Alerta okupa (y de robos) en Latina: llaves «bumping», imanes «eléctricos» e inhibidores

Los vecinos denuncian con carteles la oleada de delincuencia en la zona; la instalación de alarmas se dispara

Uno de los mensajes de advertencia, junto a un portal de León V de Armenia Fotos: Guillermo Navarro
Aitor Santos Moya

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«Alerta vecinos. Están intentando entrar en las casas . Hace tres semanas en viviendas de la calle de Picaza y esta noche en viviendas de la calle de León V de Armenia, en horario de madrugada, de 1 a 6 de la mañana. No se sabe con que intención, si robo o de okupación de nuestras casas. Pedimos la colaboración de todos los vecinos. Si existe una mínima sospecha llamen al 112». Con este revelador mensaje, algunos residentes de esta humilde zona del barrio de Aluche -enclavada entre el Hospital Militar Gómez Ulla, el parque Cerro Almodóvar y Vía Carpetana- tratan de advertir al resto de moradores de la creciente oleada de delincuencia que vienen sufriendo.

Para ello, han colocado carteles en portales y comercios , a la vista de todos, hartos de la versatilidad con la que se mueven los asaltantes. «Hace tiempo, entraron casi a la vez en dos de los bajos de nuestro portal», explica Francisco, el presidente de la comunidad de vecinos de León V de Armenia, 17. En ambos casos, reventaron los bombines a sabiendas de que ningún inquilino se encontraba dentro. «Dejaron todo patas arriba... y eso que luego solo se llevaron las sortijas y alguna que otra cosa de valor», recuerda en tono pausado.

La preocupación en el vecindario es evidente, más si cabe, en plena época estival donde el trasiego de personas aumenta sobremanera. «Hay que estar con mil ojos, siempre avisamos a la familia para que venga a casa y no parezca que está vacía», sostiene una pareja recién llegada de vacaciones. Las okupaciones están a la orden del día , tanto que muchos vecinos se han visto obligados a reforzar la seguridad de sus puertas. «La Policía Municipal ha venido varias veces para avisarnos de que tengamos cuidado», relata una mujer al otro lado del telefonillo.

Otro de los carteles, colocado en la puerta de un comercio

En la confluencia de las calles de León V de Armenia y Picaza, dos técnicos de una conocida empresa de alarmas explican a un hombre las principales medidas de prevención a adoptar. «Cuando venimos a instalar un dispositivo en un piso, aprovechamos para explicar al resto de vecinos la situación del lugar y ofrecerles también una serie de consejos», revela uno de ellos antes de continuar con su ruta de trabajo. Tres son los métodos de mayor auge a la hora de allanar un domicilio. El principal sigue siendo el del «bumping», consistente en introducir una llave maestra para hacer saltar los pernos de la cerradura. Por apenas 20 euros se puede adquirir en internet. «Es lo que se considera una entrada limpia; a veces, los afectados no se dan cuenta de que les han robado hasta que echan en falta algún objeto», explica el mismo operario.

Otra de las técnicas delictivas es el empleo de imanes que, conectados a unas baterías eléctricas , sirven para hacer girar la llave, siempre que ésta se haya dejado metida en el cerrojo de puertas para adentro. El riesgo, en este caso, reside en que la embestida se produce con los inquilinos en el interior de la vivienda. El uso de inhibidores , por último, supone la tecnología más peligrosa de todas. Estos aparatos, utilizados por la Policía con el objetivo de saturar las comunicaciones -por ejemplo, para asegurar el perímetro en ciertos actos oficiales- tiene un precio en la Red cercano a los 30 euros. Pese a que su activación está completamente prohibida, los malhechores se sirven de ellos para dejar incomunicados a los vecinos y poder actuar con total impunidad.

Tanto en el distrito de Latina como en el limítrofe de Carabanchel, el montaje de alarmas se ha disparado. «Fácilmente, podemos instalar 30 o 40 cada mes », apuntan desde la compañía más activa. El hecho de que estos mecanismos transmitan mediante antenas terrestres resulta clave para alertar del uso de inhibidores en la zona; y, que estén equipados con cámara de foto permite, además, demostrar ante un juez el día y la hora exactos en los que se ha producido un allanamiento.

La zona pertenece al barrio de Aluche, en el distrito de Latina
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