Un joven se baña con uno de los osos marinos
Un joven se baña con uno de los osos marinos - MAYA BALANYA

Un día entre osos marinos, así es un baño con estos sorprendentes animales

La actividad ofrecida por Faunia, una de las más refrescantes del verano, permite conocerlos en primera persona y hasta sentir latir su corazón. Además, gracias a la sociablilidad de estos ejemplares se realizan terapias con personas con discapacidad

MADRID Actualizado: Guardar
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El último click, tras abrocharse el traje de neopreno, indica que el grupo de la mañana ya está preparado para bañarse con los osos marinos. Faunia ya ha inaugurado su actividad más veraniega para que los amantes de los animales puedan conocer a varias especies en primera persona. Una oportunidad para dejar de ser un mero espectador y poder tocar con tu propia mano la capa de pelo que esconden los osos marinos o la piel áspera, parecida a la de los elefantes, de los manatíes, unos enormes mamíferos acuáticos.

Una risa espontánea de una niña de unos seis años hace evidente el nerviosismo y el entusiasmo que están experimentado los invitados. La primera en aparecer es Zimba que saluda con sus aletas.

Cada oso marino tiene una personalidad totalmente diferente y de acuerdo con ella, realizan distintos tipos de interacciones.

Afri, la más tierna, protagoniza un momento muy especial pues con sus grandes ojos hipnotiza a todos. Una mirada que comparte durante unos segundos con cada asistente y con la que se genera un vínculo muy enternecedor mientras, ella se posa plácidamente sobre el cuerpo a modo de cama para que sientan su corazón en los muslos. Después, salta encima del público.

Seguidamente los entrenadores entregan unas gafas de buceo a cada persona. Llega el momento más esperado: el baño. «¡Me ha encantado!», «¡qué impresionante!», son algunas de las palabras que se pueden escuchar mientras el grupo hace un círculo nadando en la piscina y mirando bajo el agua los rápidos movimientos de Opra, uno de los leones marinos.

Baño con osos marinos
Baño con osos marinos - MAYA BALANYA

Una hora y media después, la actividad ya ha terminado. Los participantes recogen sus respectivas chanclas y toallas, y miran nostálgicos al agua. No quieren marcharse. «Mi mujer ya quiere hacerlo la próxima vez que vengamos», dice uno de ellos que acompañó a sus hijos en el baño.

Esta actividad, que se ofrece dos veces al día y de la que se requiere una cita previa debido a que los grupos son reducidos, es uno de los planes más frescos que ofrece Madrid para combatir el calor y disfrutar de las vacaciones.

Terapia para personas con discapacidad

Asimismo, esta experiencia también está pensada para personas con discapacidad que padecen autismo, síndrome de Down o esquizofrenia. Gracias al carácter de los osos marinos se realizan terapias para mejorar sus habilidades sociales.

Unos momentos que son tan especiales tanto para ellos como para los entrenadores. «Lo que más me gusta es cuando los niños autistas entraban con una cara muy lineal y salen con una sonrisa», confiesa Alejandro Avello. Aunque para Sara López, otra de las entrenadoras, fue cuando un grupo con personas con discapacidad acudió todos los martes durante un mes para realizar una terapia y el último día una mujer le dedicó una canción preciosa a Zimba, recuerda la joven emocionada.

Los osos marinos son los únicos que participan en este tipo de tratamiento debido a su sociabilidad, a pesar de que el parque permite que se interactúen con: manatíes, cocodrilos, pelícanos y loris arcoiris.

Interacción con manatíes
Interacción con manatíes - MAYA BALANYA

«Aún no hemos considerado la opción de los manatíes» comenta la entrenadora respecto a esta especie que es una de los escasos lugares en el mundo que pone en contacto a los visitantes con estos mamíferos. De hecho, al estar disponible durante todo el año atrae a muchos curiosos.

El estanque de estos impresionantes mamíferos se colorea con el naranja de la zanahoria y del verde de la escarola cada vez que son visitados. En esta ocasión, los encargados de dar este peculiar aspecto al agua es la familia Solís. Estos seis miembros, naturales de Ibiza, alimentan y disfrutan con los manatíes dos veces al año, en verano y navidad. Una cita imperdonable que llevan haciendo desde hace ocho años.

«Quiero que mis hijos se formen en todos los aspectos de la vida y vean el cómo es el mundo», explica el cabeza de familia, Ángel Solís. «Esta interacción es la que más nos gusta aunque también hacemos todas las demás», matiza orgulloso y aún lleno de energía tras el baño. Una vez vestidos, todos se despiden de los manatíes Bruno, Aceituna y Fiona, y de los entrenadores, que ya se han convertido en parte de sus vidas.

Caricias, sonrisas y ojos llenos de ilusión son los gestos que imperan en estas actividades con animales, con las que además, se recaudan fondos para el programa de conservación de la foca monje en Mauritania. Una experiencia inolvidable que se pueden vivir en Madrid durante estos meses estivales y que finalizarán el 15 de octubre.

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