Universidad Complutense de MadridCarlos Andradas (UCM): «Quiero reestructurar los departamentos para dinamizarlos más»

El rector de la Universidad Complutense de Madrid hace balance para ABC de su primer año y centra sus objetivos inmediatos en llegar a un acuerdo inminente con Unicaja para recuperar el «Johnny»

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Carlos Andradas, catedrático de Matemáticas, acaba de cumplir un año al frente del Rectorado de la Universidad Complutense (UCM). Ganó a su «eterno rival» y compañero de equipo rectoral, José Carrillo, por goleada aunque, eso sí, al segundo intento. En estos 365 días ha puesto muchos de sus planes en marcha y ha conseguido que la universidad presencial más grande de España no esté en el ojo del huracán por vandalismo, botellones y degradación. Poco a poco, dice, los campus recuperan prestigio. Ni va a poner a limpiar a los estudiantes ni va a cejar en su empeño de facilitarles económicamente el acceso a los estudios superiores. Su reto inmediato es convencer a la comunidad universitaria de las bondades de un plan para dejar en 75 los 185 departamentos.

Le horroriza que a esto se le llame un «ERE» porque, asegura, nadie se irá por culpa de esta «reestructuración». Otro de sus sueños: recuperar el «Johnny» cuanto antes. Y parece que va por buen camino.

–¿Cuánto se ha cumplido de su programa electoral en este primer año al frente del Rectorado?

–De lo que me propuse para el primer año, el cien por cien. Ahí está la adecuación de los Estatutos de la Universidad para situarnos en la legalidad. Antes no lo estábamos. Los tiene que aprobar el Claustro pero yo confío en que así sea. Se puede decir que la Complutense ya está en el camino de tener estatutos legales. Pienso también en el Estatuto de la Investigación, en el Centro de Inteligencia Institucional y en la creación de contratos pre y post doctorales, entre otros proyectos.

–Otra de sus promesas «estrella» fue la crear un fondo de un millón de euros para ayudas a los estudiantes con dificultades para pagar los estudios. ¿Ha funcionado?

–En efecto, se creó con ese millón de euros y hemos gastado 880.000. El próximo curso se habilitará otra cantidad similar que, como ya publicó su medio, es independiente de las becas estatales. Aquí, en la Complutense, seguimos partiendo de la base de que ningún alumno se quede sin acceder a los estudios superiores, o tenga dificultades, por falta o escasez de recursos.

–¿Del 1 al 10, qué nota se pondría como rector en este balance del primer curso?

–Como soy modesto me pondría un notable. Las cosas siempre se pueden hacer mejor.

–Su plan de Reestructuración de Departamentos levantó ampollas hace un par de meses. Eso de reducirlos de 185 a 75 le valió a usted muchas críticas porque una cosa es, como dijo, potenciar la calidad al tiempo que se ahorraban costes y otra querer frenar, como también señaló usted, las «desavenencias» y los «personalismos». ¿En qué punto se encuentra este plan?

–El debate continúa. El próximo curso será amplio y de carácter interno. El documento base se va a publicar en la página web. No va a haber secretismo porque esa no es mi filosofía. La transparencia será total. Creo, sinceramente, que las aguas están más tranquilas. Que la gente no se asuste. Lo que queremos es crear ambientes más abiertos y mejorar la calidad docente y educativa. En la UCM tenemos cerca de 230 titulaciones. Ninguna se va a ver afectada ni va a desaparecer. Se trata de reestructurar los departamentos para que sean mejores y más dinámicos.

–Ya, pero usted dijo, en medio de la polémica, que habría profesores que temían perder sus privilegios. Al fin y al cabo, la reducción de departamentos será del 60% y la plantilla docente no sólo merma sino que mantiene esa tendencia. ¿No ve lógico el temor a la pérdida de empleo?

–Las condiciones de trabajo se van a respetar. Quiero que quede claro. Nadie se irá por culpa de esta reestructuración.

–La Comunidad de Madrid ha anunciado una bajada del 5% en las tasas universitarias para el próximo curso. Ya las bajó el anterior. ¿Cuánto queda para llegar a los niveles de 2010 como pedían los rectores madrileños, incluido usted, claro?

–Nos queda otro 50%, así de crudo. Otra mitad. Recordemos que estaban altísimas. No se pueden poner dificultades a los estudiantes que aportan ganas y méritos pero escasean de recursos. Hay que ir a unas tasas lógicas y asequibles como manda la enseñanza superior pública. Por eso es bueno seguir acortando distancias y que así de claro lo vean también en el Gobierno regional.

–¿Cómo va el contencioso con Unicaja para lograr que el San Juan Evangelista, el famoso «Jonnhy», se una a la lista de los colegios mayores públicos de la Complutense?

–Seguimos trabajando para recuperarlo lo antes posible. Ahí está, vigilado para evitar nuevas ocupaciones y con las negociaciones sobre la mesa. Los plazos judiciales van corriendo pero yo creo que en Unicaja, la concesonaría que tenía el centro y lo cerró abandonándolo, son cada vez más sensibles.

–¿Abrirá el nuevo Johnny el próximo curso?

–No es fácil pero confío en que todo se desarrolle con la máxima prontitud. No hay que olvidar que, tras resolver la cuestión legal, el edificio requerirá una serie de obras de reforma, limpieza y rehabilitación a cuenta del tiempo que lleva cerrado y durante el que estuvo ocupado. Eso ha hecho muchos estragos. Nuestros cálculos confirman que para reformarlo son necesarios entre 7 y 11 millones de euros. El 29 de julio próximo se cumplen dos años de su cierre por parte de Unicaja. Me gustaría que ese día todos pudiéramos celebrar un acuerdo judicial bueno para el colegio y para toda la Complutense.

–Un asunto obligado: la deuda de 150 millones de los tiempos del rector Berzosa del que, por cierto, usted fue vicerrector. ¿La tiene controlada?

–Vamos pagando lo que debemos y como podemos. No me quita el sueño, la verdad. Ya pagamos a los proveedores a 60 días. No sabría darle un balance exacto pero en lo que la Comunidad de Madrid nos siga abonando las sentencias que les ganamos en los tribunales podremos ir haciendo frente a nuestras responsabilidades. Hasta el momento, hemos recuperado unos 200 millones en sentencias favorables pero no todos nos han llegado.

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