Luís Villares: «Quiero pensar que nadie desoirá a las bases en el caso Quinteiro»

Reconoce que si En Marea se convierte en una coalición no tendrá sitio y reprocha que algunos hagan más crítica que propuestas

El líder de En Marea, Luís Villares MIGUEL MUÑIZ

MARIO NESPEREIRA/JOSÉ LUIS JIMÉNEZ

Son semanas complejas para el líder de En Marea desde que pidió a una de sus diputadas, la podemita Paula Quinteiro, que dimitiera tras un incidente poco ejemplar con la Policía Local de Santiago. Ha logrado aprobar una consulta a las bases para que se manifiesten. Él lo hace sin torcer el gesto pero añade: no se juzga su autoridad.

Alguna vez se ha declarado descontento por cómo se está desarrollando el caso Quinteiro, ¿se sentirá mejor cuando dimita?

Me sentiré mejor en cuanto tengan la palabra las bases. Son las que deben de marcar el camino. Lo fueron desde el primer momento, los inscritos fueron los que nos pusieron aquí, los que nos avalaron, los que nos dotaron de órganos de dirección, y serán los que hablarán y dirán si la situación es coherente o incoherente con los valores que vinimos a defender. Algunos de nosotros expresamos nuestra opinión pero estamos en un momento en el que la opinión que más importa ya no es la del portavoz, el grupo o la dirección, en este momento la opinión que más importa es la de las bases. Eso es lo que me produce a mí satisfacción.

Planteemos el siguiente escenario: los inscritos de En Marea votan, le piden la dimisión, pero ella, arropada por Podemos, decide no marcharse, ¿qué pasaría?

En Marea siempre confió en la última palabra de los inscritos. Quiero pensar y estoy convencido de que nadie desoirá la opinión de las bases, sería una situación inédita. Y estoy seguro de que las personas que contribuyeron a construir el proyecto de Podemos tampoco lo entenderían.

Pero es un escenario que puede suceder.

Algunos de los que estamos aquí no tenemos ninguna duda de que las bases nunca se equivocan, y como no se equivocan, habrá que estar a los que ellas establezcan. Estoy seguro de que cualquiera de los compañeros que constituyen el espacio van a saber interpretar con inteligencia los resultados de la consulta.

¿Esta consulta mide su autoridad como líder de En Marea?

Lo que mide es la madurez del espacio político, en el sentido de que somos capaces ante un conflicto de darle la palabra a quien puede resolverlo, que son quien más ordena aquí. Nosotros no resolvemos el liderazgo como en otros partidos, no ejercemos la verticalidad y por eso no puede haber mayor ejercicio de horizontalidad que las personas que construyeron este espacio con su esfuerzo tengan la última palabra.

Pero de alguna manera, sí hay un examen de posicionamientos, el suyo y el contrario…

Sí, pero ante ese falso dilema de posicionamientos encontrados, que se ve que los hay, y es legítimo que los haya en el debate político, tiene que haber un momento en el que se ponga fin, no vamos a estar dándole vueltas. Tengo confianza en que todo el mundo sabrá leer con inteligencia política lo que tengan que decir las bases. Ninguna opinión mejor que esa, ni la del portavoz, solo faltaba.

En Podemos hablan de este procedimiento como una «caza de brujas», un «tribunal de la Inquisición», parecen palabras un poco gruesas para tratarse de un compañero de la unidad.

La opinión de las bases nunca puede merecer un calificativo negativo. Darle la palabra a la gente, que fue uno de nuestros principios, tiene que ser visto siempre como algo positivo. Yo desde luego no lo calificaría así.

Tampoco lo ven bien Anova, Esquerda Unida, lcaldes rupturistas…¿son demasiados elementos en contra?

Mi opinión sigue siendo la misma: a nadie le puede molestar que se le pregunte a las bases la opinión sobre un tema que tiene indudable trascendencia social.

Sobre el procedimiento de consulta. En Marea la justifica para sondear opiniones sobre asuntos de «relevancia política», ¿validaría una, por ejemplo, en caso de que los inscritos quisieran implantar una portavocía rotatoria?

Siempre que se le traslade a los inscritos cualquier opinión de interés general es bienvenida. Ese tema de todas manera ya fue abordado en un plenario, con un resultado muy claro, creo que de 10 a 1. Está discutido en su momento, aunque los inscritos pueden debatir cualquier cosa en cualquier momento. Esto es un espacio en construcción, dinámico.

En este caso Quinteiro, ¿cuánto hay de lucha por el control interno de En Marea?

Desde luego, algunos manifestamos que lo que había era una confrontación de determinados hechos con unos principios éticos. Por parte de otros si existe otro tipo de sentido habrá que preguntárselo a ellos. Nosotros tenemos unos compromisos, y esos compromisos iban orientados a no hacer ninguna prevalencia o uso indebido de la condición de parlamentaria en un aspecto de la vida privada. Entendemos que eso era incompatible.

La consulta: «Cualquiera de los compañeros del espacio leerán con inteligencia política los resultados»

¿Cree que ha servido de chispa para desatar otro tipo de tensiones que se venían larvando desde antes, cuestiones de discrepancia política?

Si por discrepancia política se entienden los distintos estándares éticos, considero que es un debate sano y positivo. Estamos todavía construyendo el espacio, podemos tener puntos de encuentro y desencuentro, también a la hora de medir los estándares éticos. A veces se critica de En Marea que demos unos debates muy expuestos públicamente pero bueno, vinimos a exigirle transparencia a todo el mundo, nosotros predicamos con ella y así la sociedad puede tener un debate en paralelo al nuestro.

A su vez, esto también nos permite la contraposición de dos formas de hacer política en Galicia, para mí claramente polarizadas: la de En Marea y la del PP. Nuestro ejercicio de transparencia supremo debe ser contrastado con el ejercicio de opacidad supremo del PP. Todavía esta mañana gente que lucha contra mina de Touro se quejó de la opacidad con que la Xunta está tratando todo el expediente administrativo, negándole información sobre cuál es el estado actual y los daños causados por la anterior mina. Nosotros venimos reclamando transparencia a Feijóo, y no quiero dejar de decirlo siempre que tengo ocasión, cuando en aquel programa él dijo que las fotos con Marcial Dorado se las pasara un delegado del Gobierno, y nosotros le preguntamos en sede parlamentaria quién se las había pasado. Algunos tenemos formación jurídica y sabemos que en determinado contexto incluso puede llegar a ser considerado delito. Eso ponía de relieve cómo se utilizaba el poder: un mismo partido, con dos responsabilidades diferentes, utilizaban ese canal partidista para usar información privilegiada de algo que se conocía por razón de cargo. El abuso de poder que existe detrás de todo eso es algo que nos escandaliza. No me voy a la trama Lezo, ni al caso Cifuentes, me voy a casos gallegos de políticos en activo, por eso quiero poner en valor los debates de En Marea frente al oscurantismo y la ocultación del PP.

Se ha entendido regular en la opinión pública el anuncio de Xoán Hermida de dimitir si se va Paula Quinteiro, luego no dimitir, luego retorcer el reglamento para ser diputado en un limbo y al final sí dimitir... Es poco entendible.

El compañero Xoán Hermida explicó su posición, y quedó bastante clara su intención de renunciar. Quiso abrir un debate, aunque el debate estaba abierto, sobre la ética en la política y lo dio por cerrado esta misma semana. Respetar esa decisión, el tiempo tomado en esa reflexión y ahora ya estamos a otra cosa.

¿Es ético que un futuro diputado reconozca que tuvo un coche sin seguro, que tuvo un accidente, y que hubo tres heridos?, ¿lo considera una actitud ejemplar por parte de la diputada Torregrosa?

Reconocerlo es más ético que no reconocerlo. Hasta ahora todos los elementos de información que tengo son los que escuché en los medios. En la medida en que Torregrosa aún no es diputada, aún no tuvimos ocasión de escuchar en el grupo parlamentario su versión sobre ese tema. Evidentemente, me preocupa sobre todo las víctimas, los daños que se pudieran causar y lo que haya de comportamiento inidóneo.

Hablando de criterios éticos, el caso de Juan Merlo se vendió como una actitud de asunción de responsabilidades, pero lo cierto y verdad es que fue Irene Montero quien desde Madrid le señaló la puerta…

A mí eso no me consta, no sé si fue Irene quien llamó al compañero y le dijo lo que tenía que hacer o no. Él explicó desde el convencimiento personal que lo que hizo le avergonzaba y que pensaba que no debía continuar. A mí eso me vale. No voy a especular con cosas sobre las que no tengo certeza.

¿A usted se le consultó en todo caso esa situación o ya le vino cocinado el plato?

A mí se me dio una explicación previa de por qué se iba a producir esa dimisión. Yo la acepté. Y pensaba que la perentoriedad de esa decisión era loable porque resolvía enseguida una situación conflictiva.

¿Se ha llegado a sentir solo en En Marea?, ¿ha llegado a pensar en tirar la toalla y volver a su profesión?

Me siento muy arropado porque hay una legión de gotas de agua que conformamos esta Marea, que trabaja en las mareas municipales, sectorialmente, aquí en el Parlamento, mucha gente en la calle que comparte sonrisas cómplices… Entonces, todo eso ayuda a construir un proyecto. Somos conscientes de que suponemos la esperanza de una parte importante de la sociedad gallega. Una parte, además, que creo que es mayor que en 2016, porque entonces no se nos conocía, o se nos conocía muy poco. Ahora tenemos una vida parlamentaria que podemos enseñar fuera, que tenemos una actividad pública, va dando lugar a que la gente piense que en nosotros se puede confiar.

No solo no me siento solo, me siento reforzado por todo ese espacio, y no se trata del refuerzo de una persona sino del arropamiento del proyecto. Los gobiernos municipales están funcionando muy bien, están demostrando que con muy pocos recursos se puede hacer mucho, que se puede gestionar de forma diferente, y eso crea un impulso hacia delante.

Futuro de En Marea: «Si fuera una coalición yo no tendría sitio aquí»

Podemos y otras organizaciones piden funcionar de una forma más autónoma desligada de En Marea, ¿hay una involución en la unidad del partido?

En Marea la calificamos como partidos instrumental porque consideramos perfectamente compatible la existencia de En Marea con la vida orgánica que pudiesen mantener las organizaciones que parcialmente lo impulsaron. Hablando como En Marea, para nosotros fue algo que nunca nos pareció un estorbo o un impediente. Es más, siempre los consideramos perfectamente compatible. Lo único que se pide es lealtad con los principios comunes y con el trabajo común, una vez producida esa lealtad pues cada quien puede tener la vida orgánica que considera. Lo importante es cultivar aquello que nos une, fuera del horario de oficina que cada uno cultive las particularidades que quiera. No rechazamos las diferencias, las hay entre corrientes y sensibilidades, claro, pero lo que le interesa a En Marea son los puntos en común.

¿Hubo falta de lealtad en los últimos tiempos?

Creemos que debemos atender más ese cultivo de lo común. Eso es lo fundamental. A la gente no le interesan nuestras diferencias, y si alguien de alguna organización lo piensa, se equivoca. Vemos un proceso creciente de movilización ciudadana. La gente que se juntó por las pensiones, por el 8M, es gente muy, muy diversa en lo ideológico, en lo social, pero tienen reclamos comunes. Entonces En Marea supone desde el punto de vista de partido movimiento, algo parecido. Tenemos intereses muy diversos pero tenemos deseos en común. Atención, aquí lo único que vale es cultivar ese deseo, fue lo que nos trajo hasta aquí y lo que hará que el espacio político llegue a ser hegemónico en Galicia. Cualquier despiste de eso nos va hacer fracasar como proyecto colectivo y de cada una de las partes.

¿Se agarraría a la posibilidad de que En Marea fuera una coalición para salvar precisamente eso?

Si En Marea fuese una coalición yo no tendría sitio aquí. Claro, En Marea va un paso más allá, como espacio de adscripción individual para que todo el mundo, por el simple hecho de compartir unos principios, tuviese cabida. Yo puedo no sentirme identificado con alguno o con ninguno de los partidos que impulsó En Marea al 100%, pero sí me identifico con lo que tienen en común. Y lo que me pasa mí le pasó a cientos de personas. Ese es el secreto del éxito, y aún está en vías de desarrollo. Una coalición nos plantearía un problema: todos los independientes que querían a En Marea porque tenía lo mejor de cada casa, ¿dónde quedaríamos? Los puntos en común hacen que sea casa de todos.

Le tomo la primera frase, ¿no cree que algunos quieren que no tenga sitio?

Lo importante es lo quiere la gente que conforma En Marea, no lo que quiera ninguna dirección. Como llevamos demostrando un año y medio, ser un espacio de adscripción individual tiene muchísimas ventajas de participación, identificación de valores comunes, eso es un tesoro que tenemos que seguir cultivando. Me interesa menos lo que piensa una cúpula. Me interesa que la gente, que las bases, estén cómodas, porque me siento uno más.

Cuenta con una mayoría no muy holgada en algunos órganos de dirección, incluso algunos ha optado por la incomparecencia en las últimas reuniones, ¿qué está haciendo para volver a atraerlos?

Varios gestos, como la integración del Consello por agregación de la coordinadora, establecer nuevas fórmulas de participación para rescatar a aquellos que se autoexcluyeron voluntariamente, que recordemos que fue lo que sucedió. El proceso que tuvimos en el último plenario, en clave municipalista, buscó también esa participación. Sectores que la prensa denomina como críticos participaron de eso y esa es la vía fundamental. Crear ocasión de participación es lo que permite superar dinámicas de enfrentamiento.

Hay quien piensa que el grupo parlamentario, en tanto que Podemos y EU participan activamente, es mucho más espejo de En Marea que la dirección.

Son ámbitos complementarios. La institucionalidad que supone el grupo parlamentario fue escogida en primarias y también fueron unas elecciones internas las que después escogieron a los órganos de dirección. En todo caso, cada X tiempo se renuevan y quiero señalar que en el Consello están todas las sensibilidades, y ése es el órgano de dirección política, no la coordinadora.

Liderazgo: «No solo no me siento solo sino reforzado»

La Marea Atlántica y Compostela Aberta presumen de buen clima interno y Podemos incluso se abre a respetarlas como marca autónoma en el 2019, ¿qué tiene de distinto respecto a En Marea?

El propio (Pablo) Iglesias explica cuál es el sentido que debe darse a la marca, y yo hago una interpretación que de momento no fue desautorizada. Es la siguiente: las marcas consolidadas en el espacio de la unidad popular no fueron desautorizadas, y yo estoy de acuerdo, pero en Galicia las mareas son una marca consolidada. Toda Galicia. Lo que no tendría mucho sentido es entender que solamente es una marca consolidada es allí donde se gobierna, eso es algo aleatorio en cierto modo, en la medida en que gobernar o no gobernar depende de muchas cosas. En Marea hoy es el referente de todo el mundo, con independencia del lugar ideológico de procedencia, en el Parlamento, en el Congreso, en cada concello... ¿Por qué? Porque Galicia tiene una dinámica política propia, y eso es algo que Podemos reconoce en su definición de plurinacionalidad. ¿Galicia es una nación? Pues tenemos una dinámica política propia, y eso da lugar a que tengamos un referente propio, no a una marca en el sentido comercial, sino como un sujeto útil para vertebrar una alternativa.

Aún no escuché a ninguna marea municipal que no estuviera en esta misma clave. ¿Podemos es un elemento indispensable de la confluencia? Por supuesto, pero pongo muchas veces un símil, ya que somos Marea: ¿el hidrógeno es fundamental para el agua? Por supuesto, ahora, ¿el agua debe ser Agua-Hidrógeno? No, hombre, no. Y le digo más: lo que quita la sed no es ni el hidrógeno ni el oxígeno, ¡es el agua! La gente premia la unidad y es lo que estamos ofreciendo. Por tanto, las tentaciones de hacer que eso dé pasos atrás serán castigadas electoralmente sin duda.

¿Le molesta que todo este debate de Podemos con guion o sin guion se dé en Galicia pero esté más que superado en Cataluña o en Valencia?

No me molesta porque lo único que revela es que hay dinámicas políticas en diferentes ámbitos del Estado. La dinámica gallega es singular, y nosotros aquí conseguimos un grado de compenetración y entendimiento del que estoy muy orgulloso. También la gente de Podemos, y hablo del votante, ve que con orgullo el proyecto de Podemos en la acción política de En Marea. Ninguna dirección debe estar por encima de ese sentimiento de orgullo, del cuerpo electoral y del social.

Por esas incomparecencias de las que hablamos antes, ¿cree que hay divorcio con Jorge Suárez, Xulio Ferreiro y Martiño Noriega? Fueron quienes le impulsaron para dar el salto adelante en política

Pues estuve con Xulio en el Foro Tecendo Litoral, ahora me tengo porque voy al acto del Premio José Couso y estaré allí con Jorge, y la semana pasada, por cerrar el círculo, estuve con Martiño comiendo en el Banquete de Conxo. Hay una dinámica muy fluida de trabajo. Esta semana preguntaremos precisamente por los terrenos del Puerto de La Coruña, nos parece que no es aceptable cualquier tipo de política pública prescindiendo de la ciudadanía de Coruña. Esa es la forma en la que entendemos la política, y ahí no van a encontrar ni una sola fisura entre Xulio Ferreiro y Luís Villares. Ni una. En la defensa de la libertad de expresión, garantía de un Estado democrático y de derecho, no van a encontrar ninguna fisura entre Jorge Suárez y Luís Villares.

Entonces, si hay sintonía en la política, ¿por qué a veces parece que van por senderos diferentes?

Bueno, impugno la mayor. No creo que vayamos por senderos tan diferentes. En todo caso creo que en la actividad del grupo parlamentario de En Marea y en la mía se revela un apoyo constante a la acción política de los gobiernos municipales, que son por otro lado nuestro escaparate.

Tensiones internas: «Se pide lealtad con los principios comunes. A la gente no le interesan nuestas diferencias»

Huelga de la justicia. ¿Le parecen aceptables los incidentes en las votaciones del pasado viernes, con boicots para que los trabajadores se expresaran en libertad?

Lo deseable siempre es que cualquier proceso de participación se produzca con la mayor quietud posible. No puedo precisar mucho más. Creo que a día de hoy acabamos de conocer como la mayoría de los representantes de los trabajadores, cuatro de siete sindicatos, piden a la Xunta que se siente a negociar. Es una mayoría coherente con la votación del otro día. Es muy irresponsable por parte de Feijóo y Rueda dar pie a que esta huelga durara tres meses, cuando había un mandato parlamentario unánime de reconocer la reivindicación laboral. Yo imputo este conflicto a la incapacidad de la Xunta para llegar a un acuerdo. No sé qué oscuros intereses tiene Rueda en que este conflicto continúe. Va a ser el gran borrón en su gestión junto con las emergencias en la ola de incendios de octubre. Quien no es capaz de gestionar un conflicto no es un buen gestor.

En este periodo de sesiones fue llamativo su ataque a la figura de Albor durante una sesión de control. ¿Era eso necesario para desgastar a Feijóo?

Llamamos la atención confrontando nuestra transparencia con la opacidad de otros. Dijimos que era necesario que se supiera que el señor Albor llevaba tres años cobrando sin trabajar. No pasa nada, había que decirlo. Era un dinero de todos. No se trata de desgastar.

Da la impresión que usted y el presidente de la Xunta cada vez se llevan peor...

Tampoco tenemos motivos para llevarnos bien. Hay una cordialidad institucional y parlamentaria, pero representamos modelos antagónicos. Que se visibilicen esas diferencias es lo normal. Procuro ser respetuoso con la figura del presidente pero hay cosas que no se pueden tolerar, como los ataques que se hacen a mi grupo parlamentario o mi espacio político. No podemos consentir que se ningunee a En Marea negándose a responder preguntas parlamentarias, negándonos nuestra condición de segunda fuerza política en la comisión de los incendios forestales, negándonos información... Ejercemos una función de control al gobierno, y se nos niega esa función.

¿Cree que Feijóo agotará la legislatura?

Él es posible que no, pero la legislatura gallega durará hasta 2020, sí.

Gonzalo Caballero lleva varios meses al frente del PSdeG. ¿Qué tal es su relación?

Mantenemos una relación cordial.

La CIG ha convocado una huelga general en Galicia para junio. ¿En Marea la va a apoyar?

Venimos de un proceso de movilización creciente, que demuestra que la gente sale a la calle por cosas que les preocupan y afectan. Hay reclamos ciudadanos que no aguantan más: la precariedad laboral, el sistema de pensiones, la igualdad de las mujeres... Ahora bien, la clave del éxito de estas movilizaciones es su transversalidad y su unidad. Por lo tanto, cualquier llamamiento a una huelga debe contar con la complicidad de numerosos sectores y agentes sociales. Por tanto, si la CIG quiere seguir adelante estoy seguro que ahora estará buscando complicidades. Ese puede ser un éxito. Si encuentra respaldos, En Marea estará ahí. Pero hace falta que la CIG busque esas complicidades. Espero que tenga la inteligencia para buscarlas.

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