El legado de la Duquesa de Osuna resucita en El Capricho

El museo recuperará en abril de 2019 la vida del palacio, con pinturas, enseres personales de la familia, mapas e inventos del «Siglo de las Luces»

El Palacio de los Duques de Osuna ISABEL PERMUY

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Osada amazona. Aristócrata con nombre propio en la alta sociedad. Mecenas del arte y las ciencias. La condesa-duquesa de Benavente y duquesa de Osuna, María Josefa Alonso Pimentel (Madrid, 1750-Madrid, 1834), fue una de las mujeres que, gracias al impulso de sus inquietudes ilustradas, protagonizó en el siglo XVIII la paulatina e intrincada conquista femenina de un espacio público y social dominado por hombres. Suya fue la determinación de levantar en 1783 su «Capricho» en la Alameda de Osuna ; un palacio con salas y jardines diseñados de forma expresa para el desarrollo de sus pasiones. Tras un año de restauración, en abril de 2019, el Ayuntamiento inaugurará en este complejo un museo dedicado a su figura y a los avances que trajo el «Siglo de las Luces».

Cuna de finales del siglo XVIII MUSEO DE HISTORIA DE MADRID

El propio palacio, con sus suelos, techos y adornos, constituye en sí mismo la principal pieza de la colección que el Consistorio está recuperando. En él, se volverán a instalar los elementos que la familia Osuna utilizó en sus espacios originales. El mobiliario y los enseres personales (la cuna, el tacataca de sus hijos o la escribanía), jarrones de la Real Fábrica del Buen Retiro, estatuillas, imágenes del palacio del siglo XIX, mapas y planos, telescopios y esferas sobre los astros, entre otros objetos de la época, convivirán con contenidos nuevos e interactivos ideados para cada estancia. La conjunción de ambos elementos pretende recrear el ambiente y la vida en el Palacio . «Supone ganar un nuevo museo municipal para Madrid que permite comprender la riqueza y el sentido del Parque de El Capricho», indican desde el área de Cultura.

Sonetos y partituras

El proyecto museístico, al que ha accedido ABC, será presentado por la alcaldesa, Manuela Carmena, mañana en la comisión de Cultura. Éste se articula en once capítulos, que se distribuyen por las distintas salas del palacio y que parten de la llamada «Caja de Intercambios» , un gran espacio central de doble altura. Este lugar se utilizará, además, como estancia multiusos, donde se podrán realizar proyecciones, actos y conferencias. En él, se ofrecerá una primera información de los recorridos del museo.

Luisa Todi MUSEO DE HISTORIA DE MADRID

Los Osuna convirtieron El Capricho en un punto de reunión de la alta sociedad y en un refugio para los intelectuales a los que María Josefa Alonso auspiciaba. Con este espíritu, la sala Jardín y Palacio Ilustrado, en la planta baja, recordará ese contexto de hervidero social con una exposición sobre la evolución histórica del complejo. Los planos de la época y fotografías de Charles Clifford realizadas en 1856 ilustran las grutas, estanques, templetes, las plantas exóticas con las que fue adornado el jardín y el fastuoso salón de baile donde en ocasiones el maestro Boccherini daba recitales para el deleite de sus selectos invitados.

Autómatas y juegos de espejos

En la primera planta, se situaban las estancias privadas de los Duques. En esta zona destaca la Sala de los Países , donde colgaban los cuadros que Francisco de Goya pintó a sus mecenas: «La familia de los Duques de Osuna», «El conjuro», «El aquelarre» o «La pradera de San Isidro», entre otros. Un sistema en tres dimensiones de alta definición permitirá reproducir estas piezas en la ubicación donde estaban entonces. El Consistorio tuvo que recurrir a esta técnica tras el rechazo del Museo del Prado de ceder los valiosos lienzos.

El retrato de la familia Osuna que les dedicó Francisco de Goya MUSEO DEL PRADO

Los textos que Tomás de Iriarte, Ramón de la Cruz o Leandro Fernández de Moratín le dedicaron a la Duquesa dejan clara muestra de la admiración mutua que se profesaban. Para destacar este aspecto de la personalidad de María Josefa Alonso , se pidió la colaboración de la Biblioteca Nacional para recuperar los libros que formaron parte de su preciada y extensa colección y ofrecérselos al público para su consulta en formato digital.

Charles Clifford. Vista del templete de la plaza de Emperadores. 1856 BIBLIOTECA NACIONAL DE ESPAÑA

La Duquesa también fue irreverente en lo que tiene que ver con el cuidado de sus hijos. En contra de la costumbre en la aristocracia, María Josefa Alonso quiso ocuparse personalmente de la educación y el cuidado de sus vástagos, en vez de confiarlos a sus doncellas. La también condesa-duquesa de Benavente emprendió por orden de CarlosIII las Escuelas Reales, que acogieron a unas trescientas alumnas. Su interés por aprender también la llevo a contactar con inventores y científicos a los que prestó su apoyo económico . Por ello, los tres torreones y las dos terrazas-miradores del palacio se han dedicado a la ciencia y la infancia.

En concreto, uno de los torreones se convertirá en una cámara oscura en la que se proyectará una imagen exterior del jardín;en otra, habrá autómatas, una linterna mágica, juegos de espejos, una cámara clara y otros artilugios con los que experimentar y ahondar en el conocimiento, algo que ella tanto fomentó.

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