La Xunta colocará barreras en puntos negros asociados a intentos de suicidio

Sanidade usará un código propio para el seguimiento y control de pacientes con riesgo de conductas suicidas

La cifra de muertes por esta causa ascendió en Galicia a 349 en 2016, casi ocho puntos más que en el año previo

Alonso, Almuíña, Fernández-Campa y María Tajes XUNTA

ROCÍO LIZCANO

En el año 2016, un total de 349 personas, más del doble de las fallecidas en accidentes de tráfico, murieron por suicidio en la Comunidad. La cifra de muertes registradas por esta causa en Galicia , subraya el Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga), no ha bajado de 300 en los últimos cinco años , y el dato del último ejercicio representa un aumento de casi ocho puntos respecto al año previo.

El suicidio es una realidad prevenible que atiende a una amplia variedad de factores. Por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) elaboró en 2013 un documento específico orientando e instando a los estados miembro a desarrollar estrategias multidisciplinares de abordaje. En respuesta a esa recomendación, y como demostración —expresó ayer el conselleiro Jesús Vázquez Almuíña— del «compromiso claro» del Gobierno autonómico ante este problema de salud pública, la Consellería de Sanidade presentó ayer el «Plan de Prevención do Suicidio en Galicia» , un documento de carácter multisectorial que constituye la segunda iniciativa de estas características en España, tras el implantado en mayo en Valencia.

El plan, elaborado tras más de un año de trabajo colaborativo con distintas entidades sanitarias y no sanitarias, como la Consellería de Política Social, el propio Imelga, asociaciones de personas con enfermedad mental o el Colexio de Xornalistas, se estructura en siete líneas estratégicas, que incluyen la limitación de acceso a medios letales, dificultando la disponibilidad de sustancias tóxicas e instalando barreras arquitectónicas en puntos físicos relacionados con intentos o muertes consumadas por esta causa. Este tipo de actuaciones, apuntó ayer la jefa de servicio de Saúde Mental e Drogodependencias, María Tajes, forman parte de las acciones recomendadas por la OMS y beben de la experiencia de otras latitudes en las que, adelantó, la limitación de acceso a estructuras o edificios clásicamente asociados al suicidio resultó eficaz y no derivó en la utilización de ubicaciones alternativas . En la misma línea, Tajes señaló el refuerzo del control en la dispensación de fármacos sensibles o la concienciación del entorno de personas con riesgo de suicidio sobre el peligro asociado a otras sustancias, muy presentes por ejemplo en el medio rural gallego, como los pesticidas. Y es que, remarcó la jefa de servicio de Saúde Mental, el medio empleado desempeña un papel determinante en el desenlace final de un intento de suicidio, alcanzando el 95% de mortalidad, dijo, en el caso de las armas de fuego.

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