El Hannibal Lecter de las cárceles españolas, nuevo recluso de A Lama

Por la prisión pontevedresa de A Lama, una cárcel modelo con capacidad para un millar de presos, han pasado reclusos de toda calaña. Desde padres condenados por acabar a sangre fría con la vida de sus hijos , como el filicida de Moraña o la madre de Asunta, hasta peligrosos yihadistas o etarras como De Juana Chaos. Pero nunca uno tan sanguinario como el que los funcionarios de este penal están a punto de recibir. Según fuentes de la prisión indicaron a ABC, este sábado se producirá el traslado de Fabrizio Joao desde el penal de Teixeiro hasta A Lama . Considerado como el preso más peligroso de España, y apodado el Hannibal Lecter de las prisiones españolas , su llegada a A Lama se produce en un momento de máxima tensión debido a las quejas de los funcionarios por las condiciones en las que deben desempeñar su trabajo.

Entre las cuestiones que mantienen a los funcionarios de prisiones en pie de guerra se encuentra la sobreocupación del penal -alberga a más de 1.700 presos, cuando solo está preparada para una mil- destaca la falta de medios coercitivos para enfrentarse a los presos que en algún momento pueden generar altercados. «Sabes cómo entras, pero no sabes cómo vas a salir de la reyerta», resumió uno de los empleados a este medio.

Ahora, con la llegada de Fabrizio, el penal deberá organizarse para cumplir con las medidas de seguridad que el cuidado de este preco requiere y que van más allá de las de un reo de alta seguridad . Como prueba, los funcionarios recuerdan que en Teixeiro, la prisión donde ha pasado los dos últimos años y medio, nadie tiene contacto directo con él . Las puertas para que salga al patio, siempre en solitario, se abren y cierran de forma automática. La comida se le sirve a través de la puertilla de la puerta de la celda y la ducha, en el interior del habitáculo, impide que tenga que cruzarse con ningún otro interno .

Fabrizio Joao cumple una condena de más de 50 años por el asesinato de su novia en Bilbao y el de un compañero de celda. También hirió a ocho funcionarios en Cádiz, dos de los cuales temieron por su vida por la virulencia del ataque del guineano, que mide 1,90 y pesa 120 kilos. Su traslado se producirá entre grandes medidas de seguridad.