Comisión sobre sanidad

Feijóo se adelanta a la oposición y defenderá al Sergas en el Parlamento

El presidente de la Xunta insta a Abel Caballero a tomar ejemplo y le desafía a comparecer en la comisión del Marisquiño

Feijoo tras la reunión del Consello de la Xunta MIGUEL MUÑIZ

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Como en una partida de ajedrez, pero en el tablero político, el presidente de la Xunta ha optado por anticiparse a los siguientes movimientos de sus rivales. Alberto Núñez Feijóo comparecerá en la comisión parlamentaria sobre sanidad con independencia de que se lo exija la oposición. Lo hará a petición propia y para defender a unos profesionales que estos días están en el centro de la disputa política . La semana pasada la izquierda sumó sus votos para investigar en la Cámara «los recortes» en el Sergas. Una causa general, una panorámica, a la que se agregará el caso de la muerte de un hombre en el PAC de A Estrada, o la polémica relacionada con el suministro de medicamentos para la hepatitis C.

Sobre todas estas cuestiones tendrá la oportunidad de responder Feijóo. Lejos de maldecir la maniobra de la oposición, el mandatario agradeció la «magnífica oportunidad» que se le brinda para poner en valor el funcionamiento de la sanidad pública, área que conoce bien y a la que entregó buena parte de su trayectoria como cargo público, primero como subalterno de Romay Beccaría en la consellería de Sanidade, y después como director del Insalud a comienzos de la era Aznar. «El presidente de la Xunta tiene que defender a los profesionales de la sanidad, cómo trabajan y con qué recursos. Para mí será un honor», sentenció tras presidir la reunión habitual de su equipo.

El movimiento de Feijóo no se explica sin el inusual ajetreo parlamentario vivido la pasada semana. Después de que el PP facilitara con su abstención la apertura de una comisión sobre el accidente del Marisquiño, el PSdeG, que votó en contra, sedujo a En Marea y BNG para responder con una investigación sobre el Sergas. Sobre ello reparó el presidente: en primer lugar, resaltó la capacidad de los grupos para invocar la comisión gracias a la última reforma del Reglamento, y segundo, dejó caer la idea de que la reacción de los socialistas se precipitó para «compensar el enfado de algún político al que temen algunos en el Parlamento», en referencia velada a Abel Caballero.

Feijóo se refería así a la negativa del alcalde de Vigo a investigar las causas del desplome en el propio Ayuntamiento y a la necesidad del PSdeG de buscar una coartada para salir en su auxilio, sobre todo si se tienen en cuenta las miradas que apuntan a Caballero como el responsable último de haber autorizado el festival.

Las diferencias

En cualquier caso, para el presidente las diferencias entre uno y otro caso son ya perfectamente visibles. Según expuso ante los medios, mientras una comisión someterá a debate una «posible negligencia» que causó un total de 467 heridos, la otra desembocará en cómo el sistema sanitario «fue capaz»de atender a todos y cada uno de los afectados.

En una rendirá cuentas en primera persona; en la otra no. El jefe del Ejecutivo autonómico se autodescartó para comparecer en la comisión sobre el Marisquiño, pues entiende que su papel no es el debatir sobre lo que rodea a una «licencia municipal», en este caso la expedida por el Ayuntamiento olívico. «No tengo ninguna posibilidad de actuar» , incidió un Feijóo que, pese a ello, sí avanzó que el PP no vetaría ninguna comparecencia de ningún responsable de la Xunta si se «pone en duda» la labor del Gobierno gallego en el hundimiento. En el último pleno del Parlamento, el vicepresidente, Alfonso Rueda, compareció a petición propia para detallar tanto el despliegue de los servicios de emergencias, de los que es responsable, como las deficiencias del gobierno local a la hora de cumplir la reciente ley autonómica de espectáculos públicos.

Shows y bombillas

La guerra política entre el Ayuntamiento de Vigo y la Xunta no ha hecho más que agudizarse desde el mes de agosto. Feijóo —que recordó que la comisión sobre el Marisquiño se constituyó «a petición de los socios del PSOE»— retó a Caballero a acudir a Santiago para despejar de una vez las sospechas y «acreditar» que no tuvo nada que ver con el colapso de la plataforma.

Fue antes de lanzar su dardo final. Un ataque al vídeo en el que el alcalde de Vigo presenta, en pleno mes de septiembre y a treinta grados, el despliegue de las luces de Navidad. Un caramelo fácil para los programas de televisión y los usuarios de las redes sociales. «Va a necesitar muchos shows y muchas bombillas para eclipsar su responsabilidad; y a mí las bombillas no me producen ningún efecto, más allá de lamentar las chirigotas sobre gallegos que se hicieron en muchísimos programas nacionales y que me parecen injustas», denunció el dirigente popular, que se dejó la guinda para el final. «Los gallegos no somos como el alcalde de Vigo. Somos gente seria».

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