Colección de trajes de baño que proponía la firma Loewe para el verano de 1970
Colección de trajes de baño que proponía la firma Loewe para el verano de 1970 - ABC
ASÍ ERA ESPAÑA

La «souplesse» de la ropa en la Transición

Los vaqueros había que llevarlos con una camisa Macson (azul, blanca, de cuadritos, pero que los cuellos tuvieran botones), un jersey Pulligan amarillo o celeste y unos Castellanos burdeos

Madrid Actualizado: Guardar
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La moda disco, el punk, lo hippie… Los 70 tuvieron de todo. Las faldas venían largas y cortas (maxis y minis). Las maxifaldas eran muy de Mocedades. Las de Jarcha se ponían pantalones de pata de elefante y desmangados con jersey por debajo. Los pantalones, de talle alto y pata de campana, aunque al final se estrecharon (los punkies los llevaban pitillo, pero en España había pocos punkies). Las telas también eran de toda clase. Hasta de plástico y papel. De pronto veías a gente con kimonos y caftanes, aunque fuera en el ‘¡Hola!’.

Los zapatos tenían plataforma o no. Lo normal es que no. Sí había mucho medio tacón. Los abrigos lucían cortos y con cuellos enormes. O Loden.

De pronto parecíamos cazadores por el asfalto. Gigantes eran también los cuellos de las camisas (blusas entalladas y tejidos imposibles). De lo peor de la época, la falda-pantalón. Un espanto que estaría bien para samuráis, gauchos y exploradoras del XIX, pero no para mujeres normales. No era el único sinsentido de la época. ¿Qué me dicen de esos jerséis gordos de cuello alto y manga corta? O sin mangas. También había, qué cabezas, americanas de manga corta para caballero.

Los 70 normalizaron la ropa unisex y la prenda estrella fue el pantalón vaquero. Levi’s, Lee, Wrangler y nuestros Lois. Un poco de historia de esas marcas extranjeras. Recuerda Michel Pastoreau en «Los colores de nuestros recuerdos» que en 1890 la patente que protegía los jeans de la firma Levi Strauss llegó a su fin. Aparecieron otras marcas. Lee, creada en 1908, sustituyó los botones de la bragueta por una cremallera en 1926. Pero fue Blue Bell, que en 1947 pasó a ser Wrangler, la que más competencia hizo a Levi’s desde 1919.

Volviendo a España y a los 70 del siglo XX, de Wrangler es un anuncio que en 1977 veíamos en las revistas. «Wrangler resiste si tú resistes» (también ponía: «Un vaquero irresistible debe ser muy resistente»). Se veía un cuerpo masculino delgaducho desde un poco más arriba del ombligo hasta un poco más arriba de las rodillas con unos vaqueros. Unos brazos de mujer los estaban desabrochando. Lo que más llama la atención observados ahora es lo estrechos que son. Y pese a que la entrepierna está en primer plano no se ve bulto alguno.

Marichu de la Mora escribía en «Semana» una columna de moda. De moda francesa. Guy Laroche, Givenchy, Ungaro, Saint Laurent, Dior... Hablaba de trajes sastre pero también de túnicas y ponchos. O de vestidos sobre pantalones. Contaba que se mantenían los tres grandes imperativos: «la línea recta, la ‘souplesse’ y la simplicidad». «Souplesse» es flexibilidad.

Pero nosotros estábamos a otra cosa. Wrangler, Lee y Levi’s eran nuestros pantalones favoritos. Los vaqueros había que completarlos con una camisa Macson (azul, blanca, de cuadritos, pero que los cuellos tuvieran botones) y un jersey Pulligan. Este solía ser amarillo, azul celeste o Burdeos (para el uniforme usábamos el azul marino, pero sólo para el uniforme). Burdeos también eran los mocasines Castellanos. Lo que nos gustaba esa costura por detrás. Y con esa pinta nos íbamos a los mítines a coleccionar pegatinas. O adhesivos, que es como las llamábamos entonces. Lo mismo nos daban las hoces y martillos que los yugos y las flechas. Nuestra «souplesse» era absoluta.

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