Feijóo lidera las críticas en contra de la desigualdad en la financiación

El presidente denuncia la «asimetría» entre las comunidades «que pagan» y a las que se le «condonan los intereses»

Alberto Núñez Feijóo y Cristóbal Montoro, en una reunión conjunta en Madrid EFE

MARIO NESPEREIRA

Desde que el PP y el PSOE aprobaron, con los nacionalistas, un nuevo acuerdo por el cupo vasco, Alberto Núñez Feijóo no ha abandonado las críticas contra lo que considera una falta de transparencia del Estado , y una nueva señal de disparidad entre las comunidades. El presidente de la Xunta ha hecho de la financiación autonómica su causa particular, a sabiendas de que la reforma del actual modelo encara su recta final y Galicia se juega nada menos que los recursos para sostener su sistema de bienestar, cada vez más sobrecargado por el peso del envejecimiento y la dispersión.

El dirigente popular volvió a censurar ayer la «asimetría» que se produce entre los territorios cumplidores, y aquellos que ven premiada su deslealtad con rescates estatales y ventajas presupuestarias , en referencia directa a Cataluña. «Mientras unas comunidades pagan a otras se les condonan los intereses», denunció en una entrevista radiofónica. Galicia reconoce abiertamente la existencia de «tensión» dentro del sistema autonómico, en gran medida gracias al impacto colateral del «procés» y a una nueva hornada de privilegios para el concierto económico del País Vasco.

La bilateralidad en las relaciones entre Ajuria Enea y Moncloa no es en sí misma un motivo de choque, pero la Xunta demanda una mayor rendición de cuentas. Lo hizo el pasado jueves, el día en que el presidente defendió el «derecho a saber cómo se gasta el dinero de todos» , y lo repitió ayer, cuando solicitó «más información» de cómo se negocian las cuantías del cupo. «Siempre hace falta claridad en asuntos que nos afectan a todos», sintetizó.

El mensaje de Galicia no cayó en saco roto. Al contrario, encontró eco en barones como el castellano leonés Juan Vicente Herrera, que se sumó al discurso de Feijóo , y demandó a Montoro una explicación«detallada» del acuerdo con el PNV. Aún así, los pronunciamientos no esconden sino una llamada de atención, con la vista puesta en la implantación de un sistema que garantice un reparto equitativo de los recursos . En la perspectiva contraria, el líder del PPvasco, Alfonso Alonso, hizo un llamamiento a sus compañeros para que no se dejaran llevar por la «demagogia», y para que evitaran unirse a quienes buscan alimentar «el agravio y la diferencia».

Debate en Galicia

Mientras las conversaciones en Madrid se encuentran en compás de espera, la oposición aprovecha el impás para tratar de crear la imagen de un Feijóo políticamente débil y sin capacidad de imponerse ante el Gobierno. El portavoz de En Marea, Luís Villares, denunció que la Xunta está huérfana de un «modelo propio», y que por ello no lo presenta ante el resto de grupos de la Cámara: «Están a expensas de lo que les diga Madrid» . Las cábalas de los rupturistas estiman que las arcas gallegas tendrían que recibir 2.500 millones más —las transferencias del Estado oscilan los 6.500— para financiar con garantías los servicios públicos básicos.

En el PSdeG impera la prudencia. Hace meses alcanzaron dos grandes consensos con el PP. Por un lado, pactaron el nombre de Santiago Lago como experto designado para representar a Galicia en el «comité de sabios»; y por otro, diseñaron en común una propuesta de sistema basada en el coste efectivo de los servicios y en los «hechos diferenciales» de cada territorio. Sin embargo, el portavoz de la bancada socialista, Xoaquín Fernández Leiceaga , resaltó su preocupación por el retraso en los plazos y por el hecho de que Rajoy priorice el apoyo del PNV para sus cuentas. «Eso crea un escenario preocupante», subrayó.

«Nuestro problema no es atacar el modelo de Euskadi, sino acabar con el centralismo para reclamar un concierto que nos permitirá tener 3.500 millones para sanidad, educación y servicios sociales» , razonó la líder del BNG, Ana Pontón, haciendo uso de unas cifras que, como recordó el portavoz del PPdeG, Pedro Puy, están lejos de las evidencias académicas. La mayoría popular matiza que el Parlamento gallego ya envió en su momento sus aportaciones al Estado, y que ahora es el momento de «intentar llegar al consenso político», especialmente con el PSOE. «Pone el carro antes de los bueyes no es inteligente si no queremos repetir los errores del pasado», zanjó Puy,

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