Cartas al alcalde

Runner

Es un viandante que va de bólido, y lo mismo estamos ante otra suerte del patín, o de la bici

Una runner en una imagen de archivo ABC

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Aquí hemos echado al aire la duda de la molestia del patín, o patinete , que es una musa de la época de cielos abiertos de Carmena. E incluso aquí hemos reiterado la duda de la molestia de la bicicleta , que ha ensanchado su uso como si Madrid Central fuera otro corazón de Ámsterdam, pero sin canales, y con cuestas.

El patín, o la bici, viven el difícil equilibrio de compartir , a ratos, el espacio con el peatón, que en Madrid es generalmente un peatón con el susto encima. Pero uno quisiera echar también aquí, al aire, la duda de si estorba mucho, o poco, o nada, el runner , que es el como se titula ahora al mozo que se pone a trotar entre semáforos. Mozo, o moza.

No digo yo que el runner no tenga todo el derecho a cumplir un maratón de solitario de la calle Segovia hacia arriba, y luego hacia abajo. Entiendo que sí, me parece que sí. Lo que pasa, alcalde, es que el runner va muy equipado de cascos musicales , ensimismamiento de púgil, y zapatillas de astronauta de lo suyo, con lo que igual el peatón tiene ante el runner otra cautela más de viandante al que no le cunde.

El runner es un viandante que va de bólido, y lo mismo estamos ante otra suerte del patín, o de la bici, con el runner en marcha, mayormente si la calle es estrecha, como pasa en Madrid, en tanto barrio. El runner está muy bien, sólo que está muy bien si por la acera cabe él, un peatón y un patinete, los tres c on holgura, porque si no estamos ante la reinvención del atasco .

Vengo a decir, alcalde, que aquí nos hemos echado todos a la calle a darle al pedal, o a la zapatilla de diseño, y el paseante propiamente dicho se va quedando como una reliquia de la city que no tiene sitio para él , a modo, salvo en los parques de desperezo y en las aceras de holgura.

No es exageración literaria. Arrímese usted al cogollo del meollo de la ciudad, ahí en las órbitas de la Puerta del Sol, y verá que amenidad de estorbos vivos nos lo ponen difícil , cada día.

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