FIESTA GASTRONÓMICA

O Carballiño sirve la ración de pulpo más grande del mundo en diez minutos

Las 'pulpeiras' de la localidad preparan 450 kilos del cefalópodo en un plato de 5,36 metros de diámetro

La ración de récord, ayer en O Carballiño (Orense) AFP

ABC

Es uno de los eventos del año para esta localidad de Orense. El momento en el que se unen la fiesta, la tradición, y desde hace unos años, el propósito de batir un récord que catapulte la popularidad del pueblo. Este martes, en O Carballiño, una treintena de 'pulpeiros' ha servido en 10 minutos y ocho segundos la ración del cefalópodo más grande del mundo, de 450 kilos , y servida sobre el tradicional plato de madera, aunque en esta ocasión de 5,36 metros de diámetro.

«El objetivo es hacer algo extraordinario que solo hacemos nosotros en el mejor espacio de tiempo posible», ha declarado la presidenta de la Asociación de Pulpeiros, María Isaura García, a Efe. O Carballiño, en efecto, no tiene rival. Es la localidad del pulpo por excelencia, el centro de la Festa do Pulpo esta semana, y el lugar donde decenas de familias se dedican a un oficio que obedece sus orígenes a la historia .

En concreto, a la huella que la orden del Císter ha imprimido a la comarca desde hace siglos desde el monasterio de Oseira, conocido como el «Escorial gallego». Allí, los monjes asentados desde el siglo XII manejaban unos dominios que se extendían desde el interior de la provincia hasta la costa. Uno de aquellos territorios era Marín, en Pontevedra, de donde procedían unos diezmos muy especiales: llegaban en forma de pulpo. Pronto los monjes descubrieron la necesidad de 'mazarlo' (golpearlo para que se reblandezca), la virtud de la cocción, y el buen maridaje del cefalópodo con el pan y el aceite.

Era --y lo fue durante muchos año--, la comida de los pobres, hasta que la escasez y un cierto esnobismo gastronómico lo convirtieron en bocatto di cardinale . De hecho, el interés que despierta en la restauración estadounidense y japonesa ha hecho disparar su precio este año (con picos de más de 18 euros el kilo) . Para algunos, va en camino de convertirse en un plato de lujo.

Pero ni los flujos del mercado impiden que en O Carballiño el pulpo siga siendo popular, ni que su modo de preparación sea una marca de distinción. «En cualquier parte del mundo no se puede comer pulpo como el que hacen estas familias de generación en generación» , ha agregado García. Por un «módico precio de cinco euros», los asistentes a la plusmarca pudieron degustar una ración, acompañada de bebida y una porción de tarta con la silueta de la casa consistorial. El objetivo, en realidad, era parar el cronómetro antes de los diez minutos. Quedará para el año que viene.

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