Camino de SantiagoTodos los récords conducen a Compostela

La ruta jacobea alcanza la cifra más alta de peregrinos de su historia tras superar la registrada en el Xacobeo 2010

¿Cuáles son las razones de su éxito? ¿Cómo son los caminantes de hoy? Les ponemos cara y analizamos el futuro

SANTIAGO, MADRID Actualizado: Guardar
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«¿Por qué he hecho el Camino de Santiago? Todo el mundo me lo pregunta, pero no sé la respuesta». Habla Paul McGranaghan, irlandés de 39 años que acaba de recoger su «compostela» tras peregrinar desde Saint-Jean-Pied-de-Port, en los Pirineos. Hace algunos años ejerció como profesor en Lugo y cada día veía pasar por delante de su casa a decenas de peregrinos. Durante cuarenta días se ha convertido en uno de ellos. Le acompaña su amiga Martina Callanan, compatriota de 34 años que dos semanas antes de echarse a andar rompió con su novio. Caminar ha sido su tratamiento contra el mal de amores. «Hace seis meses estuve aquí de vacaciones, veía y escuchaba a la gente y pensaba que decir esto sería ridículo, pero ¡el Camino es la forma que eliges de vivir tu vida!».

Ambos son dos de los 272.434 peregrinos que durante este año han culminado la ruta jacobea, que este sábado ha pulverizado todos sus récords. Nunca antes en la historia habían recalado tantos caminantes en la capital gallega. Hasta ahora el Xacobeo 2010 ostentaba la cifra más elevada con 272.412.

Paul McGranaghan y Martina Callanan, dos amigos irlandeses de 39 y 34 años que han peregrinado desde Saint-Jean-Pied-de-Port, en los Pirineos, durante cuarenta días
Paul McGranaghan y Martina Callanan, dos amigos irlandeses de 39 y 34 años que han peregrinado desde Saint-Jean-Pied-de-Port, en los Pirineos, durante cuarenta días - MIGUEL MUÑIZ

Hombre, extranjero, con motivaciones que van más allá de lo religioso, de entre 30 y 60 años, que ha optado por el Camino Francés a pie, con trabajo y que inició su andadura en la localidad lucense de Sarria. Es el perfil del peregrino hoy. No encaja en el prototipo Michel Bernard-Raymozol, natural de Gap, en los Alpes galos, 63 años y recién jubilado. El 15 de septiembre se puso en marcha en solitario desde Le Puy-en-Velay. Dos meses de travesía donde ha descubierto que «el Camino es la paz, es el mundo». Como a tantos otros, sus amigos le recomendaron la «experiencia», señala.

Michel Bernard-Raymozol, de 63 años, inició el Camino desde Le Puy-en-Velay el 15 de septiembre, tras haberse jubilado. En la fotografía, muestra los sellos de su credencial
Michel Bernard-Raymozol, de 63 años, inició el Camino desde Le Puy-en-Velay el 15 de septiembre, tras haberse jubilado. En la fotografía, muestra los sellos de su credencial - MIGUEL MUÑIZ

El Camino habla inglés. Al menos hasta su entrada en Galicia. Y esa es la principal razón que explica la tendencia al alza que viene experimentando desde hace más de un lustro. A franceses o italianos, con cofradías del Apóstol y asociaciones de amigos del Camino muy activas, se suman otras nacionalidades influidas, en muchos casos, por películas y best-sellers. Sucede, por ejemplo, con los alemanes y el relato «Bueno, me largo», de Hape Kerkeling, uno de sus humoristas más famosos, que también ha cosechado gran éxito con su versión cinematográfica; o con los estadounidenses y la película «The Way», de Martin Sheen, de la que ya se ha anunciado una segunda parte; o con los coreanos y el libro de su compatriota Kim Hyo Sun, que incluso llegó a grabar un reality show.

No faltan tampoco los portugueses. El Camino que atraviesa la frontera lusa es, de hecho, el segundo más recorrido. Este 2016 lo ha escogido casi un 19% de los peregrinos. Acaban de llegar por él, procedentes de Lisboa, desde donde partieron el 11 de octubre, la inglesa Sarah Packwood y el canadiense Brett Clibbery, que se conocieron hace un año en una parada de autobús en Londres y hoy son marido y mujer. Ambos recorrieron el Camino Francés por separado en 2014. Sarah -que narra sus vivencias jacobeas en su blog- lo hizo entonces para recordar a su madre, recién fallecida. Para ambos, «cansados pero fascinados» tras haber caminado cientos de kilómetros en paralelo al océano Atlántico, es «un viaje espiritual que te prueba en distintos niveles. En él vuelves a lo básico y dejas lo superficial».

La inglesa Sarah Packwood y el canadiense Brett Clibbery han recorrido durante un mes el Camino Portugués. «Es un viaje espiritual en el que vuelves a lo básico», afirman
La inglesa Sarah Packwood y el canadiense Brett Clibbery han recorrido durante un mes el Camino Portugués. «Es un viaje espiritual en el que vuelves a lo básico», afirman - MIGUEL MUÑIZ

El Jubileo de la Misericordia, simbolizado en la apertura de la Puerta Santa del santuario compostelano, gesto reservado a los Xacobeos, ha producido numerosos frutos para el Camino de Santiago. Desde el punto de vista turístico y pastoral. Ese es uno de los debates diarios de esta ruta milenaria, que avanza al compás de la sociedad y se adapta a los nuevos tiempos. Cada vez son más los que ven en ella un recurso económico. Pero también cada vez más la Iglesia se preocupa por utilizarla como un instrumento de evangelización. Hace pocos días, en una entrevista con ABC, el obispo de Bayona, Marc Aillet, responsable de la pastoral jacobea en Francia, apuntaba que «el Camino es una oportunidad frente a la secularización actual».

El propio arzobispo de Santiago, Julián Barrio, ha insistido esta semana en los valores espirituales y antropológicos de la senda que termina en la Tumba del Apóstol: «El Camino es ante todo y sobre todo un camino de fe. No excluyo otras dimensiones, pues el hombre es quien hace el Camino y el nombre necesita entornos culturales, sociales y económicos. El Camino no va a morir de éxito, pero puede morir por inanición si se pierde la vertebración espiritual, si se pierde su alma. Tenemos que estar atentos».

Para gantizar la sostenibilidad de la ruta ante su redimensionamiento internacional, la Xunta presentó el año pasado el Plan director del Camino, un exhaustivo documento con numerosos ámbitos de actuación: desde el patrimonial al medioambiental, el tecnológico o el académico. Su previsión es que en el Xacobeo 2021 -cuyo diseño será una de las prioridades del nuevo gobierno de Alberto Núñez Feijóo para que sea «el mejor de la historia»- se alcance una cifra de 464.000 peregrinos. La estimación del Ejecutivo gallego se basa en el incremento anual que ya se registra y en el convencimiento de que cada vez serán más las personas que discurran por el Camino de Norte y por el Primitivo, declarados Patrimonio de la Humanidad en 2015.

El finlandés Jaakko Pohjolainen y la belga Roxane Van den Bosch se conocieron en Santander y desde entonces han acompasado sus pasos en el Camino del Norte
El finlandés Jaakko Pohjolainen y la belga Roxane Van den Bosch se conocieron en Santander y desde entonces han acompasado sus pasos en el Camino del Norte - MIGUEL MUÑIZ

Culminan este itinerario el finlandés Jaakko Pohjolainen, de 22 años, que partió el 6 de octubre de San Sebastián aconsejado por su madre, y la belga Roxane Van den Bosch, un año menor, que comenzó en Le Puy el 24 de agosto tras decidir abandonar sus estudios de fisioterapia. En todo este tiempo, han podido incluso surfear en el Cantábrico. «Hace dos años ya hice el Camino Francés con mi padre. Ahora no tenía nada que hacer y comencé a caminar», cuenta ella. Ambos se conocieron en Santander y desde entonces decidieron acompasar sus pasos hasta Santiago.

El australiano Andrew Schroth y la coreana Hae Kyung Yooru han seguido hasta Fisterra, el punto donde el océano Atlántico irremediablemente impide continuar avanzando
El australiano Andrew Schroth y la coreana Hae Kyung Yooru han seguido hasta Fisterra, el punto donde el océano Atlántico irremediablemente impide continuar avanzando - MIGUEL MUÑIZ

Este domingo se cerrará la Puerta Santa y no volverá a abrir hasta 2021. Han llegado a tiempo para cruzarla en pareja el australiano Andrew Schroth y la coreana Hae Kyung Yooru, que incluso han continuado hasta Fisterra, el punto donde el mar irremediablemente impide continuar avanzando.

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