Cartas a la alcaldesa

Vallekas

Resulta que Vallecas va creciendo con seísmo de conflicto en algunas calles donde se aúpa alegre el picnic de okupas, el menudeo de droga, la prostitución de ráfaga

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Resulta que Vallecas va creciendo con seísmo de conflicto en algunas calles donde se aúpa alegre el picnic de okupas, el menudeo de droga, la prostitución de ráfaga. Vallecas, a menudo, se ha escrito «Vallekas», con esa k molona y en pie, barrial y protestona , porque Vallecas es mucho Vallekas. Siempre cargó el barrio una fama fija de órbita proletaria, y ha ido cruzando rachas de mejor o peor vida, según el vecindario, y según el vecindario de tránsito.

Ahora resulta que hay mucha mafia de okupas , que la droga se reparte en esquinas numerosas, y que el peatón empadronado va teniendo inquietud, y hasta susto, si merodea la zona, como tiene que ser, y porque ahí tiene el domicilio. La noche no es fácil, y el día se desmorona, según la fachada que escojas. Hay que remirar a fondo estas cosas, alcaldesa, y no sólo porque cualquier barrio de Madrid es nuestro barrio sino además por una deuda de simpatía urgente hacia Vallekas, que es plaza donde a usted le guardan condición de musa, todavía.

Cómo va a despistarse el Ayuntamiento de barrios donde residen las tribus amigas. Eso no puede ser. Hace algo más de un año, el vecindario agilizó sus protestas, y a resultas del clamor le prometieron a la zona veinticinco cámaras de seguridad que aún no han llegado. Como vuela el tiempo sin respuesta, alcaldesa, se ha tenido que volver a pedir una licencia para esas cámaras que no aparecen, y así nos sale que a principios de verano igual tenemos el sistema a pleno rendimiento en la zona de Numancia, o en tramos de Monte Igueldo, que son dos nidos de fuego del conflicto, desde siempre, y de ahora.

Citamos dos, pero hay más. Es verdad alcaldesa, que no pocos vecinos reconocen que la policía rindió en condiciones hace meses, clausurando edificios en ruina , o casi, y reduciendo así el número de narcopisos, que había crecido a capricho en unas calles que tuvieron triste empleo de mugre y fachadas de molicie. Hay que echar rápido adelante el lote pendiente de cámaras, y no descuidar el compromiso de la policía. Venga, alcaldesa, que por ahí a usted la llaman Karmena.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación