Análsis

El último pulso de Bescansa a Iglesias

La cofundadora de la formación morada intentará recuperar influencia en la organización midiéndose al candidato afín a la dirección del partido en las primarias de Podemos Galicia

Carolina Bescansa en un acto en Santiago de Compostela MIGUEL MUÑIZ

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Carolina Bescansa insiste en reivindicar que el 11 de marzo de 2014, cuando Podemos se inscribió como partido político en el registro del Ministerio del Interior, el trámite pudo completarse gracias a la firma de tres personas que se identificaron ante notario como responsables del proyecto. Eran Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero y la propia Bescansa. Cuatro años y medio después, las guerras internas y las luchas de poder en el seno de la formación morada han hecho que la socióloga nacida en Santiago de Compostela aunque afincada desde hace décadas en Madrid haya pasado de ser una de las personas que integraban en núcleo duro del secretario general a convertirse en una figura denostada dentro del partido, después de que trascendiese su plan para acabar con el liderazgo de Iglesias. Relegada a la última fila del Congreso de los Diputados y despojada de sus cargos orgánicos, la exsecretaria de Análisis Político y Social sorprendía esta semana con un último intento para regresar a la primera línea y plantarle cara a la actual dirección: se medirá al candidato de Pablo Iglesias en las primarias por el liderazgo de Podemos Galicia.

«Me llama la atención que alguien que lleva 20 años viviendo en Madrid y que hace tiempo que se hizo público que quería ir a la Asamblea de Madrid quiera dirigir Podemos Galicia», señaló el secretario general del partido morado en una entrevista en La Sexta tras conocer los planes de su otrora mano derecha. El malestar que trascendía de sus afirmaciones daba muestra del descontento y la incredulidad que reina en buena parte de la cúpula del partido tras el paso al frente de la socióloga. Esta maniobra, interpretan fuentes de la dirección, responde al intento de la cofundadora de Podemos de hacerse fuerte en Galicia para seguir ejerciendo como «contrapoder» de Iglesias desde los órganos internos de la formación.

Las discrepancias entre Bescansa y el líder de la formación morada vienen de atrás. Ya durante la asamblea de Vistalegre II la cofundadora del partido se quedó fuera de la dirección tras fracasar su intento de liderar una «tercera vía» ante la disputa que en aquel cónclave mantuvieron Iglesias y Errejón. El siguiente punto de fricción fue Cataluña. En plena crisis soberanista la socióloga censuró públicamente la estrategia del secretario general al reclamar desde Podemos «un proyecto político para España» en lugar de dirigirse «solo» a los independentistas. Sin embargo, el divorcio definitivo entre la diputada y Pablo Iglesias se produjo en abril, cuando la santiaguesa filtró por error un documento que recogía un plan para disputarle la secretaría general al actual líder del partido con ayuda de Íñigo Errejón. Tras el estallido del caso, la parlamentaria vio como se esfumaban también sus intenciones de formar parte de las listas de Podemos a la Asamblea de Madrid.

Desembarco en Galicia

Fue entonces cuando Carolina Bescansa inició de manera discreta su plan para desembarcar en Galicia de la mano de la hasta ahora secretaria general de la formación morada en la comunidad, Carmen Santos, crítica con Iglesias y sin opciones de revalidar su cargo por el desgaste sufrido durante sus años como líder de la formación. Alzarse con el timón de la facción gallega de Podemos permitiría a la cofundadora del partido volver a plantarle cara a Iglesias como integrante del Consejo Ciudadano estatal, donde los líderes territoriales ocupan un asiento como miembros natos del mismo. La maquinaria se puso entonces en marcha. Presagiando las críticas que recibiría por su falta de vinculación con Galicia durante los últimos años, Bescansa se apresuró a modificar su ficha antes del verano para pasar a figurar como inscrita en su comunidad de nacimiento. Ya durante las últimas semanas, fuentes del partido aseguran que la socióloga entabló conversaciones con diferentes sectores del partido para tantear los apoyos que tendría su candidatura, llegando incluso a ofrecerles puestos en la organización a cambio de su resaldo Las cuentas le salieron el pasado 2 de octubre, cuando anunció su paso al frente arropada por distintos miembros de la dirección saliente de Podemos Galicia.

«Le damos la bienvenida a Galicia y a la política gallega», ironizó su rival en las primarias, el también diputado en el Congreso Antón-Gómez Reino, muy próximo a Pablo Iglesias. Gómez-Reino anticipaba así la estrategia que seguirán durante todo el proceso interno, pintar a Bescansa como una «paracaidista» que acude a Galicia como «plan B» para vengarse de la actual dirección morada. «Galicia no es una partida, no es una ficha. Es un espacio de construcción. Si doy este paso es porque tengo un compromiso muy claro», respondió la socióloga, que desde que se postuló evitó entrar en confrontaciones con Iglesias y los suyos. Su estrategia para alzarse con la victoria en este proceso pasa por presentarse como cabeza visible de un proyecto «feminista» y alejado de las «provocaciones» de la dirección estatal del partido. También por ponerse de perfil en algunos de los asuntos que han fracturado la organización gallega durante los últimos años, como el papel del partido morado dentro de En Marea, la marca bajo la que diluyeron las siglas de Podemos para concurrir a las últimas elecciones autonómicas. Serán los inscritos gallegos los que deban decidir si Carolina Bescansa gana en Galicia su último pulso contra Pablo Iglesias.

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