El hospital Infanta Cristina, en Parla, es uno de los receptores de población limítrofe de Toledo
El hospital Infanta Cristina, en Parla, es uno de los receptores de población limítrofe de Toledo - JAIME GARCÍA

Madrid atendió 7.300 urgencias de Toledo en 2015 sin recibir un euro

Se acordó por convenio transferir la asistencia especializada de los vecinos toledanos a los hospitales de Aranjuez y Parla a cambio de una compensación económica, pero Castilla-La Mancha no cumple

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Un nuevo frente sanitario se abre entre dos comunidades limítrofes. Hace justo un año que Madrid y Castilla-La Mancha firmaron un convenio de cooperación para optimizar la atención sanitaria de la población del norte de Toledo, mucho más próxima a los hospitales universitarios madrileños Infanta Cristina(Parla) y Tajo (Aranjuez) que al suyo de referencia, el de la capital manchega. El acuerdo fue promovido a instancias del anterior ejecutivo de María Dolores de Cospedal (PP), para dar respuesta a una demanda básica de sus vecinos (126.300 censados). Se favorecía, por ejemplo, que los residentes de Ocaña y Seseña pudieran elegir ir al hospital de Aranjuez (a unos 20 kilómetros de distancia, 20 minutos en coche) y no al de Toledo capital (a 51 kilómetros, unos cuarenta minutos por carretera).

O que los de Illescas eligieran ir a Parla (a 17 kilómetros, 20 minutos) en lugar de ir a Toledo (a 38 kilómetros, 27 minutos).

El convenio fijaba que Madrid asumiría de manera progresiva a esa población, previo pago de una canon por usuario. Por cada vecino que decidiera su traslado al servicio madrileño, la Junta abonaría 403 euros anuales; es decir, hasta 50 millones. Al final de cada ejercicio se haría la liquidación. Antes, el Gobierno manchego debía remitir a Madrid un listado con los pacientes que eligieran ser asignados a los hospitales de Aranjuez y Parla, para hacer las previsiones de recursos extra que el servicio madrileño de salud (Sermas) necesitaría para atender a los nuevos.

La entrada del PSOE en la Junta manchega ha dejado en vía muerta el pacto sanitario, que firmaron Cospedal y González, ambos del PP

Sin embargo, el regreso del PSOE al ejecutivo castellano-manchego ha dejado en vía muerta el pacto sanitario firmado hace justo un año entre Cospedal y el anterior equipo de Ignacio González, a dos meses de las elecciones autonómicas. Ni se ha enviado el listado de pacientes –que iban a recibir una tarjeta para disponer de los mismos servicios que un madrileño–, ni se ha convocado la comisión de seguimiento que debe revisar su cumplimiento. Y no es solo eso.

La Junta: «demasiado costoso»

El actual gobierno socialista de Emiliano García-Page ha amagado en varias ocasiones con romper un acuerdo que, considera, «no favorece a la región» por ser demasiado costoso. Defiende que en lugar de exportar pacientes a Madrid, la mejor inversión es dedicar ese dinero en el sistema de salud castellano-manchego, «descapitalizado» en la última legislatura, según denuncia reiterada de la entonces oposición al Gobierno Cospedal.

Pero lo cierto es que mientras el gobierno de García-Page se decide en romper o no con el protocolo firmado, Madrid sigue asumiendo la asistencia sanitaria de sus vecinos, sin recibir ninguna compensación económica. Según datos de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Cristina Cifuentes, solo el año pasado Madrid atendió 7.357 urgencias de pacientes del norte de Toledo. El hospital del Tajo (Aranjuez), asumió 6.807 visitas, lo que representa el 12% de su servicio de Urgencias. La media fue de 567 atenciones al mes. Hubo un total de 65 partos no programados (9,5% del total). El Infanta Cristina, en Parla, recibió 550 urgencias desde Toledo.

Vecinos de municipios limítrofes de Toledo se han movilizado ante los amagos de García-Page por romper el convenio

Pero el «problema», según recalcan desde la Consejería que dirige Jesús Sánchez Martos, es que esos casos urgentes derivan en apertura de historias clínicas en el hospital que, lejos de derivarse a Toledo, se siguen atendiendo en Madrid. Es decir, que al final los pacientes castellano-manchegos son íntegramente atendidos por el Sermas. sin que los costes repercutan a la Junta de Castilla-La Mancha. «No se produce ninguna facturación», confirma el Ejecutivo de Cifuentes, que procura en todo caso un mensaje de tranquilidad a la población afectada, a la que se seguirá atendiendo. «Madrid es solidaria y se asiste a todo el mundo que viene. Pero pedimos que cada uno asuma su responsabilidad», indican desde la Consejería madrileña de Sanidad, que culpa a sus colegas de Castilla-La Mancha de «perpetuar» la situación.

«El convenio ofrece una mayor garantía de atención a los pacientes de Toledo, que podían venir a cualquier otra actividad programada a nuestros hospitales. Es muy triste que acudan a una urgencia a un sitio, pero se les dé continuidad de asistencia en otro. Entendemos que era una demanda de Castilla-La Mancha para beneficiar a su población, no pueden mirar a otro lado porque Madrid lo asume todo», razonan en el equipo de Cifuentes.

El mismo marco de colaboración ofrecía el trasvase a centros de referencia como La Paz o el Ramón y Cajal para cubrir la asistencia de especialidades no disponibles en Guadalajara a su población. Tampoco se ha activado esa parte del convenio.

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