Ferrol

Cifras y letras, el barrio que rechaza otro nombre para sus calles

El polígono de viviendas de Caranza, levantado en la segunda mitad del XX a la sombra de los astilleros, defiende su sobrio callejero

Vista de la ciudad de Ferrol. Al fondo, las torres de viviendas de Caranza EFE

Rocío Lizcano

Siete calles nombradas de la A a la G y nueve más bautizadas de oeste a este por los números del 1 al 9 trazan la trama que ordena el entorno de las viviendas de Bazán, en el barrio ferrolano de Caranza, epicentro de la polémica suscitada por la propuesta del gobierno local para reemplazar el nombre de 24 calles de la ciudad —17 de ellas en Caranza— por el de otros tantos personajes femeninos relevantes. Al malestar provocado por la falta de consulta previa a los vecinos —«este gobierno vendió participación por los cuatro costados y aquí no hubo ni una llamada de teléfono», dice Mapi Rodríguez, presidenta de la asociación de vecinos de Caranza—, se suma el apego a un callejero vigente desde los años 50, cuando arrancó la construcción de las viviendas más antiguas del barrio. «Mucha gente lo dice: ‘Yo vivo en la calle 1 y va a seguir siendo la calle 1 toda la vida’» , indica Rodríguez respecto al apego de los residentes por este callejero a priori frío o impersonal. «Hemos ido sondeando y el sentir del 80% es contrario a modificar los nombres. Hablamos de la zona más antigua del barrio, la que guarda la esencia de la historia», expone la portavoz vecinal.

La extinta Empresa Nacional Bazán de Construcciones Navales Militares colocó a finales de los 50 la primera piedra de la promoción de viviendas levantada en suelo municipal para los trabajadores de los pujantes astilleros. En los años 70 llegaría el turno del emplazamiento sur, con las coloridas torres residenciales de imponente altura, fácilmente identificables en el perfil de la ciudad naval. Caranza fue un barrio joven, obrero, activo, que en 1977 y ante el retraso en la entrega de las viviendas construidas por el Ministerio de la mano de la empresa VOSA protagonizó una reivindicativa ocupación en la que más de 400 inmuebles fueron tomados por familias sin alternativas habitacionales que se autodenunciaban en comisaría.

Caranza también sufrió en primera línea el impacto de la reconversión naval y de los años más difíciles de la heroína. Hoy la media de edad del vecindario es alta, lo que en opinión de Rodríguez aumentaría la confusión y los perjuicios de una modificación de direcciones. «No es un no por el no. No nos oponemos al reconocimiento en el callejero de estas mujeres. Incluso conocí a alguna de ellas y para mí, que me muevo en un mundo de hombres, sería un orgullo. Pero pedimos que se nos escuche», expone Mapi Rodríguez. Como muestra de su voluntad de colaboración, la asociación propone una solución alternativa: recuperar el conocido como Parque de los Personajes Populares —hasta la fecha vacío de contenido— como espacio para, a través de esculturas, placas o cualquier otra fórmula de consenso, rendir homenaje a la lista de mujeres propuestas para engrosar el callejero.

Ni antes ni ahora

No es la primera vez que surge el intento de renombrar a las austeras calles A, C, 6 o 7 de Caranza. «En su día ya se intentó reemplazarlas por nombres relacionados con los astilleros y los vecinos no quisieron», señala Mapi Rodríguez, que cita la experiencia del vecino Narón, donde la actualización de nombres en la zona de la Marina, afirma, no llegó a calar nunca entre la población y «la calle Illa de Ons sigue llamándose calle 5».

Entre los nombres de mujer propuestos —con aportaciones de otros grupos municipales—, el gobierno de Ferrol en Común incluye los de Blanca Quintanilla, fallecida en 2016, nieta del alcalde fusilado en 1936 y una de las primeras mujeres que ejerció como edil en la corporación impulsando en los 80 la que fue primera casa de acogida a víctimas de violencia machista en Galicia; Elisa y Marcela, protagonistas de la primera boda homosexual en España , oficiada en La Coruña en 1901 con Elisa camuflada como su primo Mario; o las Marías, Coralia y Maruxa Fandiño, perseguidas tras la Guerra Civil por la filiación anarquista de sus hermanos.

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