Cartas al alcalde

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La propulsión de inicio es una enmienda a las obstinaciones de la alcaldesa cesante, y no digo yo que eso sea bueno o sea malo, pero a lo mejor sí es urgente

Momento en el que Jose Luis Martínez-Almeida fue investido alcalde MAYA BALANYA

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Ha entrado usted con cilindrada, alcalde. Le va a dar una voltereta al Madrid Centra l , y va a liquidar de lleno toda la plantación de semáforos de la A-5, que es ahora una autovía muy amena de atascos, desde el invento de Carmena. Lo de Madrid Central está aún por discutirse a fondo, pero ya sabemos que a usted y a Ciudadanos les parece un solvente fracaso, reflexión arriba, reflexión abajo, que es como decir calle arriba, calle abajo. Las citadas son sus dos grandes decisiones, de arranque, más meterle marcha de expansión a Madrid por el norte, con los proyectos pendientes del mandato Carmena, o con los proyectos que se quedaron en vísperas.

Así, la propulsión de inicio es una enmienda a las obstinaciones de la alcaldesa cesante, y no digo yo que eso sea bueno o sea malo, pero a lo mejor sí es urgente. Vengo a recordar, alcalde, que la gestión pública ha de ser una mitad de novedad y otra mitad de tradición, porque es la fórmula un buen modo de prosperidad, y porque no queda otra. Si cada alcalde se dedicara a desdecir los apaños o monumentos del anterior no íbamos a ninguna parte . No es un gobierno, municipal, o del otro, un derribo alegre del anterior, que igual lo ha hecho todo mal, pero quizá alguna cosas habrá resuelto bien, aunque sólo fuera por error.

Me consta que es usted, alcalde, persona de formación, y de diálogo. De modo que lo que aquí sugerimos ya lo sabe, pero queremos insistir, porque a veces las euforias del triunfo, y las ganas de funcionar, van y brincan sobre la necesaria meditación, que suele ser garantía de aciertos. Esta esquina de cronista es un buzón de reclamaciones, un podio de vecindario, un pliego de ruegos y preguntas.

A Manuela Carmena le hemos ido siguiendo desde aquí sus afanes y sus desmayos, recogiendo quejas o elogios del peatón que nos reclama, del peatón que soy yo mismo. Ahora nos toca echar un ojo a lo suyo, alcalde . Que esperemos que no pase sólo por ir corrigiendo los desvelos de fantasía de la alcaldesa del pasado. A usted, cuando acabe sus 2 años de mandato, le gustará que le digamos lo mismo. Bienvenido.

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