Debate sobre el Estado de la Autonomía
El PP se queda solo en su apoyo a abrir las fosas del franquismo
Los dos grandes partidos pactan su respaldo al actual modelo de Estado
La segunda jornada del debate de la autonomía, posterior al careo entre el presidente de la Xunta y la oposición y previa a la votación de las propuestas de resolución se parece peligrosamente a un mercadillo. Cada grupo político pone encima de la mesa su paño, y busca que otro se lo compre o lo intercambie. Y al final, siempre gana la mayoría mientras los minoritarios censura su posición dominante.
Conocido el funcionamiento, siempre hay alguna sorpresa en la negociación. La de ayer fue que el PP incluyó por primera vez un texto que reconozca a las familias de las víctimas del franquismo enterradas de manera clandestina y facilite su identificación, localización y exhumación. Pero no tendrá el apoyo de ningún partido de la oposición por entender que era poco ambiciosa. No valoraron el gesto de los populares de contravenir el discurso de Génova.
Los dos grandes partidos, PP y PSOE, por el contrario, sí se han vuelto a encontrar en las iniciativas que respaldan el actual modelo de Estado y una reforma ordenada del mismo. Por ejemplo, los socialistas han transaccionado textos de los populares que instan a la convocatoria de la Conferencia de Presidentes o la reforma del Senado para convertirse en cámara territorial (fueron dos de las ideas que ya esbozó Feijóo en su comparecencia del martes) o blindar el actual nivel de autogobierno de Galicia, frenando cualquier deriva recentralizadora que pueda surgir en el escenario político nacional.
Además de lo mencionado, el PSOE adelantó que dará su apoyo «a menos de la mitad» de las resoluciones del grupo mayoritario, según explicó en los pasillos de la Cámara su portavoz, Xoaquín Fernández Leiceaga.
En las primeras rondas de negociaciones entre los distintos grupos parlamentarios, el PP planteó 14 acuerdos a En Marea, una decena al PSdeG y nueve al BNG, informa Europa Press. De entre ellos, hay cuatro propuestas globales que buscarían la unanimidad de todas las fuerzas políticas. Estas cuatro resoluciones serían la ya mencionada de memoria histórica, una de impulso a la dependencia, otra sobre infraestructuras y una última sobre sanidad. El acuerdo a cuatro bandas se antoja casi imposible.
Sin embargo, el PP avanzó a En Marea su intención de transaccionar cuatro de sus textos, relativos a bienestar animal , política de suelo, las directrices del paisaje y una última sobre políticas culturales.
Dentro de las cuarenta propuestas de resolución hay un amplio muestrario de la inquietudes de cada formación política. Por ejemplo, BNG y En Marea recuperan la reclamación del derecho a decidir y solicitan la excarcelación de los políticos presos por su participación en el referéndum ilegal del 1-O en Cataluña. Los nacionalistas reiteran sus clásicos básicos (banca pública, financiación autonómica, tarifa eléctrica...) aderezado con insultos a la Monarquía («institución arcaica, machista, corrupta, antidemocrática», entre otras lindezas); el PSOE plantea prohibir las gasolineras sin dependientes o garantizar horas de visitas gratuitas a monumentos de la Iglesia restaurados con dinero público; y sobre la AP-9 cada grupo pide una cosa distinta: transferencia, análisis de la viabilidad del rescate o, directamente, el rescate sin más. Lo único claro es que las 40 del PP, que recogen el grueso de anuncios de Feijóo, saldrán adelante casi sin mácula.
Los socialistas también se mostraron favorables a apoyar una veintena de propuestas nacionalistas y una treintena de las iniciativas del rupturismo. El Bloque le apoyará la inmensa mayoría de iniciativas a la Marea, y recibirá de estos un trato casi equivalente. Como un día de mercado.
