, cuyos motivos ponen en duda los alumnos, ha provocado la cancelación de numerosas clases y el empeoramiento de los servicios del polideportivo. Las taquillas , por ejemplo, cuyo horario es de 8.30 a 21 horas, llevan más de una semana sin abrir por las tardes. Consideran que en el Samaranch impera un ambiente de «desidia general» que acabará por arruinar las instalaciones, «que de por sí son muy buenas».

Cuando han llevado estas cuestiones a la Junta de Distrito, afirman, «ellos se han escudado en los tiempos de la Administración». El director del polideportivo, por ejemplo, es funcionario, y para sustituirle se debe hacer una terna que, además, se realiza de centro en centro, por lo que el de Arganzuela debe esperar su turno para tramitarla. Alguno de los profesores comentaba lo irónico de la situación: el Samaranch, uno de los polideportivos con mejores instalaciones de Madrid, «debe ser de los que más reclamaciones tiene». Fuentes en la Administración confirmaban esta sospecha.

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