El error de tres sicarios que le costó la vida a un hombre inocente

La Fiscalía pide penas de prisión para los acusados que oscilan entre los 23 y los 19 años. El jucio comenzará el 13 de mayo

Breiner Augusto Portilla, detenido por la Policía de Colombia cuando pretendía salir de Bogotá para llegar a Guatemala POLICÍA DE COLOMBIA

Mónica Gail

La muerte de José Luis Lucas Serrano un 12 de septiembre de 2014 fue un error. Él no debía morir, pero fue asesinado a sangre fría por tres sicarios colombianos que la pagaron con un hombre inocente.

El joven comerciante madrileño de 32 años, se parecía físicamente a otro hombre al que los sicarios pretendían matar. Además, conducía el mismo coche. Estas terribles coincidencias le costaron la vida.

En mayo de 2016 fueron detenidos en Madrid Breiner Augusto Portilla Tapasco y Jonhson Andrés Medina Vargas, mientras que José Arbey fue arrestado un año más tarde, en junio de 2017. Entre los tres armaron el asesinato perfecto, pero se equivocaron de víctima . Todos entraron en prisión provisional, donde permanecen desde entonces. Ahora, la Fiscalía pide más de 59 años para los tres sicarios. El jucio contra los acusados comenzará el próximo 13 de mayo a las 10.00 horas en la Audiencia Provincial de Madrid.

Un plan milimetrado

Los tres acusados se implicaron de una manera u otra en la muerte de José Luis Lucas. Cada uno tenía su función y prepararon juntos cada paso para acercarse al joven y acabar con él. Realizaron vigilancias continuas durante días para conocer los hábitos del hombre, actividad en la que los tres estaban involucrados. Así, conocieron que frecuentaba por las tardes los alrededores de la parada de metro de Almendrales, situada en la Avenida de Córdoba de Madrid.

A principios del mes de julio, Breiner Augusto Portilla alquiló un apartamento de la carretera de Villaverde a Vallecas, propiedad de la empresa Bussines Rules. Para ello, se cambió el nombre por el de Martín González Chocoj, ocultando así su verdadera identidad. Poco después, Portillo adquirió una Blackberry para poder comunicarse con sus dos cómplices. José Arbey Rentería se identificaba como «Reveca», y Johnson Andnrés Medina, como «Smokey» en los mensajes que se intercambiaban.

Además, para poder seguir a la víctima, en el mes de agosto los sicarios compraron una motocicleta scooter Kymco. El propio Portillo –u otra persona por encargo suyo– manipuló la matrícula de la moto cerrando con cinta aislante negra los nueves y convirtiéndoles en ochos.

El 12 de septiembre, alrededor de las 17.00 horas, Portilla se reunió con Rentería en el Centro Comercial La Gavia para ultimar los preparativos. Más tarde, Medina entregó a Portillo una pistola semiautomática que se encontraba en el interior de un paquete y con la que se ejecutaría más tarde el plan.

El vehículo de José Luis Lucas estaba estacionado en la Avenida de Córdoba. Portilla esperó hasta que llegó y entró en su coche. El sicario se acercó y la víctima, extrañada por la presencia del hombre, salió de su coche. Fue en ese momento cuando Portilla aprovechó para dispararle varias veces. Ocho certeros disparos en pecho, cara, cuello y brazo derecho. José Luis Lucas murió instantes después.

Portilla había ejecutado al hombre equivocado cubriéndose el rostro con el casco de la moto , que no se quitó en ningún momento para no revelar su identidad. El autor del crimen abandonó Madrid y huyó a Alicante. Rentería fue el encargado de recoger sus pertenencias, que aún seguían en el apartamento. A continuación, se dirigió al lugar del crimen para informarse del desarrollo de la actividad policial .

A las 21.00 horas de ese mismo día la Policía encontró la motocicleta y la Blackberry, aunque nunca se ha llegado a localizar la pistola.

Portilla ha sido acusado de ser el autor del crimen (con agravante de disfraz al cubrir su cara con el casco de la moto). También se le inculpa por un delito de tenencia ilícita de armas y delito de falsedad en documento. Por su parte, a Medina y Rentería se les atribuye el delito de asesinato en calidad de cómplices y, además, Medina también está imputado por un delito de tenencia ilícita de armas. La Fiscalía pide 23 años de prisión para Portillo, 17 para Rentería y 19 años y medio para Medina, además de la expulsión territorial y nacional y la prohibición de entrada a España durante 10 años.

Los tres acusados, tendrán que indemnizar a la pareja sentimental de José Luis Lucas, con quien vivía, con 120.000 euros. También deberán pagar a los padres de la víctima: 15.000 euros a cada uno de ellos.

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