Ayuso impulsa el pacto: cuantifica con Cs las partidas y esboza la estructura de gobierno
Vuelve a negociarse a dos bandas y Trinidad inicia encuentros con los grupos políticos
Tras el «parón» de la semana pasada –con bronca entre partidos incluida–, las conversaciones a dos bandas al más alto nivel y con escenificación pública van a retomarse a partir de hoy. Los plazos se acaban: en siete días naturales, el presidente de la Asamblea, JuanTrinidad, tiene que plantear una fecha para la investidura. Todo empieza a moverse: se espera que la candidata popular, Isabel Díaz Ayuso, convoque pronto a la mesa negociadora tanto a Ciudadanos como a Vox, aunque probablemente aún por separado : no está el fruto suficientemente maduro como para encuentros a tres bandas, aunque a ella le gustaría que fuera así. De hecho, el viernes envió una carta a la formación de Rocío Monasterio . «Yo quiero ser la próxima presidenta de la Comunidad de Madrid y la mayoría de la gente quiere que nos entendamos, así que voy a hacer todo lo que este en mi mano», dijo ayer la candidata popular.
La formación naranja sigue en sus trece: su socio preferente es el PP y con él ha seguido manteniendo, durante los días anteriores, encuentros que llaman de carácter técnico, en los que se ha estado hablando del programa en un hipotético gobierno conjunto. Se está cuantificando al detalle cada partida, porque ambos grupos quieren que las medidas que se lancen sean realizables en el corto o medio plazo. También se comienza a esbozar la estructura del Gobierno, que previsiblemente contaría con más consejerías .
Vox, por su lado, pese a su tremendo enfado por lo que considera incumplimiento del acuerdo en el Ayuntamiento –donde, dicen, se le prometieron por parte del PP concejalías que aún no se han materializado–, mantuvo la semana pasada reuniones en los niveles local y nacional. Su líder regional, Rocío Monasterio, permanece en un discreto silencio . En la formación están molestos con la actitud de los populares y es probable que exijan, en caso de alcanzar un pacto con ellos para la investidura regional, más garantías de las que pidieron al ya alcalde, José Luis Martínez-Almeida.
Díaz Ayuso, por su parte, continúa ejerciendo de mediadora entre las partes , ambas necesarias para la consecución de un gobierno regional conservador. Pero mientras los populares no dudan tanto en hablar como en negociar con Vox –ya lo han hecho en el caso del Ayuntamiento de Madrid–, en Ciudadanos continúan apostando por un gobierno en minoría de populares y naranjas en el que los de Santiago Abascal no intervengan directamente.
Confían en el partido de Ignacio Aguado que, en cualquier caso, van a contar con los votos de esta formación porque cualquier otra opción –abstenerse o votar a su propia candidata– supondría el triunfo de la candidatura de Ángel Gabilondo, el líder socialista, ayudado por Más Madrid y Unidas Podemos.
Antes del 6 de julio
Mientras, como los plazos corren, está previsto que esta semana el presidente de la Asamblea, Juan Trinidad (Cs) comience a llamar a los portavoces de los grupos políticos a consultas. En ellas, cada portavoz le propondrá un diputado como candidato a la Presidencia regional. Trinidad deberá escucharles a los seis representantes políticos, y valorar luego las posibilidades reales de formar gobierno de cada candidato. Fuentes del PP no esconden que les gustaría cerrar un pacto antes del fin de semana del 6 y 7 de julio.
Si alguno cuenta con los apoyos suficientes para sacar adelante una sesión de investidura, Trinidad formalizará la propuesta, fijará la fecha de celebración de la sesión de investidura –entre el tercer y el séptimo día después de decidirse el candidato– y convocará el pleno.
No obstante, esta no es la única opción: el actual reglamento de la Asamblea madrileña, que se aprobó hace apenas unos meses, contempla por primera vez otro supuesto: una investidura sin candidato . Aunque parezca marciano, el artículo 182.3 recoge claramente que, si «tras la consulta con los representantes» de los partidos, el presidente de la Asamblea «no pudiera proponer al pleno un diputado como candidato» porque ninguno contara con suficientes votos, podría fijar «la fecha para la celebración de la sesión» incluso sin nombre a quien votar. Esto llevaría a celebrar la sesión y «si la referida situación continuara» –prosigue el artículo–, se «dará cuenta al Pleno de la imposibilidad de proponer un candidato».
Tras una intervención de cada portavoz político para plantear su posición y constatado que «en dicha sesión de investidura ningún candidato habría obtenido la confianza de la Asamblea», comenzaría a correr el reloj: se iniciaría el plazo de dos meses que recoge el Estatuto pasado el cual, de no haber presidente, se convocarían nuevas elecciones .
Son muchas las cábalas que se hacen en estos días en los pasillos de la Asamblea en torno a esta posibilidad: una repetición electoral, indican desde los bandos populares, sería buena para el PP porque podría –creen– recuperar algunos de los votos que se «fugaron» a Ciudadanos y Vox, lo que les reforzaría, al tiempo que debilitaría a sus rivales.
También podría ser distinto el panorama en el PSOE si hubiera una repetición electoral: si, apuntan, se produjera la marcha de Gabilondo hacia un ministerio del nuevo Gobierno de Pedro Sánchez, quizá los resultados de los socialistas no serían los mismos. Y habría que ver también cuál era el efecto de la desaparición de Carmena sobre Más Madrid. En Cs no se sienten muy preocupados: la política de bloques, creen, continuaría persistiendo y perder algunos diputados podría no afectar al equilibrio de fuerzas: «A veces se gobierna mejor con menos escaños».
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