Descenso del cuadro de La Paloma por los bomberos: 95 años de emoción

Cada año, desde 1923, un bombero es elegido para encargarse de bajar la imagen de la patrona del Cuerpo

El bombero Javier Hernanz, durante el descenso del cuadro de la Virgen de La Paloma JAIME GARCÍA

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Los bomberos de Madrid se ocupan del descendimiento del cuadro de la Virgen de La Paloma . Lo hacen desde 1923, porque así se lo pidieron los vecinos para poder sacar en procesión a la patrona oficiosa de la capital. Este año, el encargado de este trabajo, que los bomberos consideran un gran honor, ha sido Javier Hernanz García, de 36 años, bombero especialista del parque número 2.

Ayudado por varios compañeros, Javier se situó bajo la imagen, Javier subió la escalera y se detuvo en una posición ligeramente por debajo de la Virgen. Allí, con los brazos abiertos , tuvo un momento de recogimiento. Después, continuó con su labor, y ayudado por una gruesa cuerda y unas poleas, ejecutó la delicada labor de bajar un cuadro situado a unos 7 metros de altura y que, con toda la decoración que le acompaña, pesa en torno a los 100 kilos.

No es fácil;de hecho, hay que ser extremadamente cuidadoso a la hora de colocar las cuerdas, para que durante el descenso no se dañe el cuadro de La Virgen. Cada uno de sus movimientos es seguido por todos los presentes en la Iglesia con enorme atención. Y cuando finalmente baja la imagen, los feligreses rompen en aplausos.

A petición vecinal

Es la propia Hermandad del Cuerpo de Bomberos de la Virgen la que elige al bombero que tendrá el privilegio de hacer bajar el cuadro. Normalmente, existen razones familiares por los que algunos de ellos solicitan poder ejecutar esta tarea. Que, por otra parte, supone una enorme responsabilidad : nadie quiere que se cometa ni un fallo durante el descendimiento que pueda dañar una imagen tan querida por los madrileños.

La tradición de que este Cuerpo realice esta delicada operación procede de 1923: este fue el primer año que lo hicieron. Respondían así a una petición de ayuda de los feligreses , que deseaban poder bajar el cuadro para sacarlo en procesión. Salió así por primera vez en el año 1923, tal y como recogió este diario en su portada.

La bajada del cuadro de La Paloma por los bomberos es una tradición tan arraigada en Madrid como la propia procesión de la Virgen. Muchos madrileños que ya no cabían en el interior de la iglesia pudieron seguirla ayer mediante una pantalla gigante situada en el exterior del templo.

Los Caracoles

Tras la misa de la mañana –que ofició el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, al que también se le vio confesando antes de la ceremonia– y la posterior bajada del cuadro, otra tradición inveterada es la visita a la cervecería Los Caracoles , una taberna de la calle de Toledo donde es costumbre que acudan las autoridades municipales tras la misa.

Alcaldes de todos los signos han pasado por allí, y se han metido tras la barra a «tirar» cañas, para contento de la concurrencia, año tras año. El presidente regional, Ángel Garrido , acudió sin falta a la cita en Los Caracoles. Le acompañaba José Luis Martínez-Almeida, portavoz del PP en el Ayuntamiento de la capital. Carmena , sin embargo, este año decidió marcharse a casa y descansar un poco antes de volver, por la tarde, para participar en la procesión de La Paloma.

Chapa de La Paloma

La alcaldesa y algunos de los ediles que la acompañaban, como el de Seguridad, Javier Barbero , lucían en la solapa una chapa de la Virgen, que les dio por la mañana el capataz de la Congregación de La Paloma, que los diseña personalmente desde hace años.

Por la tarde, llegó la hora de la procesión, que recorre las principales calles del barrio y en el transcurso de la cual se produce una vistosa exhibición de los bomberos , de nuevo protagonistas.

En los primeros años, La Paloma salía en procesión en una carroza de la Cofradía Sacramental de San Isidro; tras la Guerra Civil, comenzaron a llevarla en un coche de bomberos, adornado con mantones de Manila. En 1956, se mandó construir la carroza actual, que fue costeada por suscripción popular.

Premio a la tradición

Ya por la noche, el concejal Barbero se encargó de entregar las «Palomas de Bomberos de Madrid», los galardones que otorga la Hermandad de este Cuerpo, y que este año se entregan al historiador Amador Rubén Puente , el servicio de Hemato-Oncología Pediátrica del Hospital de La Paz y a un bombero singular, el suboficial del Cuerpo Antonio Martínez Rodríguez, miembro fundados de la Hermandad y una de las personas que ha sentado las bases de estos actos, que además ha colaborado con el descenso del cuadro durante más de 20 años.

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