Nuestra Señora del Espino: El trabajo de los misioneros claretianos

La parroquia, muy activa en el barrio, también atiende a la comunidad filipina

Interior del templo de Nuestra Señora del Espino, inaugurado en su actual ubicación en 1981 JOSÉ RAMÓN LADRA

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«Una parroquia abierta». Este sería el lema de Nuestra Señora del Espino, calle Conde del Serrallo, 7, a la espalda de la plaza de Castilla , pegada a la avenida de Asturias , altura geográfica y de historia, presencia de los misioneros claretianos en Bravo Murillo, la vía madrileña que mejor refleja el contraste de sociología, de vidas y formas multiculturales. El P. Jorge Domínguez Garrido , párroco, insiste en que la realidad de la zona es muy diversificada, la media de edad de los feligreses es alta, y la asistencia a las demandas sociales muy intensa. El padre Jorge vive en un una comunidad de padres claretianos que atiende éste y otros servicios, como la ONG Proclade, hoy ya Observadora Permanente en la ONU. El carisma de los misioneros claretianos se despliega a través de una comprensión de la parroquia como misión , no solo por el aspecto de la misión «ad gentes», que también es clave, sino por la apertura a todas las realidades personales y sociales.

Expresión de esa apertura de la parroquia es la presencia de la capellanía de la Comunidad Filipina, Tahanan. Una comunidad que lleva 23 años en la parroquia y que ahora está directamente atendida por un sacerdote del Verbo Divino. Una comunidad de una profunda religiosidad, que llena los domingos la vida a partir del mediodía, que está muy preocupada por su formación y su integración social, y que celebra su fe con particular intensidad de expresión artística y musical.

Plan Parroquial

La parroquia se estructura a tres núcleos, el pastoral catequético, el litúrgico y espiritual, y el social y misionero. Hay que destacar que aquí se desarrollan los cursillos prematrimoniales del arciprestazgo, impartidos por la Escuela de matrimonios. La fisonomía de la comunidad es muy rica en actividades y presencias. Aquí tienen sus reuniones las personas de Alcohólicos Anónimos y de Narcóticos Anónimos . Cuenta con una Cáritas, llevada por un grupo de unos diez voluntarios, que atiende a las necesidades de las personas del barrio y que trabaja en estrecha colaboración con el supermercado de la Cáritas del arciprestazgo, ubicado en Bravo Murillo. También nos encontramos con un grupo de Vida Ascendente, el grupo de Biblia, el de la pastoral de la salud con las visitas a enfermos –una realidad prioritaria en una zona en la que crece la soledad de los mayores–, un centro juvenil, cuatro grupos de Palabra y vida, que comparten la experiencia cristiana, además de las habituales catequesis. Ahora se va a poner en marcha un Taller de Oración y Vida, del P. Larrañaga.

De hecho la parroquia está embarcada en un Plan parroquial que tiene como referencia el Plan Provincial de Parroquias de los Claretianos, con los siguientes objetivos que hacen referencia al ser «misioneros que caminan bajo el impulso del Espíritu para ser discípulos del Maestro, vivir en actitud de éxodo y dar testimonio de la alegría del Evangelio». También se insiste en el Plan en que «somos enviados a evangelizar y a escuchar a los pobres y los llamados a testimoniar la absoluta primacía de Dios y de su Reino, la preferencia divina por los más débiles y el valor sagrado de los derechos humanos, de la creación y de toda vida».

La historia de la presencia de los padres claretianos en el barrio de Tetuán, según narra la historia oficial de la parroquia, se remonta a 1968 provisionalmente en la calle Bravo Murillo, 344. Entonces comenzó una larga búsqueda del solar sobre el que construir el templo parroquial. El 12 de octubre de 1969 comenzó a funcionar la parroquia en un salón alquilado de la calle Cañaveral 1, adecentado para capilla. En junio de 1971 adquiere independencia jurídica. En diciembre de 1975 se traslada la comunidad a la calle Antonio 43, inaugurándose el 13 de febrero de 1976, al mismo tiempo que otros miembros de la misma comunidad formaban la nueva comunidad de Bravo Murillo 203. El 9 de enero de 1980 se colocó la primera piedra del actual templo, inaugurándose el día 27 de junio de 1981 por D. Vicente Enrique y Tarancón . En 1993 se celebró la Misión Popular en la parroquia y en todo el arciprestazgo de Nuestra Sra. de las Victorias.

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