Una reforma contra el juego de riesgo

Las máquinas de apuestas dadas de baja no podrán ser relevadas

La Xunta entrega a la comisión del juego su borrador de ley para el sector

La nueva ley revisará también el sistema de cómputo de distancias exigidas entre establecimientos GUILLERMO NAVARRO

R. Lizcano

En la actualidad, cuando una maquina de apuestas o una máquina recreativa se da de baja su lugar puede ser ocupado por una nueva alta, agotando siempre el tope de terminales autorizados. Cuando entre en vigor la reforma de la ley del juego , con la que la Xunta busca reforzar la protección de la población frente a las adicciones, cada baja definitiva se restará del número máximo de autorizaciones, acortando de modo progresivo el tamaño del parque de terminales.

El Gobierno gallego trasladará este lunes a la Comisión del Juego el borrador de la nueva ley para el sector , llamada a sustituir al texto de 1985, sobrepasado por el auge del juego online. Entre las modificaciones propuestas en el borrador, figura la limitación del número de tiendas de apuestas y salones de juego permitidos en la Comunidad, una medida avanzada ya desde el Gobierno autonómico mediante la publicación de una regulación transitoria , con la que la Xunta quiso evitar eventuales movimientos especulativos previos a que se produzca la entrada en vigor de la futura norma.

El número de salones de juego y tiendas de apuestas ya no podrá crecer por encima del parque instalado : 118 salones (97 en funcionamiento y 21 expedientes pendientes) y 41 tiendas de apuestas, todas ya operativas y sin ninguna solicitud en trámite. En este caso, según el proyecto de decreto de regulación transitoria, el número máximo también se reducirá a medida que decaigan autorizaciones aprobadas. Las restricciones se amplían también para los salones de bingo : si hasta ahora, explica la Xunta en un comunicado, su planificación se determinaba en función del volumen de población y no del número de establecimientos, el borrador de reforma propuesto fija un número máximo de doce, correspondiente con la cifra existente en la actualidad.

Ampliar las distancias

Los cambios también llegarán a los mecanismos pautados para controlar distancias de seguridad de los establecimientos de juego entre sí y respecto a centros escolares. En la práctica, apunta la Administración autonómica, se amplían las distancias exigidas ya que, aunque se mantienen los actuales 150 metros, se revisa el modo para medirlos: en la actualidad, explica, se calcula teniendo en cuenta las vías que una persona utilizaría para llegar caminando de un punto a otro, ahora se medirá radialmente . También se unifican las distancias que deben separar a los distintos establecimientos de juego de modo que los 300 metros que ahora se exigen entre dos locales del mismo tipo se aplicarán en adelante entre cualquier modalidad: «Un salón de juego tendrá que estar como mínimo a 300 metros de otro salón de juego, pero también de una tienda de apuestas o de un bingo», ejemplifica la Xunta.

Aunque requerirá de un desarrollo normativo posterior, la cuestión de la publicidad encontrará ya en la ley límites concretos, siendo acotada a la prensa escrita y a supuestos tasados y a los propios establecimientos del sector del juego.

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