Fin de la alerta por sequía

Las borrascas del invierno sitúan las reservas hídricas por encima del 80%

Galicia abandona la prealerta por la falta de precipitaciones y declara el regreso a la situación de normalidad. Desde la cuenca del Miño-Sil señalan que lo ocurrido en 2017 evidencia los efectos del cambio climático

La presa de Eiras, en Fornelos de Montes, prácticamente llena EFE

Z.R.

Galicia abandona definitivamente la situación de prealerta por sequía decretada en enero de 2017. Las dos demarcaciones de la Comunidad, la de la cuenca Miño-Sil y la de Galicia-Costa, han anunciado hoy la vuelta a una situación de normalidad hídrica después de que los técnicos constatasen tanto la recuperación del caudal de los ríos gallegos como el aumento en el nivel de los embalses, que de media se sitúan a un 82% de su capacidad, siete puntos por encima del promedio de la última década. En el caso de la demarcación Galicia-Costa, la sucesión de borrascas que ha afectado a la Comunidad desde principios de año ha hecho que las presas se encuentren en niveles máximos, superando el 91,3% de ocupación; un nivel 18 puntos superior al de hace un año . Según ha informado en rueda de prensa el director de Augas de Galicia, Roberto Rodríguez, esta recuperación de las reservas ha sido posible gracias a que las precipitaciones durante febrero y marzo fueron muy superiores a las habituales en esta época del año, hasta el punto de que en algunas zonas de las cuencas de los ríos Eume, Mendo, Tambre, Ulla y Lérez se registraron máximos históricos a lo largo del mes pasado.

En el caso de la demarcación del Miño-Sil, los embalses se encuentran de media al 81%, cinco puntos por encima de los niveles habituales, al igual que el caudal de los ríos y de los acuíferos. El presidente de esta Confederación Hidrográfica, Francisco Marín, ha definido la situación hídrica de esta zona como «fenomenal», al alcanzar un nivel de lluvias en los últimos cuatro meses que ya es mayor que la media de los últimos 30 años. Según Marín, el cambio de tendencia se inició ya a finales de 2017, durante el mes de diciembre, aunque el presidente de la demarcación ha querido hacer especial hincapié en los registros «espectaculares» del mes de marzo, que obligaron incluso a abrir las compuertas de algunos embalses como el de Velle, en Orense . Frente al escenario de profunda preocupación que reinó durante la segunda mitad de 2017, Marín ha destacado que en la actualidad algunos agricultores de la comarca de A Limia «empiezan a tener problemas de exceso de humedad». Solo una presa, la de Portas —situada en el concello orensano de Vilariño de Conso—, que a su vez es la más grande de la demarcación, «necesita más llenado», pues aún se encuentra al 65% de su capacidad.

Cambio climático

Para Marín, la situación de sequía registrada durante el año pasado viene a evidenciar los efectos, cada vez más palpables, del cambio climático . En este sentido, ha considerado necesario «modificar los protocolos existentes» ante la posibilidad de que, a partir de ahora, sea cada vez más frecuente combinar «meses secos» con otros «donde cae el diluvio universal». Además, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil ha instado a tomarse en serio este cambio de escenario y ha recordado que ningún concello gallego ha cumplido con la «obligación» que tienen los ayuntamientos de más de 20.000 habitantes de elaborar planes contra la sequía . La finalidad de este tipo de estudios es estudiar medidas para reducir el consumo y valorar la necesidad de realizar nuevas infraestructuras para paliar nuevos episodios de escasez de lluvias. Sin embargo, ha lamentado Marín, solo el municipio de Ponferrada —en León— presentó «un borrador» abordando esta problemática.

También se ha pronunciado en este sentido el director de Augas de Galicia. Roberto Rodríguez, que ha manifestado que «ni siquiera en Galicia el agua es un recurso ilimitado», por lo que ha instado a hacer un uso responsable de la misma «antes, durante y después» del período de sequía prolongado acaba de dejar atrás la Comunidad. Según Rodríguez, será clave que las precipitaciones se mantengan constantes durante la primavera para que los embalses lleguen a los meses de verano «en las mejores condiciones posibles». De momento, las previsiones de este organismo avanzan que este mes de abril será «lluvioso», mientras que mayo se mantendrá en valores «normales».

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