Viñeta de Mingote en abril de 1959 en la que ironiza sobre el «loco del bisturí»
Viñeta de Mingote en abril de 1959 en la que ironiza sobre el «loco del bisturí» - ABC

El «loco del bisturí» que rajaba el culo de las mujeres en el Metro de Madrid

El suceso, de 1959, figura en la hemeroteca de ABC como parte de la crónica negra de la capital

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La narración de la presente historia, enmarcada en el Metro de Madrid, se encuentra a caballo entre la leyenda y la crónica negra de la capital; rescatada en cualquier caso de la hemeroteca de ABC. Y es que el suburbano, a punto de cumplir cien años de vida, inaugurado en 1919, es una fuente inagotable en ambos casos. Famosos son los fantasmas que, supuestamente, vagan por sus andenes, de la misma forma que vesánicos y personajes singulares, reales, como el que en este caso nos ocupa.

Tal es el ejemplo del apodado como el «loco del bisturí», un sujeto que en 1959 aterrorizó a las féminas de la ciudad haciendo cortes en las nalgas de las mujeres que frecuentaban la línea 1 del Metro.

Aunque finalmente se detuvo a un joven de 18 años, lo cierto es que el suceso dio para innumerables especulaciones. De hecho, su apelativo, alimentado desde la prensa, remite a que en un principio se creyó que era un cirujano. Valga como ejemplo en este caso la ilustración que acompaña a este texto: una viñeta del maestro Mingote en la que una mujer huye de un quirófano al grito de «¡el loco del bisturí!».

Recorte de la noticia, en ABC
Recorte de la noticia, en ABC - ABC

Bromas aparte, la realidad es que este agresor, a la par fetichista y misógino, generó una alarma real en Madrid. La Policía seguía su rastro con la única pesquisa de un vago retrato robot y su «modus operandi». Según el testimonio de una joven que lo vio, se trataba de un hombre de baja estatura, delgado y con ojos saltones. Sus actuaciones, idénticas: bañaba el bisturí en anestesia para que las víctimas no se percataran del pinchazo, solo advertido una vez vista la sangre. Siempre hacía los cortes en el trasero.

Tal y como detalla una noticia de ABC, en abril de ese año, los agentes del Cuerpo madrileño buscaban a un joven de unos 18 o 20 años, ajenos a la leyenda sobre el cirujano. Después se supo que se trataba de un chico con problemas psiquiátricos, al que se le comenzó a seguir la pista tras el ataque frustrado a C. B. T., una menor de 15 años que vivía en Vallecas. Vestido entonces con «americana marrón y pantalón gris», como apunta la crónica, un descuido en la parada de Sol resultó determinante para capturarlo. Mucho tiempo después, el caso del «loco del chándal», que actuaba en el suburbano de Barcelona, resucitó este caso.

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