Jueves Santo bajo la lluvia: «Estamos muy tristes, pero el Señor lo ha querido así»

El mal tiempo impidió a Madrid encontrarse ayer en las calles con El Pobre, El Gran Poder y El Cautivo

Costaleros del Gran Poder, desolados por no poder salir en su Jueves Santo Guillermo Navarro
Adrián Delgado

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Madrid también se hace «pueblo» en las iglesias. Un pueblo que resiste ilusionado bajo la lluvia para ver de lejos, a través de una angosta puerta, la imagen de su fe. «A veces, en la fe se necesita tocar, ver, contemplar. Y, cuando el artista sabe poner la mirada, que cae encima de ti, te haces la composición de lugar y a mí por lo menos me ayuda. Sospecho que al pueblo, que a veces tiene mucha más fe que uno, también le ayuda», explicaba, a las entrada de San Pedro El Viejo, Carlos Osoro , cardenal arzobispo de Madrid. La tristeza, fuera y dentro del templo, se hizo notar poco a poco, mojando el alma de la Hermandad de Jesús El Pobre como el calabobos los huesos de los centenares de personas que se agolpaban en la plaza del Nuncio.

«No salimos. Por delante de todo están las personas. Sé que estáis tristes», explicó desde el altar Francisco Javier Ruiz –Paco, para todos–, hermano mayor de El Pobre. «No podemos arriesgar ni el patrimonio artístico ni al humano», añadía Carlos Blanco , su capataz, para poner de relieve la imposibilidad material de poner en la calle la talla dieciochesca del Señor y el palio de María Santísima del Dulce Nombre. Dos tronos, con 48 anderos, muy difíciles de maniobrar. «Llevamos muchos penitentes tapados. Todo el que ha salido en procesión llevando su penitencia bajo un antifaz sabe que mojado se pierde la noción del espacio y no se camina con soltura. Venimos a hacer penitencia, no venimos a hacer tortura», concluyó.

Los miembros del cortejo de El Pobre y El Dulce Nombre, apenados por no poder salir ISABEL PERMUY

Lela Soto y Rafael del Zambo , que tenían previsto acompañar la salida de ambos tronos con sus saetas desde un balcón, se las cantaron dentro de San Pedro El Viejo. Muy pocos pudieron contener las lágrimas. La agrupación musical de la hermandad, desde el coro, y la banda de La Lira de Pozuelo , desde el altar, dedicaron varias marchas a las imágenes titulares.

La Junta de Gobierno de El Gran Poder, reunido, antes de suspender la procesión del Jueves Santo Guillermo Navarro

A pocos metros de allí, en la Real Colegiata de San Isidro, la Junta de Gobierno de la procesión más antigua de Madrid –la del Gran Poder y La Macarena– decidía no salir tampoco: «Estamos muy tristes, pero El Señor lo ha querido así». Las imágenes sevillanas recibieron el cariño de todos cuantos pudieron entrar en la iglesia de la calle de Toledo. «Queremos verlo, aunque sea desde la puerta», explicó a ABC un matrimonio que intentaba acceder desde la puerta de la calle de la Colegiata. El Divino Cautivo no dudó de los estragos de la lluvia y suspendió su procesión un hora antes de su salida.

El Divino Cautivo tampoco salió ayer del Colegio Calasancio Maya Balanyà

Con la esperanza en que mejore el tiempo –aunque las previsiones para hoy no son halagüeñas–, las hermandades de Jesús de Medinaceli, el Cristo de los Alabarderos, la procesión del Silencio y los Siete Dolores esperan poder procesionar este Viernes Santo. El Santo Entierro, a partir de las 20.30 horas, también tiene previsto salir desde la parroquia de la Santa Cruz.

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