El solar donde se levantará Caleido, a espaldas de las Cuatro Torres
El solar donde se levantará Caleido, a espaldas de las Cuatro Torres - MAYA BALANYÁ

Torre Caleido: las obras secretas del quinto rascacielos de La Castellana

Las obras arrancaron bajo tierra hace dos semanas. Los trabajos no serán visibles en la superficie del complejo hasta después del próximo verano

MADRID Actualizado: Guardar
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La torre Caleido no será, valga la licencia, un gigante con pies de barro. Pese a que un amplio solar preside el área donde está proyectada -a espaldas de las Cuatro Torres-, las obras ya han arrancado. Los operarios llevan trabajando en la zona desde hace dos semanas. Y lo hacen, por ahora, bajo tierra. Sin afectar al anillo distribuidor de tráfico que ocupa buena parte del subsuelo de la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid, y tomando como modelo la referencia de sus vecinos, la construcción del nuevo proyecto aún es una realidad difícil de percibir. Según ha podido saber ABC, no será hasta dentro de cuatro meses cuando los trabajos comiencen a ser visibles, unos plazos más que razonables en cuanto la finalización del edificio está prevista para el último trimestre de 2019.

De esta manera, el Grupo Villar Mir -a través de su filial Promociones y Propiedades Inmobiliarias Espacio- y su socio Megaworld Corporation, con el que firmaron un reciente acuerdo en marzo, alumbran un plan de desarrollo que contará con una inversión total de 300 millones de euros y generará más de 5.000 puestos de trabajo entre las fases de construcción y explotación. El complejo, diseñado por los estudios Fenwick Iribarren y Serrano-Suñer, proyectará una imagen de «T» invertida y, en su interior, albergará el nuevo campus del Instituto de Empresa (IE), una clínica de medicina deportiva del grupo Quirón Salud y una zona comercial.

Con 181 metros de altura, la torre Caleido ocupará el quinto cajón del skyline madrileño, justo por detrás de sus futuras vecinas. Su estructura estará dividida en dos espacios claramente diferenciados: una torre, de 161 metros y 36 plantas; y una base, de 20 metros y 4 plantas, que se proyectará a modo de zócalo en paralelo al Paseo de la Castellana. El solar, de 66.972 metros cuadrados, estará dividido casi a partes iguales entre la superficie de uso dotacional (33.325 metros cuadrados) y las zonas verdes aledañas (33.647 metros cuadrados).

Una extensión de terreno que apenas ha variado en el último lustro. Ocupado actualmente por los cimientos de hormigón de lo que iba a ser el Centro Internacional de Convenciones, un «nuevo icono arquitectónico de Madrid» –en palabras del exalcalde Alberto Ruiz-Gallardón– que nunca llegó a erigirse castigado por los severos efectos de la última crisis económica. En 2012 las obras se paralizaron por falta de fondos y, desde entonces, la precaria estructura construida ha formado parte del paisaje de la moderna «city» financiera de la capital.

Acceso subterráneo

Sobre el terreno, el único atisbo visible es un pequeño grupo de casetas de plástico instaladas en el centro del recinto. El resto, por ahora, permanece intacto. Tanto las maquinaria como los empleados que trabajan en la obra acceden a través del extenso anillo de túneles (1.000 metros de longitud), que conecta bajo tierra la denominada gran manzana (formada por el paseo de la Castellana, la avenida de Monforte de Lemos y las calles de Pedro Rico y Arzobispo Morcillo).

Con la llegada de la «quinta torre», los vecinos confían en la revitalización de un espacio asolado por la herida urbanística que separa los rascacielos del barrio de la Paz. Dinamizar la actividad social y económica, que hasta la fecha carece de oferta comercial, restauración y ocio, y reducir la sensación de inseguridad que genera el trayecto entre ambos enclaves son sus principales reclamos. «Desde que se fue la cantera del Real Madrid, aquella parte está muerta», señala un usuario del polideportivo Vicente del Bosque (Monforte de Lemos, 13) en dirección a la «zona cero». «Si hacen todo lo que están diciendo, el barrio va a parecer otro», prosigue su compañero de fatigas.

La extensión de zonas verdes completará la conversión alrededor de un inmueble que aspira a conseguir la Certificación LEED Gold (Líder en Eficiencia Energética y Diseño Sostenible), con la implantación de aparcamientos exclusivos para vehículos «cero emisiones», modernos sistemas de climatización e iluminación eficientes o griferías y sanitarios compactos de bajo consumo. Contará, además, con un plan de calidad ambiental que contempla un 75 por ciento de compartimentos con luz natural, que permitirá un 90 por ciento de vistas al exterior, y un engranaje de ventilación un 30 por ciento superior al límite establecido.

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