HUELGA EN LA JUSTICIA: LA RESACA DE LA VOTACIÓN

Sindicatos moderados estudian denunciar la presión «fascista» de los más radicales

Comisiones, UGT y USO plantean llevar a Fiscalía la «intolerable persecución» de «grupos de asalto» organizados por CIG, CUT y STAJ durante la votación en la que se rechazó finiquitar la huelga

Algunos funcionarios celebran al victoria del «no» en la votación CEDIDA
Mario Nespereira

Esta funcionalidad es sólo para registrados

La unidad sindical en el conflicto de la Justicia se esfuma. Comisiones, UGT y USO, tres de los sindicatos que pactaron con la Xunta sellar un acuerdo para poner fin a la huelga, emitieron este sábado un contundente comunicado contra las otras tres organizaciones que componen el sector radical del comité, CIG, CUT y STAJ. En el texto se despachan en críticas contra la «intolerable persecución» de algunos «grupos de asalto» hacia los funcionarios que libremente debían decidir la validación del acuerdo , y en último término, si se zanjaba el conflicto en la administración judicial. Al final triunfó el «no» , es decir, la continuidad de la protesta, por un estrechísimo margen de 90 votos que los moderados atribuyen al «ambiente de coacción» vivido en las asambleas . Entre ellos, la irritación es tal que no descartan poner los hechos en conocimiento de la Fiscalía.

Las hostilidades entre las centrales se han destapado en toda su virulencia. Aquellos que cocinaron el pracuerdo con el Gobierno lamentaron que durante «lo que debería ser una jornada de participación democrática», acabó convirtiéndose en pasto de los grupos desplegados por los delegados más intransigentes. «Los miembros de estos sindicatos intentaron impedir con su actitud agresiva que la votación tuviese en lugar» . Y en gran medida consiguieron su objetivo: las fuerzas de seguridad tuvieron que intervenir en algunos edificios judiciales, como en Vigo y Pontevedra, para templar los ánimos y garantizar el derecho al sufragio.

Durante el día de ayer, algunos de los responsables de los sindicatos pactistas hicieron circular vídeos en los que se mostraba toda la hostilidad vivida en algunas asambleas. Las imágenes reflejaban a funcionarios golpeando con la mano las urnas, o encarándose con los responsables de la mesa al grito de «vendidos» . A ellas también hace mención el comunicado. A las «coacciones, amenazas, insultos, daños materiales» e «incitación al odio» que aseguraron padecer miembros de CC.OO, UGT, SPJ-USO y CSIF delante de «sus familia» y trabajadores de la Justicia «que pretendían votar».

Según estos, «el ejercicio de intolerancia realizado desde CUT, CIG y STAJ no cabe dentro de una democracia». «Lo ocurrido ayer fue escandaloso y no puede ni debe ser tolerado» , proclaman sobre unos sucesos que sitúan en Vigo , Pontevedra, La Coruña, Lugo y Ferrol, ciudades donde se vivió una actitud que creen «más propia de un régimen fascista que de una democracia» .

Escenarios de futuro

A pesar de todo lo acontecido en las votaciones, los portavoces favorables al pacto prefieren contemporizar y esperar a una reunión que se producirá el próximo lunes, donde decidirán «los pasos a dar» a continuación. Lo que no está encima de la mesa, aclaran varias fuentes, es puentear a los funcionarios y dar por válido un preacuerdo sin someterlo a votación. «Rotundamente no», apostilla una. «Eso no puede ser de ninguna manera», agrega otra . La cláusula de cierre incluida en el preacuerdo con la Xunta obliga, dicen, a escuchar siempre la voz de los trabajadores.

Contundencia, pues, a la hora de descartar uno de los posibles escenarios de finalización del conflicto. Todo lo demás se podrá debatir. Todavía no hay consenso a respecto de si los resultados de las asambleas serán impugnados , como tampoco hacer algún tipo de gesto para rebajar las tensiones, pero lo que sí parece bien encaminada es la unidad de los pactistas frente a las organizaciones radicalizadas.

Por ello no quieren ni oír hablar de dimisiones. A pesar de que algunos dirigentes del sector de CIG, CUT y STAJ exigieron renuncias en el otro bando, no está previsto ningún movimiento en ese sentido. Al contrario: «Si tenemos que dimitir los agredidos y los que agreden se quedan ahí, esto es el mundo al revés» , apuntan.

Entre los más inflexibles, sin embargo, reina la grandilocuencia de una frase: «Roma no paga a traidores» . Traición, venta, y otros vocablos fueron los más empleados tanto a lo largo de las asambleas como después, nada más conocerse la ajustada victoria del «no». Enseguida alguno de sus dirigentes, en conversación con este diario, atacó el «síndrome de Estocolmo» de los moderados por su relación con el Ejecutivo , al que acusan de tratarles «como delincuentes» durante la últimas intentonas negociadoras. Los resultados que arrojaron las urnas dicen predisponerles para todo: desde pedir las renuncias de sus todavía compañeros en el comité a exigir desde ya el liderazgo de unas negociaciones en las que la Xunta ya ha advertido que no pondrá más dinero.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación