Denuncian a un taxista que no quiso montar al perro guía de una invidente en su coche

La polémica está servida en Santiago tras la denuncia de una joven invidente que se trasladó a la capital gallega con dos amigas más -también ciegas- a pasar el puente de Todos los Santos. Según la muchacha denunció, al salir de un centro comercial de la ciudad las tres se fueron a una parada de taxi próxima para montarse en uno de los coches y volver al hotel, pero el taxi al que se acercaron les negó el viaje , dicen, «porque no quería llevar en su coche al perro guía». Según el relato de la afectada, el taxista se negó a llevar al animal, pese a que las amigas le insistieron en que estaba obligado a ello. También le recriman que evitó a darles su número de licencia y que fue un hombre que pasaba por el lugar y vio lo que estaba ocurriendo el que se lo apuntó. La escena se resolvió con la aparición de otro taxista que sí se prestó a llevarlas junto con el perro guía que las acompañaba, pero la dueña del animal denunció el caso muy indignada por lo sucedido.

Con el conflicto ya encendido y después de que desde Radio Taxi indicasen que abrirán una investigación para dirimir lo sucedido, el taxista señalado niega las acusaciones y dice que lo que en realidad pasó fue que ya había otra clienta subida al vehículo . El hombre se queja, según recoge La Voz de Galicia, de que en toda su trayectoria no ha tenido ni un solo problema con ningún cliente, ni le han abierto ningún expediente, y afirma que está siendo «acribillado» injustamente. A su favor, el taxista esgrime que en ningún momento se negó a llevar al animal y que les dijo que otro compañero las podría trasladar porque él ya estaba ocupado. «Es más, los dos coches salimos juntos de allí», asume.

Una comisión trabaja ya en el tema para esclarecer cómo se sucedieron realmente los hechos y tomar la medidas oportunas. En caso de que se pruebe que la denuncia de la joven es veraz, el profesional se enfrenta a una inhabilitación de hasta 25 días y a una multa de 100 euros. La legislación gallega ampara el derecho de los invidentes a ir acompañados por sus perros guía en este tipo de servicios públicos.