Nuestra Señora de las Victorias, una parroquia hecha caridad

Tetuán es un Madrid dentro de otro Madrid, márgenes existenciales a un lado de la calle Bravo Murillo, mosaico multicultural. Y la parroquia de Nuestra Señora de las Victorias (Azucenas, 34), patrona del Barrio Tetuán de las Victorias, como antes se le llamaba, es un oasis de caridad de una Iglesia sacerdotal, levítica, que siempre ha estado donde se la necesitaba.

Cuenta la historia oficial que el nombre de la parroquia tiene que ver con el asentamiento de las tropas que conquistaron la plaza de Tetuán, su devoción a la Virgen de las Victorias y su agradecimiento a la Reina Isabel II. En la recién creada web de esta parroquia -«el bebé de la parroquia», según el encantador párroco, Mariano Vélez Caballero-, se lee que «por entonces se construye una pequeña iglesia, cuya titular será Ntra.

Sra. de las Victorias.

Pasado el tiempo, el barrio creció de 4.000 a 64.000 habitantes, motivo por el cual, el 28 de julio de 1928 el Patriarca Eijo y Garay ponía la primera piedra de este grandioso templo. A primeros de junio del año 1934, siendo párroco D. Félix Pérez de Gracia, se abre al culto la nueva iglesia parroquial».

Ábside con frescos

El templo es grandioso, aunque no lo parezca desde el exterior. Obra de Miguel Durán y Castro Fernández Shaw, de planta basilical, tres naves, con columnas y arcos neorenacentistas, cubiertas y bóveda en madera de estilo neomudéjar y un espacioso ábside decorado con frescos de escenas de la Virgen María. Se desconoce el autor de los frescos. Hay quien dice que fue un militar pintor celeste, que seguro que haberlos, los hay. En el proyecto originario también encontramos un campanario en el extremo del crucero izquierdo que no llegó a erigirse.

Muestra del agradecimiento que los files de esta parroquia, que hoy cuenta con unos 15.000 feligreses, tienen a sus sacerdotes es la inscripción de la puerta principal: «En memoria de don Agustín Jiménez Cordobés párroco (2-11-86/13-IX-95). La comunidad de Nuestra Señora de las Victorias agradecida por su entrega a todos y restauración del templo parroquial».

Volvamos al párroco, Mariano, hombre de fácil conversación, muchos años de experiencia en Vallecas y ahora en esta comunidad que pretende que sea un abrazo de Iglesia, hospital de campaña para un barrio que ha sufrido mucho la crisis económica. Insiste en que el clima de fraternidad en el arciprestazgo, entre los sacerdotes de la zona, es ejemplar. Y lo agradece de corazón. La presencia de numerosos feligreses procedentes de la inmigración hace que la parroquia sea de acogida.

Cáritas, que trabaja codo con codo con los asistentes sociales del barrio, atendió el pasado año a 145 familias, de las que 31 eran españolas; el resto inmigrantes; 30% de los atendidos, parejas con hijos; 24 %, monoparentales; el resto, personas solas. La mitad de las familias atendidas procedentes de Hispanoamérica, la otra mitad mayoritariamente del norte de África.

Cáritas

El párroco nos insiste en que Cáritas ofrece «hasta lo más básico, dinero para poder comprar un medicamento, la luz, el agua, el alquiler de la vivienda, o la comida, que recibimos de Cruz Roja y distribuimos de forma muy controlada».

El párroco está acompañado de otro sacerdote, procedente de Mérida, Venezuela, Jesús Andrés Pérez Pérez, que cursa sus estudios superiores en el Instituto de Pastoral. Cuenta con la colaboración de las comunidades: Compañía de Santa Teresa; Hijas de la Caridad, que llevan la guardería y el dispensario de la parroquia; Mercedarias Misioneras de Berriz, y Misioneras de María Inmaculada-Siervas de las Obreras.

Además de las catequesis de iniciación cristiana y de confirmación, tiene un grupo de Biblia y un aula cultural, que otrora fue parte de la asociación de vecinos que nació aquí. Y con tres grupos del PDE, que creo que es Plan Diocesano de Evangelización. Y, sobre todo, con unos feligreses que son corresponsables de su Iglesia, como por ejemplo, la persona encargada de las cuentas, Gabriel de la Fuente, lector de ABC, según me comenta. Como siempre, lo mejor de este periódico, sus lectores, también en las parroquias.