El alcalde de Móstoles deja el cargo tras años de luchas internas en el PSOE

David Lucas abandona también la agrupación local y reabre la crisis socialista en la segunda ciudad de la región

David Lucas anuncia su dimisión como alcalde de Móstoles rodeado de sus seis concejales del PSOE AYUNTAMIENTO DE MÓSTOLES
Sara Medialdea

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Cansancio es lo que reflejaba ayer la cara de David L ucas , alcalde de Móstoles desde 2015, cuando anunciaba, rodeado de sus concejales, su dimisión del cargo. Alegó , en público y en privado, motivos personales para dejar su responsabilidad. Pero en su entorno recuerdan lo duro que le ha resultado batallar internamente durante años con actitudes y decisiones de algunos de sus propios compañeros. Lucas deja también su papel de máximo responsable del PSOE en Móstoles (205.000 habitantes), la segunda ciudad de Madrid y una de las agrupaciones con más peso entre los socialistas, que «resucitó» en 2012 tras cuatro años disuelta por sus guerras intestinas.

Hay quien opina que David Lucas no ha tenido suerte en política . Le tocó hacerse cargo del grupo municipal socialista en el Ayuntamiento de Madrid en 2007, después de la debacle de la candidatura de Miguel Sebastián, que ni siquiera recogió su acta de concejal. Entonces, Lucas se convirtió en portavoz y peleó duramente el puesto durante cuatro años, como jefe de la oposición a la mayoría absoluta de Alberto Ruiz-Gallardón.

Apagando fuegos

La «recompensa» de su partido fue poner a otra persona como cabeza de cartel en 2011 y mandarle a él a combatir por la lista por Móstoles, donde el PSOE contaba con una agrupación disuelta desde 2008 por su fuerte división interna. Perdió las elecciones, pero se quedó haciendo oposición y tratando de recomponer su partido en la localidad. Consiguió reactivarlo y, en 2012, él se convertía en su líder.

El Congreso socialista de 2014 le eligió miembro del Comité Federal. En 2015 firmó un acuerdo de gobierno con su s 7 concejales, los 6 de Ganemos Móstoles y 2 de IU. Un pacto que no ha sido fácil de mantener, por las tensiones entre formaciones. Y que habrá que ver cómo sobrevive a su marcha: de él tendrá que salir el nuevo alcalde mostoleño, cargo que ocupará provisionalmente la actual número dos, Jessica Antolín .

En 2015, fue nombrado vicesecretario general del PSOE-M bajo la dirección de Sara Hernández. Y en 2016 fue elegido senador por Madrid. En las primarias federales de 2017, las que ganó Pedro Sánchez, él apostó por Susana Díaz. Se vio fuera del comité federal, y también de la ejecutiva regional del nuevo secretario de los socialistas madrileños, José Manuel Franco.

Incluso, recuerdan entre sus más cercanos, ha tenido que pelear contra una candidatura a primarias que salió de entre sus propios concejales: la de Javier Gómez , que obtuvo un 33,6 por ciento de los votos en Móstoles el pasado octubre, frente al 57,9 por ciento que sumó Lucas.

Lucas defendió tanto a Franco como a Pedro Sánchez, por su trabajo por «aunar a todos los socialistas»

Él insiste en que la decisión no tiene nada que ver con la situación política en el municipio, ni tampoco con presiones internas a nivel regional o nacional. Sobre Franco, precisamente, solo tuvo palabras de agradecimiento. «Está haciendo un magnífico esfuerzo por aunar todo el trabajo de los socialistas con el objetivo de recuperar la Comunidad de Madrid y muchos ayuntamientos» , declaró Lucas. En la misma línea, sobre Pedro Sánchez, dijo que espera que sea presidente del Gobierno y que tiene «todo su apoyo y dedicación».

Seguirá como senador De su marcha, una decisión «muy difícil, aunque «meditada», se limita a señalar que «hay etapas que se cumplen y hay que saber marcharse, y hacerlo con normalidad democrática, con la renovación de equipos y personas necesaria, siempre sobre la base de que nadie es imprescindible». Su futuro inmediato se centrará en el Senado.

Quién sea el nuevo alcalde dependerá de un complicado juego de estrategias entre tres formaciones, todas ellas con divisiones internas. La portavoz del PP en la localidad, Mirina Cortés , lamentaba que la situación aumenta «el desgobierno de la ciudad de estos años», en que «no hay un proyecto estable y sólo están preocupados por mantenerse en el poder». El PP, que con sus 12 concejales de un total de 27 fue el partido más votado , exige «estabilidad» pero ve difícil que «un gobierno que ha estado sumido en una crisis permanente, ahora que encima está descabezado, pueda llegar al consenso».

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