José Luis Jiménez - Pazguato y Fino

La izquierda y los incendios

En Andalucía, el monte arde por los «terroristas ambientales»; en Galicia, es culpa de Feijóo

Les propongo un juego, una pequeña adivinanza. «No hay duda, no ya de que tras estos incendios está la mano del hombre, sino de que han sido intencionados (...) estos ‘terroristas ambientales’ producen un desastre medioambiental, atentan contra el medio ambiente y ponen en riesgo la vida de las personas (...). Nos ha preocupado que en tan poco espacio de tiempo y en distintos puntos cercanos se hayan iniciado estos fuegos (...) Es evidente que hay que averiguar qué está pasando porque no puede ser que terroristas ambientales se ceben todos los años con esta provincia, proclive a incendios por la gran masa de eucalipto y pinar». ¿Quién es el autor de estas declaraciones?

Si le preguntasemos a nuestra izquierda gallega, responderían que estoy recuperando las justificaciones de Feijóo tras el octubre negro del pasado año, que fueron fruto de su ineficacia e inoperancia en política forestal, que la conselleira debió marcharse por incompetente, que la culpa fue de la eucaliptización de Galicia y del abandono del rural, de alimentar la industria del fuego, que la prevención contra los incendios fracasó... La letanía es de sobra conocida.

Pero he aquí que estas manifestaciones no están hechas ni el pasado año ni en territorio gallego. Su autor es el socialista Alfonso Rodríguez Gómez de Celís, delegado del Gobierno en Andalucía y hombre de la máxima confianza de Pedro Sánchez, y las ha realizado estos días durante los fuegos que han vuelto a afectar a la serranía de Huelva. Ya ven, los fuegos en Andalucía son culpa de «terroristas ambientales», pero en Galicia los responsables son Feijóo y sus fracasadas políticas. Esta es la inmoralidad en la que vive instalada nuestra izquierda.

Al mismo tiempo que Gómez de Celís diluía de un plumazo el ramplón argumentario del PSdeG contra la Xunta en materia de incendios, me llamó la atención que no salieran a la calle cientos de personas a protestar miserablemente contra Susana Díaz por los fuegos, ni que los portavoces de la oposición se comportaran como carroñeros buscando una pancarta tras la que situarse. En efecto, ni el popular Juanma Moreno, ni la populista Teresa Rodríguez o su consorte «Kichi» aparecieron en los informativos de Canal Sur arrojándole la tierra quemada a la presidenta de la Junta. O no saben hacer oposición, o gastan otra ética.

En Andalucía, visto está, la clase política tiene claro que los incendios son culpa de quien prende. Y no se azuza a la sociedad civil contra el gobierno autonómico con el monte todavía humeante. Ni se descalifica a un consejero que pide que la Fiscalía investigue e impute a los autores de estos actos destructivos acusándole de querer rehuir de sus responsabilidades políticas. Incluso en la tierra de los ERE, todavía queda decencia. En el fogar de Breogán, a veces escasea.

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