La alcaldesa, el pasado viernes durante la entrevista
La alcaldesa, el pasado viernes durante la entrevista - MATÍAS NIETO

Carmena: «El pleno no tiene competencias para anular los actos del Gobierno local»

No tiene intención de destituir a Sánchez Mato y Mayer, tras ser reprobados esta semana

Quiere que todos sus concejales terminen con ella el mandato, en 2019

MADRID Actualizado: Guardar
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No ha sido una semana fácil para Manuela Carmena (Madrid, 1944). La alcaldesa de Madrid ha visto cómo el pleno del Ayuntamiento ha reprobado a dos de sus concejales, investigados por los presuntos delitos de malversación, prevaricación y societario por encargar «a dedo» unas auditorías para denunciar ante la Fiscalía los contratos de Gallardón con el Open de Tenis. Además, otros cinco ediles de Ahora Madrid abandonaron el hemiciclo cuando su partido aprobaba una moción para conmemorar los 40 años de la Transición. También otros dos miembros de su partido votaron en contra del proyecto de las cocheras de Cuatro Caminos que había logrado pactar el concejal de Urbanismo tras meses y meses de reuniones...

En mitad de esta marejada, y justo antes de que empiecen las grandes celebraciones del World Pride, Carmena recibe a ABC en una sala del Palacio de Cibeles, de cuya fachada cuelga una bandera arco iris de gigantescas proporciones.

Casi antes de encender las grabadoras, la regidora se apresura a comentar que Carlos Sánchez Mato y Celia Mayer seguirán en su equipo, pese a la llamada del juez y la petición de dimisión de todos los grupos de la oposición...

—Creo que hay una enorme desinformación. Desde el primer momento se ha hablado de una imputación que yo creo que todo el mundo reconoce que no existe, no hay nada en su contra. Me sorprende que se siguiera hablando de un reprobación cuando no están imputados.

—¿Acatará el mandato del Pleno que pide el cese de Mato y Mayer?

—No, porque se basa en unos hechos que no son ciertos. La oposición había tomado una decisión que está relacionada con la manera clásica de hacer política, que es generar titulares aunque no tengan base en hechos objetivos. Espero que, cuando la jueza archive las acciones, que es esperable que sea cuanto antes, la oposición tenga que retractarse.

—¿No existe fondo en la crítica de la oposición?

—Nadie fue capaz de decir lo que han hecho que pueda merecer un reproche, ni político ni penal. Lo hicieron mal al no comentármelo, pero no es un reproche que le corresponda a la oposición.

—Pero los contratos se dieron a dedo, sin atender otras ofertas.

—Se entregaron conforme a las instrucciones de Madrid Destino. Lo único que se les reprocha es efectuar un contrato sin aplicar la Ley de Contratos, cuando no es aplicable porque hablamos de una sociedad anónima.  

—Si la jueza no archivara el caso, ¿deberían dimitir?

—Las personas que tienen responsabilidad política, cuando son imputadas por hechos relacionados con la corrupción, sí deben dimitir. Pero ese supuesto no se puede dar porque la descripción que hace el querellante nada tiene que ver con la corrupción.

—¿Y si es la Fiscalía quien no atiende la denuncia de Mayer y Mato?

—Nos quedaríamos más tranquilos si la Fiscalía no encuentra ningún delito en los contratos denunciados. No tenemos ningún deseo de que imputen a nadie; nuestra manera de hacer política no va encaminada a conseguir imputaciones, sino a esclarecer la verdad.

—Pero es cierto que no le gustó cómo actuaron...

—Es verdad que no me pareció bien, sobre todo porque desde Alcaldía estábamos intentando cambiar las condiciones con el Open partiendo de los dos objetivos: que no se pierda, pero que el Ayuntamiento no tenga que asumir una serie de palcos para entradas que el anterior gobierno del PP destinaba a personas de la alta sociedad.

—¿Le dan más dolores de cabeza sus concejales que la oposición?

—Dolores de cabeza me da muy poca gente, pero mi equipo no. Lo que pasa es que tengo un equipo en el que no rigen las órdenes, el paso de la oca o el autoritarismo. Somos un equipo muy democrático, en el que lo fundamental es hablar, discutir, debatir y llegar a acuerdos. Y esto es muy gratificante porque sabes que se establecen unas relaciones que son profundas, no las de ordeno y mando. Pero hay veces que se producen situaciones que a mí no me gustan y a otros, otras. Las diferencias ideológicas son evidentes. En todos los órganos directivos se gestionan personas; aquí yo gestiono personas, no vinculaciones políticas.

—Pero no deja de ser llamativo que esas discrepancias se manifiesten en público. En el último pleno, dos ediles de Ahora Madrid votaron en contra del plan para las Cocheras que propuso el delegado.

—¿Qué sentido tiene el ordeno y mando? Si en los Plenos cada uno no pudiera dar su opinión, repartiríamos una tarjeta por partido y se quedarían todos los ediles en casa. El Pleno es un órgano de debate, donde la gente escucha, reflexiona y toma su decisión. En concreto, con Cocheras fueron dos: Rommy Arce y Pablo Carmona. Ellos creen que se debería haber planteado de otra manera. Yo creo que ellos están equivocados, que no tienen razón. Pero, ¿por qué voy yo a privarles de su derecho de expresión? Creo que cada persona que ha sido elegida tiene derecho a manifestar su opinión, aunque en un momento dado pueda ser discrepante con la del conjunto del Gobierno. Eso es un verdadero ejercicio de democracia.

—Entonces, ¿está contenta con todos sus concejales?

—Pues sí, claro que sí.

—¿Y los va a mantener a todos hasta el final del mandato?

—Yo no soy quien los mantiene, los mantiene el pueblo de Madrid.

—¿No se le pasa por la cabeza ningún cambio en el gobierno?

—En el Gobierno los hace el presidente del Gobierno, pero aquí el alcalde trabaja con las personas que ha elegido el pueblo de Madrid. Yo trabajo con mis 20 concejales, que ha elegido el pueblo de Madrid. Y, conforme nos vamos conociendo más, vamos trabajando mejor. Yo tengo en cuenta sus características, su personalidad, su visión y experiencia de la vida.

—Uno de esos episodios de desencuentro en el Pleno se produjo cuando Mauricio Valiente, responsable del Plan de Derechos Humanos, votó en contra de recibir a los padres del opositor venezolano Leopoldo López. ¿Hasta qué punto es compatible manifestarse abiertamente en contra de recibirlos con pilotar ese plan?

—Creo que ahí estáis equivocados. Mauricio no se opuso a que se le recibiera. Inicialmente, hubo un malentendido porque parecía que es que él no quería apoyar la decisión de la ONU de condenar las detenciones arbitrarias en Caracas. Eso no se entendió bien, y él lo corrigió. Se hizo un documento escrito de todo el Gobierno municipal en el que se apoyaban todas las resoluciones de la ONU. Hay temas en los que entiendo muy bien que unos puedan tener unas opiniones y otros otras; pero sobre los elementos esenciales que conforman la bóveda de los derechos humanos, no.

—¿Saben cuándo van a hacer el acto institucional que le prometieron a los familiares de Leopoldo López?

—Puede que este julio o quizá mejor será hacerlo en septiembre. Cuando me reuní con los familiares, ellos me decían que veían la posibilidad de una guerra civil muy lejos. Y, fíjate, estaban pensando yo ahora que la cosa en Venezuela se está poniendo tan mal que estoy realmente preocupada.

—Otro acto polémico fue cuando cedieron Cibeles a Puigdemont, para que pudiera explicar su punto de vista sobre Cataluña. ¿Cuál es su opinión al respecto?

—Lo volvería hacer. Con mucho gusto. Soy demócrata de convicciones muy profundas. No lo planteó la Generalitat, sino Blanquerna. Pero nosotros, en principio, cedemos los locales, con el correspondiente alquiler, a todas las organizaciones que quieran reunirse o manifestarse. Cuando crees de verdad en la democracia, te parece que el derecho de expresión y de reunión es sagrado. Mientras que no se trate de una actividad ilegal, pues se acepta. Además, me parece muy importante que veamos que Madrid quiere a Cataluña. Se ha querido hacer siempre un enfrentamiento y una dicotomía entre Barcelona y Madrid como capitales. Además, estoy intentando que haya teatro en catalán en Madrid, con su correspondiente traducción. A mí me gusta mucho esa expresión de que Madrid es el rompeolas de todas las Españas. El término de las Españas es bonito, porque es el que se ha utilizado durante mucho tiempo y creo que se debería recuperar, es interesante.

—¿Es partidaria del referéndum?

—No, yo como alcaldesa de Madrid no me voy a pronunciar sobre ninguna de las estrategias políticas de ningún partido, sea nacionalista o de la Comunidad de Madrid. Yo me pronuncio sobre que los grandes principios de la Constitución hay que llevarlos hasta sus últimas consecuencias.

—¿Le gustaría que Cataluña siguiera en España?

—Sin duda. A mí me encanta Cataluña y me gusta mucho lo de las Españas: diferentes, con sus diferencias y sentimientos nacionales distintos.

—En el último Pleno toda la oposición apoyó que se revirtiera la peatonalización en la calle de Galileo. ¿Van a acatar el mandato del pleno?

—Ahí es interesante ver en el marco jurídico cuáles son las competencias del Pleno y cuáles las del gobierno. El Pleno no tiene competencia para anular los actos del gobierno. Por tanto, no tiene ningún sentido. De lo contrario, no habría gobierno. Sería un gobierno asambleario, en el que el conjunto del Pleno quien diría lo que tiene que hacer el gobierno. Y eso no es posible. ¿Qué implica entonces la decisión que tomó el pleno? Que hay una parte de los concejales que no les gusta esa actividad del gobierno. Los vocales del Pleno del Gobierno no son vocales sin más, sino que son gestores. Y no se puede dar las órdenes de lo que tienen que hacer los gestores, porque, si no, no habría Ayuntamiento, habría una asamblea. Y en las asambleas se decidiría cuál es la gestión. Pero esto es un gobierno. Y dentro de las competencias del Pleno no está la de revocar los actos del Gobierno. Al contrario, lo que ocurre es que esto es una crítica a una actuación del gobierno. Y la tendremos en cuenta para ver cómo se está desarrollando.

—¿Ese rechazo tanto en el Pleno como de los vecinos va a condicionar que esa prueba piloto se extienda a otras zonas de la capital?

—Bueno, voy a cuestionar la mayor. No hay una oposición de los vecinos, hay una oposición de un grupo de vecinos. Yo los estuve contando, no sé, eran 14 o 16. Eran una o dos asociaciones.

—Pero sólo la asociación El Organillo de Chamberí recogió más de 1.500 firmas contra de la peatonalización.

—No lo sé. Yo no he visto esas firmas.

—Las inscribieron en el registro el martes.

—Bueno, ya las miraremos. Porque, claro, 1.500 personas tampoco son los vecinos afectados; son muchos más. Pero vamos a tenerlo en cuenta. Vamos a ver a qué se refieren. Porque las firmas en sí tienen poco contenido comunicativo. Vamos a ver lo que no les ha gustado. ¿Nada? ¿O una parte sí y otra no? Estas experiencias son interesantes y lo que siempre tiene que haber es diálogo.

—Lo que sí parece claro es que la peatonalización del centro y la retirada del coche del centro de Madrid es una marca de su gobierno.

—Sí, con mucha aceptación. En la plataforma de participación, la sostenibilidad en la ciudad de Madrid es la propuesta que más apoyos ha tenido. En este momento hay muy pocas personas que estén dispuestas a vivir en una atmósfera con un aire envenenado. Y no hay más que mirar a todas las ciudades modernas del mundo, que han avanzado hacia la peatonalización. Aunque nosotros hemos ido un paso más allá con experiencias nuevas muy interesantes como el Car2go, Emov y las motos eléctricas. Y también han desaparecido las críticas sobre Bicimad desde que está vinculado a la EMT. Además, Madrid tiene muchos días de temperatura muy agradable en los que uno puede ir andando. Estamos poniendo en marcha nuevos recorridos, para que la gente vea que puede haber muy poca diferencia entre ir andando y en coche.

—¿La prueba de fuego va a ser en Gran Vía?

—Sí. Eso va a ser muy vistoso. Y ya está todo muy en marcha.

—Otro gran proyecto va a ser la operación Chamartín. Se pusieron como meta cerrarlo antes del verano. ¿Cómo va la negociación?

—Si se sigue negociando es porque se cree que se puede llegar a un éxito en las negociaciones. Cuándo, cómo y en qué condiciones se va a llegar a ese acuerdo es imposible saberlo ahora.

—Sorprendió el otro día cuando dijo que tenía problemas cardíacos...

—Bueno, tengo unas pequeñas arritmias y tomo una medicación que es un poco pesada. Mi corazón funciona como un reloj antiguo. Está estropeado y tengo que tener cuidado con eso. Pero, vamos, que yo estoy muy bien.

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