POLÍTICA

La Valedora renuncia pero seguirá de modo interino hasta que haya relevo

Feijóo afirma que su decisión «le honra» e insta a los partidos a iniciar el diálogo para buscar sustituto. El PSOE pide que se limite a asuntos de trámite mientras En Marea y BNG exigen su destitución inmediata

Milagros Otero, Valedora do Pobo M. MUÑIZ

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Milagros Otero comunicó ayer al Parlamento su decisión de abandonar el cargo de Valedora do Pobo. Lo hizo un día después de que se conociera que el Tribunal Supremo no admitía para casación la sentencia del TSXG que anulaba un nombramiento en la institución que ella encarna . La beneficiada era la hermana del portavoz popular en O Hórreo, Pedro Puy. Pero para garantizar que la actividad que desempeña no sufre un parón mientras los grupos políticos eligen a su sucesor, la Valedora se mantendrá en el cargo de modo interino.

Su decisión, meditada desde que en la mañana del miércoles trascendió el pronunciamiento del Supremo, fue comunicada en el mediodía de ayer al presidente del Parlamento, Miguel Santalices, dado que el Valedor depende jerárquicamente del Legislativo. A través de una escueta carta presentada por registro, Milagros Otero trasladaba su voluntad de poner su cargo a disposición de la Cámara, renuncia que formalizaría «en el momento en que los grupos parlamentarios acuerden la propuesta para cubrir» no solo su cargo, sino también el de su adjunto, Pablo Cameselle.

La marcha de Cameselle, elegido en su día a propuesta del PSOE, da a entender que este asume también la responsabilidad por la designación anulada por el TSXG, dado que él sí participó de manera activa en el proceso selectivo —su firma está en el expediente administrativo— que culminó con la elección de María Puy Fraga para cubrir una jefatura de servicio en la institución del Valedor. Este proceso, según los magistrados del Tribunal Superior, estuvo viciado por no respetar los criterios de mérito y capacidad, y acusaron a Otero de beneficiar a la candidata que acabó por ser la receptora de la plaza.

En una nota hecha pública poco después de comunicar su renuncia, la Valedora enmarcó su decisión de diferir su dimisión hasta el nombramiento de su sucesor en el deseo de «garantizar a la ciudadanía que sus quejas seguirán siendo tramitadas con normalidad». Asimismo, se comprometió a «seguir ejerciendo hasta el último día con el mismo rigor, profesionalidad e independencia en su importante tarea en la defensa de los derechos de las personas».

«Decisión que le honra»

A Milagros Otero, desde el pasado verano —cuando se conoció la sentencia inicial del TSXG— solo la sostenía el Partido Popular, después de perder la confianza del PSOE, el otro partido que respaldó en su día su nombramiento. Entonces, tanto los populares como el presidente de la Xunta dieron a entender que mientras el fallo no fuera firme no se tomarían decisiones. La respuesta del Supremo no ha hecho sino precipitar los acontecimientos.

Al mismo tiempo que Otero oficializaba su voluntad de dejar el cargo, Alberto Núñez Feijóo elogiaba «una decisión que le honra dado que hubo una contratación en esa institución donde parece ser, de acuerdo con la sentencia del Tribunal Superior, no se observaron todos los requisitos necesarios », informa Pablo Pazos.

De paso, Feijóo también derivaba la responsabilidad de lo sucedido a Cameselle «porque la Valedora no firmó esa convocatoria. Si en la institución hay que tomar medidas al respecto, le corresponderá con intensidad a las personas que tienen algo que ver con esa convocatoria». Y por último emplazó al resto de grupos de la oposición «a iniciar conversaciones» para el nuevo nombramiento, dado que según la ley que rige al Valedor son necesarios tres quintos del hemiciclo —45 de los 75 escaños— para que salga adelante la elección. Por tanto, a los 41 diputados del PP se le deberán añadir los de algún otro grupo parlamentario.

Críticas dispares

La decisión de la Valedora gustó a la oposición entre poco y nada. Los más tibios en la crítica fueron los socialistas gallegos, para quienes Milagros Otero «ya no es realmente la valedora do Pobo, es una señora que está ocupando el cargo hasta que se designe por este Parlamento» a su sustituto, un proceso que confiaron pueda realizarse en el plazo de «dos o tres meses». Mientras tanto, reclamó la diputada Patricia Vilán, deberá centrarse en asuntos de mero trámite y no ejercer como Valedora plenipotenciaria.

Menos comprensión encontró la dimisionaria en BNG y En Marea. La portavoz nacionalista Ana Pontón censuró lo que a su juicio es «una dimisión en diferido» y reclamó la marcha «inmediata» de Milagros Otero. Para Luís Villares (En Marea) la decisión «llegar tarde y mal», porque «no puede estar ni un minuto más» al frente de esa institución y cree que debe «renunciar incondicionalmente» para atender a un supuesto «clamor social».

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