El médico, con la multa por aparcar en una zona prohibida FOTOS: RAFA ALBARRÁN

Frade monta el «show» en los juzgados

El cirujano, acusado de simulación de delito y estafa, aparcó en prohibido y dejó a su perro dentro, a pleno sol

Madrid Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Un culebrón. Eso fue lo que protagonizó ayer el cirujano plástico Ignacio Frade, de 58 años, en los Juzgados de lo Penal. El médico, que denunció en abril que había sido asaltado y golpeado en su consulta y vivienda paterna del distrito de Retiro, se sometía a un juicio rápido. El Ministerio Público le acusaba de simulación de delito y de intento de estafa para cobrar un seguro por un supuesto robo y los consiguientes destrozos realizados en su chalé situado en Montealina (Pozuelo de Alarcón), el pasado 7 de marzo. La denuncia la realizó su tercera mujer, Rebeca Rodríguez, con la que está tramitando el divorcio. El juicio quedó visto para sentencia y la Fiscalía pide cinco meses de prisión.

La cita era a las 10.30 horas, en la Sala 9 del Juzgado número 31. Sin embargo, Frade llegó tarde. De punta en blanco y con su perro, no tuvo ningún reparo en estacionar su deportivo junto a la sede judicial, en la zona acotada. Dejó a su can dentro, un teckel de nombre Habana, al sol, sometido a las altas temperaturas.

El «show» tardó casi una hora en comenzar. Fue cuando la Policía Municipal se acercó a multar el coche y vio que dentro había un animal. Se lo comunicaron a los vigilantes de seguridad de los juzgados, ante la posibilidad de que su dueño estuviera dentro. La segunda opción era romper el cristal y avisar a una protectora para que se hiciera cargo de Habana.

El juicio se tuvo que suspender porque Frade dijo que el perro era suyo. Bajó a la carrera, le dio agua con la mano al animal, se excusó como pudo delante de los agentes y fue a buscar un garaje en donde volvió a dejar al perro, ya a la sombra. Después, regresó. El parón duró unos quince minutos.

Entretanto, Rebeca declaró por videoconferencia desde Sant Boi de Llobregat (Barcelona), donde reside. Ella, según su abogada, Cristina González, se mantuvo firme y sostuvo que fue Frade quien le comunicó que les habían desvalijado la vivienda y que necesitaba un listado de todos los objetos de valor que ella tenía, para ampliar el parte del seguro, indicó la letrada. Rodriguez se hizo con las facturas, se las facilitó a él y este al perito, a quien le operó de un ojo. Sin embargo, según Rodríguez, el 31 de marzo, cuando descubrió que Frade había incluido sus sus joyas, anillos de Cartier, bolsos de Louis Vuitton y relojes de lujo en el listado de lo robado, fue a la comisaría de Pozuelo a denuciar los hechos. «Todas esas pertenencias se encuentran en el juzgado; no se trata de ninguna venganza ni conspiración», alegó la abogada.

En eso se basa Frade, que aseguró a su salida: «Mi mujer declara en mi contra para hacerme daño». Insistió, al igua que su abogado, Luis Martín Mas, que el correo electrónico con la relación de pertenencias se lo envió Rebeca a él para agregarlo a lo robado y que ambos fueron a la comisaría a denunciar, si bien ella no firmó. Además, ambos tienen interpuestas denuncias cruzadas por agresiones físicas.

Tras la vista, los abogados y el acusado estuvieron veinticinco minutos hablando sobre el divorcio, mientras Frade insistía en el estado mental de su pareja. Ya en el exterior, dijo a los periodistas: «Rebeca, te quiero mucho. Esto se va a arreglar», cuando dentro sostuvo lo contrario. Su letrado pide la absolución y achaca lo ocurrido a una «trampa para negociar mejores condiciones en la separación».

Ver los comentarios