Robert el Ruso, el matón que firmó con 14 cuchilladas el cadáver del Pelón

Su voz puede ser un susurro. Su gesto en público mostrarlo casi hierático. Musculoso y de metro ochenta. Pero su mirada es la de un asesino convicto que, con solo 28 años, está vinculado, además, a un rosario de torturas, narcotráfico y extorsiones. Se llama Roberto Izquierdo, pero le conocen más como Robert y, sobre todo, como el Ruso. A primeros de noviembre, protagonizó una violenta fuga durante un traslado desde la cárcel al Hospital Doce de Octubre , pese a la importante custodia policial. Desde entonces y hasta la semana pasada, ha permanecido huido . Se escondía en el norte de Marruecos, en Tetuán , zona donde tenía contactos por sus negocios con el hachís. Había puesto el Estrecho de por medio por dos razones: para no cumplir los 58 años de prisión a los que está condenado y porque los allegados de su víctima, apodado el Pelón, le habían puesto precio a su cabeza entre rejas.

El Ruso era la mano derecha de Ismael López «el Ojos» , quien a principios de septiembre recibió una cuchillada en el abdomen a manos de otro preso en el penal de Zuera (Zaragoza), en lo que se sospecha que fue un ajuste de cuentas a la carta. El precio, supuestamente, 60.000 euros. Este sujeto asesinó a un portero de discoteca en la Nochevieja de 1999. Por aquella época, ya trapicheaba en Alcalá de Henares, donde residía, y apuñaló mortalmente al hijo de un comisario en otra sala de fiestas madrileña.

Hace unos años, se instaló en la costa de Cádiz, casado y con hijos, y empezó a mover droga, sobre todo hachís, en la zona del Campo de Gibraltar. Ahí es donde estrechó lazos con el Ruso, quien participó con él en el secuestro, tortura y asesinato de David Muñoz «el Pelón», de Chiclana de la Frontera y miembro de un clan experto en dar «vuelcos» (robar) a los narcos. Le reclamaban 400.000 euros que supuestamente tenía escondidos . Su cadáver, con 14 puñaladas y casi irreconocible de tantos golpes, fue hallado en un descampado cercano al Hospital de Puerto Real. Corría agosto de 2014.

Antes, lo habían sometido a todo tipo de salvajadas durante ocho horas, según se desveló en el juicio el año pasado. Lo apresaron al salir de su casa y lo llevaron en coche por distintos puntos de la provincia en busca del dinero que supuestamente escondía de sus golpes. Asaltaron dos chalés y acuchillaron a sus moradores, a los que dejaron heridos de gravedad. Al final, degollaron al Pelón «como si de un perro se tratara», se oyó en el plenario.

El Ojos, a quien también se le conoce como el Terror de Vallecas, había pedido explícitamente al Ruso que bajara de ese barrio a Cádiz con otros secuaces para acabar con el Pelón. La Sección Cuarta de la Audiencia de Cádiz no creyó ni media palabra. Y acabó en la prisión de Madrid III (Valdemoro). Hasta que en ese traslado al Doce de Octubre sus amigos y familiares le tendieron una celada a los guardias que le custodiaban. Rociaron a los agentes con el contenido de unos extintores y metieron al Ruso en un BMW X5 robado a una empresa. La emboscada fue planeada en la cárcel, donde ha regresado este criminal.